Latina en Estados Unidos revela cómo es vivir en un pueblo de Texas ‘sin redadas del ICE’: ‘La policía no busca migrantes’

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Se mudó de Austin a un pequeño pueblo en Texas junto a su pareja, buscando un costo de vida más bajo y más contacto con la naturaleza.

Latina en Estados Unidos revela cómo es vivir en un pueblo de Texas ‘sin redadas del ICE’

Latina en Estados Unidos revela cómo es vivir en un pueblo de Texas ‘sin redadas del ICE’ Foto: TikTok @sarita.alvara2/ ICE

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PERIODISTA18.06.2025 07:35 Actualizado: 18.06.2025 07:35

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18.06.2025 07:35 Actualizado: 18.06.2025 07:35

Después de pasar varios años en Austin, Texas, una ciudad conocida por su diversidad y ambiente urbano, una migrante venezolana decidió cambiar radicalmente de estilo de vida. Junto a su pareja, tomó la decisión de mudarse a un pequeño pueblo del mismo estado en busca de tranquilidad, contacto con la naturaleza y un costo de vida más accesible.

La mujer, quien se hace llamar Sarita, compartió su experiencia a través de un video publicado en su cuenta de TikTok. Lo que más llamó su atención al llegar a su nuevo hogar fue la ausencia total de diversidad étnica. “Me mudé a un pueblito y creo que, literalmente, es el único en Estados Unidos en el cual no existen los latinos”, relató.

Según su testimonio, todos los habitantes del lugar son estadounidenses blancos. “Son todos gringos”, aseguró. Esta homogeneidad no solo se refleja en la cultura y costumbres, sino también en los rasgos físicos de los pobladores.

Latina en Estados Unidos revela cómo es vivir en un pueblo de Texas ‘sin redadas del ICE’

Latina en Estados Unidos revela cómo es vivir en un pueblo de Texas ‘sin redadas del ICE’ Foto:TikTok @sarita.alvara2

Diferencias visibles y barreras culturales y lingüísticas

Sarita explicó que su aspecto la distingue con claridad del resto de los habitantes. Todos son de tez blanca y ojos claros, verdes o azules, señaló. En contraste, ella, como mujer latina, tiene piel trigueña y otros rasgos típicos de su origen.

Esta diferencia ha generado cierta curiosidad entre los vecinos. “Piensan que soy como hija de moreno”, dijo al referirse a los comentarios que ha recibido por parte de los locales.

Además de los aspectos físicos, la migrante enfrentó otra barrera: el idioma. “Ninguno habla español”, explicó. La totalidad de los residentes se comunica exclusivamente en inglés, lo que representa un reto adicional para quienes no dominan la lengua con fluidez.

“Me sacan conversación en inglés”, comentó entre risas, aunque reconoce que esta situación la hace sentirse aún más distinta. “Soy la única latina”, remarcó.

Una comunidad vigilada, pero sin persecución migratoria

Uno de los aspectos que más tranquilidad le ha generado en su nuevo entorno es la ausencia de redadas migratorias. En un país donde muchas comunidades latinas viven bajo la amenaza constante de operativos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), ella encontró un escenario completamente distinto.

“La policía no está buscando migrantes, porque se supone que no hay inmigrantes”, aseguró. Este hecho le ha permitido vivir con una sensación de seguridad inusual para muchos migrantes.

Enfoques distintos de las autoridades

La percepción de la seguridad también se refleja en las funciones que desempeñan las autoridades locales. De acuerdo con Sarita, la policía del pueblo se concentra principalmente en controlar la velocidad de los vehículos y no en realizar controles migratorios.

Incluso, mencionó con tono anecdótico que los bomberos se dedican a tareas menores, como ayudar a personas mayores que sufren caídas o rescatar animales en apuros. “La prioridad de ellos es buscar un viejito que se cayó o un gato se montó en un árbol”, describió.

En su relato, la migrante comparó su experiencia en el pueblo con una escena de ficción. “Parece una vida de película”, dijo al describir la calma y rutina del lugar. La ausencia de conflictos o tensiones visibles genera un entorno que le resulta casi irreal.

Este contraste con la vida en ciudades más grandes, donde las redadas y controles son más frecuentes, la llevó a valorar la paz de su nuevo hogar, a pesar del aislamiento cultural que enfrenta.

Ser “los nuevos” en una comunidad cerrada

Otro elemento que destaca Sarita es la cohesión social del pueblo. Según comentó, la mayoría de los habitantes se conocen entre sí, por lo que cualquier cambio o presencia ajena no pasa desapercibido.

“Nosotros somos los nuevos”, dijo al referirse a la forma en que ella y su pareja son percibidos por los demás. Aunque no ha mencionado incidentes de discriminación, sí reconoce que la novedad de su presencia genera atención.

Las diferencias culturales también se manifiestan en las costumbres cotidianas. Sarita mencionó que los residentes son muy sociables y tienden a interactuar entre ellos de manera constante. Sin embargo, el hecho de no compartir raíces culturales ni idioma dificulta su integración total.

A pesar de estas diferencias, la migrante se muestra abierta a comprender y adaptarse al entorno que eligió para vivir.

La Nación (Argentina) / GDA

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*Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en la información de La Nación (GDA), y contó con la revisión de la periodista y un editor.

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