La Lenovo Legion Go se destaca como una opción atractiva dentro del mercado de consolas portátiles, presentando una apuesta ambiciosa gracias a su pantalla de 8.8 pulgadas, la más grande entre sus competidores directos.
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Esta característica, que puede ser tanto un punto a favor como en contra, permite disfrutar de una experiencia visual más inmersiva, aunque sacrifica algo de portabilidad debido al peso adicional del dispositivo.
La pantalla WQXGA (2560 x 1600 píxeles) tiene una tasa de refresco de 144 Hz y un brillo de hasta 500 nits, lo que proporciona imágenes nítidas y colores vibrantes, con una cobertura del 97% del espacio de color DCI-P3. En juegos como Cyberpunk 2077 Phantom Liberty (2023), en configuraciones bajas, se alcanzan 52.1 FPS, en medios cae a 29 FPS y 18.8 FPS en QHD. En otros juegos, como GTA V (2015), la consola consigue 133.3 FPS en bajos y 106.7 FPS en medios, mientras que en ultra alcanza 43.3 FPS.
En cuanto a diseño, la Legion Go ofrece algunas soluciones innovadoras que la diferencian de otras consolas portátiles. El soporte trasero integrado es un acierto para quienes prefieren jugar con la consola en modo sobremesa, ya que permite apoyar la pantalla sin necesidad de aditamentos adicionales. Los controles desmontables, inspirados claramente en la Nintendo Switch, añaden una flexibilidad interesante.
Además, Lenovo ha mejorado la ergonomía, permitiendo que el mando derecho funcione como un mouse vertical gracias a un soporte en la base, lo cual es especialmente útil para algunos juegos y aplicaciones. El mando izquierdo está equipado con una serie de botones personalizables, como si se tratara de un teclado, lo que facilita su uso en juegos que requieren un acceso rápido a múltiples funciones.
A pesar de estas innovaciones, hay oportunidades de mejoras en los controles. El pequeño trackpad en el mando derecho resulta poco práctico. Aunque debería facilitar la navegación en menús y documentos, en realidad la pantalla táctil de la consola ofrece una solución mucho más rápida e intuitiva.
Un aspecto donde Lenovo ha acertado es en la conectividad. La Legion Go cuenta con dos puertos USB-C, uno en la parte superior y otro en la parte inferior, lo que permite una mayor flexibilidad al cargar la consola mientras juegas.
Este detalle puede parecer menor, pero cuando se trata de largas sesiones de juego, es una ventaja importante no tener que lidiar con cables incómodos que obstruyen el uso. Además, la consola incluye conectividad Wi-Fi 6E y Bluetooth 5.1, lo que asegura una conexión rápida y estable tanto para juegos en la nube como para el uso de periféricos inalámbricos.
En términos de rendimiento general, la Legion Go está equipada con un procesador AMD Ryzen Z1 Extreme, que alcanza velocidades de hasta 5.10 GHz, acompañado de gráficos integrados AMD Radeon y 16 GB de memoria LPDDR5X.
Esta configuración permite manejar con soltura la mayoría de los juegos en configuraciones gráficas medias o bajas. La consola ofrece dos configuraciones de almacenamiento: 512 GB y 1 TB SSD PCIe Gen4, lo que garantiza tiempos de carga rápidos y suficiente espacio para instalar varios títulos de gran tamaño.
La Lenovo Legion Go es una consola portátil que apuesta por la versatilidad y el rendimiento. Su gran pantalla, los controles desmontables y la inclusión de dos puertos USB-C la convierten en una opción destacada para aquellos que buscan una experiencia de juego flexible tanto en casa como en movimiento.
No obstante, aspectos como el peso y el rendimiento en configuraciones ultra dejan espacio para mejoras en futuras versiones. A pesar de estos detalles, sigue siendo una opción atractiva para jugadores que buscan un equilibrio entre potencia y portabilidad.