Seis de las nueve personas que habían sido secuestradas en el sur del Cauca fueron liberadas este fin de semana, tras permanecer más de 48 horas en poder de un grupo armado ilegal. De los tres ingenieros restantes siguen en cautiverio y aún no es clara su situación.
Secuestros en Cauca. Foto:Archivo EL TIEMPO
Las víctimas, trabajadores de un consorcio que adelanta las obras del acueducto regional del Río Bermejo, fueron interceptadas el pasado jueves 12 de junio cuando se dirigían hacia el corregimiento de Mojarras, en zona rural del municipio de El Patía.
La noticia de la liberación parcial generó alivio, pero también preocupación, pues tres personas, entre ellas dos ingenieros, siguen desaparecidas y se desconoce su paradero.
Tres de los liberados llegaron a El Estrecho; los otros tres, a Popayán.
Fuentes oficiales indicaron que tres de los liberados llegaron por sus propios medios al corregimiento de El Estrecho, en El Patía, donde se reencontraron con sus familiares. Los otros tres se desplazaron hacia Popayán, la capital del departamento, para recibir atención médica y apoyo psicológico.
Grupos armados en Cauca. Foto:AFP
Las autoridades locales confirmaron que los trabajadores liberados forman parte del grupo técnico que venía ejecutando tareas clave para el desarrollo del sistema de acueducto, una obra que beneficiará a más de 17.000 personas del sur caucano.
Un secuestro que paralizó una obra vital
El secuestro se produjo mientras el equipo del consorcio se trasladaba a supervisar la construcción del tanque de almacenamiento número 4, una de las estructuras más importantes del proyecto de acueducto.
Según el reporte del secretario de Gobierno de El Patía, Óscar Piamba, los GPS de los vehículos muestran que los trabajadores habrían sido llevados hacia la cordillera, por la vía que conduce a La Barca, en jurisdicción de Balboa. Sin embargo, no hay confirmación del lugar exacto donde fueron retenidos ni del grupo armado responsable.
Grupos armados en Cauca. Foto:Archivo EL TIEMPO
“Fueron retenidas nueve personas, todavía quedan tres ingenieros que no sabemos dónde están. Entiendo que se los llevaron desde Mojarras hacia la cordillera por Balboa, eso lo indican los GPS, pero no tenemos su paradero”, declaró Piamba.
Grupos armados en Cauca. Foto:Archivo EL TIEMPO
¿Quién está detrás del secuestro?
Hasta ahora, nadie se ha atribuido oficialmente la autoría del secuestro, pero en esta zona operan estructuras armadas ilegales, como disidencias de las Farc y grupos residuales involucrados en narcotráfico y minería ilegal. Las autoridades investigan y no descartan ninguna hipótesis.
La incertidumbre ha generado un ambiente de tensión en la región, donde la violencia armada ha aumentado en los últimos meses, especialmente contra líderes sociales, comunidades campesinas e infraestructuras civiles.
Consejo de seguridad y llamado a organismos humanitarios
Ante la gravedad de la situación, las autoridades municipales y departamentales realizaron un consejo de seguridad extraordinario.
Allí, se solicitó el acompañamiento urgente de la Cruz Roja Colombiana, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y organizaciones defensoras de derechos humanos para que intercedan por la vida y la pronta liberación de los trabajadores que aún siguen retenidos.
Al mismo tiempo, el consorcio constructor anunció la suspensión indefinida de las obras del acueducto, lo que representa un fuerte golpe para el desarrollo regional y una pérdida de esperanza para miles de familias que esperaban contar pronto con agua potable.
Comunidad, atrapada entre el miedo y el abandono
El sur del Cauca, históricamente golpeado por el conflicto armado y la ausencia del Estado, vuelve a quedar en el centro de un drama humanitario. Esta vez, la violencia no solo se expresa en ataques o enfrentamientos, sino en la interrupción de un proyecto social vital, que representa salud, dignidad y calidad de vida para miles de habitantes.
“El secuestro de estos trabajadores no solo pone en riesgo sus vidas, sino que retrasa soluciones urgentes para las comunidades. Es inadmisible que en pleno 2025 haya que suspender obras por miedo a que los ingenieros sean secuestrados o asesinados”, expresó un vocero del consorcio, que pidió no ser identificado por razones de seguridad.
Por ahora, las esperanzas están puestas en las gestiones humanitarias. Mientras seis personas regresaron con sus familias, tres continúan desaparecidas en una zona donde reina el silencio, el miedo y la violencia impune.
MICHEL ROMOLEROUX
Especial para EL TIEMPO
Popayán
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