Laura Sarabia cumple un mes en la Cancillería, entre gestiones diplomáticas y 'fuego amigo' dentro del Gobierno

Ha pasado un mes desde que Laura Sarabia dejó la Casa de Nariño para mudarse al Palacio de San Carlos, sede de la Cancillería, convirtiéndose en la mujer más joven en liderar la diplomacia de Colombia. De manera vertiginosa, y mientras sigue siendo blanco de críticas dentro del gabinete del presidente Gustavo Petro, la ministra se ha movido en varios frentes de la política exterior.

“Es una buena organizadora y una mujer joven. Cuando se es joven, hay que madurar y hay que saber por cuál mal camino no se madura. Ahora, en la Cancillería tiene que saber cuál es la voz de Colombia en el mundo”, dijo el presidente Petro en una entrevista al diario español El País sobre el respaldo que le ha dado a Sarabia durante su administración.

En la noche de este jueves 27 de febrero, en el Centro Cultural Delia Zapata de Bogotá, Sarabia presenció como una espectadora más la presentación del nuevo gabinete. Aunque su nombramiento como canciller también hace parte de este remezón, su posesión se dio de forma anticipada, el pasado 29 de enero, para que siguiera navegando el difícil momento de la relación entre Colombia y Estados Unidos.

Esa tarea, por ahora, se ha ido sorteando. Según el presidente Petro, quien niega haberse arrodillado a su homólogo Donald Trump, no volvieron a llegar al país colombianos deportados esposados de pies y manos. “Ahora los traemos en aviones nuestros y ya casi llegamos a los mil colombianos migrantes que han sido devueltos”, apuntó el jefe de Estado.

Asimismo, el 6 de febrero Sarabia llevó a Casa de Nariño al embajador encargado de los Estados Unidos John McNamara quien habló un rato con el mandatario no solo sobre migración, sino sobre abordar la lucha contra el narcotráfico con un enfoque de sustitución de cultivos ilegales.

Aunque cada que se le pregunta por el nuevo inquilino de la Casa Blanca el presidente parece mantener el pulso -tras la tensión por los deportados llegó a comparar a Trump con los nazis-, la canciller ha intentado bajar un mensaje de tranquilidad a sectores del país que tienen las alarmas encendidas por lo que significaría entrar en una batalla comercial con Washington.

Hace una semana, la ministra se reunió con el Consejo Gremial. EL TIEMPO se comunicó con personas presentes en la reunión, quienes revelaron que en el espacio se escucharon inquietudes y preocupaciones por una eventual adhesión de Colombia a la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China.

Según manifestaron testigos, la canciller comunicó que por el momento no está programada una visita de Estado del presidente Petro a China y fue insistente en que quien al final decide qué dirección tomar en la política exterior es el jefe de Estado.

"Fue muy receptiva. Claramente reiteró que si bien ella es la ministra de Relaciones Exteriores quien dirige la política exterior es el presidente como debe ser", subrayó uno los presentes.

Las reuniones de Sarabia se han extendido a sindicatos y bancadas. Por el Palacio de San Carlos ya pasaron representantes de la Confederación General del Trabajo (CGT) y la Comisión Segunda de la Cámara de Representantes -los de la oposición rechazaron la invitación-. En estos espacios ha resuelto diversas inquietudes.

De igual manera, la canciller ha presidido junto a sus viceministros Daniel Ávila y Mauricio Jaramillo Jassir reuniones bilaterales con China, España, Canadá y representantes de agencias de las Naciones Unidas. Y hasta el momento resaltan tres viajes: uno a Panamá, donde se reunió con su homólogo Javier Martínez-Acha; otro a Oriente Medio junto al presidente Petro; y uno de esta semana a Ginebra, Suiza, donde Colombia sesionó por primera vez como miembro de la Asamblea General del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

“En todos los rincones del mundo el trato a los y las migrantes se debe regir por los estándares internacionales de derechos humanos. Ser migrante no es ser un criminal”, dijo en este último espacio.

Por otro lado, Sarabia ha comenzado a tomar decisiones fuertes. El pasado 21 de febrero le pidió la renuncia a Daniel Garcés Carabalí, embajador de Colombia en Ghana, luego de que se conociera una denuncia por presunta violencia intrafamiliar en su contra. Garcés es un hombre cercano a la vicepresidenta Francia Márquez, quien ha cuestionado públicamente a Sarabia.

Críticas del gabinete

Precisamente, los cuestionamientos y menciones en escándalos de corrupción también han sido parte de las primeras cuatro semanas de Sarabia en el Ministerio de Exteriores.

Varios ‘petristas purasangre’ del gabinete aprovecharon la exposición del consejo de ministros televisado para criticar el rol protagónico de Sarabia y la forma en que supuestamente ha aislado al presidente de sus alfiles más leales.

“Creo que Laura lo encerró (...). No facilitaba, dificultaba el proceso”, comentó Susana Muhamad.

Y el miércoles, un nuevo episodio de 'fuego amigo' se vivió. Gustavo Bolívar, todavía director del DPS, se fue en contra de la canciller por su mención en una investigación de W Radio sobre presuntas irregularidades en el sistema de salud.

"Luego de las denuncias sobre un entramado de corrupción para saquear recursos de la salud a través de empresas de papel, quedan varias reflexiones. La principal, ¿es bueno para Colombia tener una Canciller que esté mencionada en este escándalo?", dijo Bolívar, que hizo referencia a las menciones de Sarabia por tener allegados en dicho escándalo.

A los pocos minutos, Laura Sarabia respondió tras ser mencionada por su compañero de gobierno. “Estoy de acuerdo, 'que caiga quien tenga que caer'”, señaló.

“El nombramiento de Sarabia como Canciller no está exento de cuestionamientos, principalmente por la inexperiencia que tiene en el ámbito del manejo de las relaciones internacionales. Adicionalmente, a nivel nacional ha tenido varios señalamientos y actualmente Gustavo Bolívar ha mencionado que podría estar involucrada en el entramado de corrupción de los recursos de la salud, lo que de alguna manera pone en tela de juicio su idoneidad”, comentó Angélica Rodríguez Rodríguez, profesora e investigadora del Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad del Norte.

Sin embargo, la docente considera que, al ocupar el cargo de canciller, se ratifica la profunda confianza que tiene el presidente Petro con ella. “Ojalá esta relación al menos rinda algún fruto reorientando la forma poco adecuada en que hasta el momento el presidente ha comunicado decisiones de alcance internacional mediante la diplomacia de redes sociales. Las tensiones y la posibilidad de crisis diplomáticas se mantienen, y ahí es cuando se medirá el talante de Sarabia para gestionar estos impasses”, dijo.

JUAN PABLO PENAGOS RAMÍREZ

Redacción Política