20 horas pasaron entre la negativa del presidente Gustavo Petro de recibir dos vuelos militares provenientes de Estados Unidos con connacionales deportados y la superación del "impasse" que tomó forma tras las amenazas de Washington. En el medio, el país fue testigo de la diplomacia de X, o más bien, de una andanada de trinos por parte del mandatario colombiano que pusieron a temblar las relaciones entre ambos países, con las consecuencias incalculables que estuvo a punto de suponer para millones de colombianos.
"La crisis estuvo resuelta varias veces, pero con cada trino del Presidente se daba un paso atrás", le dijeron a este diario fuentes de Cancillería que presenciaron la intensa jornada del pasado domingo.
Luis Gilberto Murillo, saliente canciller. Foto:Cancillería
"Los EE. UU. no pueden tratar como delincuentes a los migrantes Colombianos. Desautorizo la entrada de aviones norteamericanos con migrantes colombianos a nuestro territorio. EE. UU. debe establecer un protocolo de tratamiento digno a los migrantes antes que los recibamos nosotros", dijo el Presidente en el trino de las 3:41 a.m. que desencadenó el episodio más grave entre Bogotá y Washington de los últimos tiempos.
A este primer pronunciamiento lo siguieron hasta 14 trinos en la red social X. Incluso, cuando la tensión ya había escalado al punto en que estaba anunciada la suspensión del trámite de las visas en Bogotá, aranceles de emergencia del 25% sobre todos los productos provenientes de Colombia, prohibición de viajes y revocación inmediata de visas para funcionarios del gobierno colombiano, aliados y simpatizantes, entre otras, el mandatario colombiano respondió a Trump con mayor vehemencia.
"Su bloqueo no me asusta", dijo y añadió: "Me informan que usted pone a nuestro fruto del trabajo humano 50 por ciento de arancel para entrar a Estados Unidos, yo hago lo mismo".
Trump impuso medidas arancelarias luego de que el presidente Gustavo Petro negara la entrada de dos aviones con colombianos deportados Foto:X: @periodistafrg / @mjfree
A partir de ahí vinieron horas de máxima intensidad tanto en la Casa de Nariño como en el Palacio de San Carlos, sede de la Cancillería. El canciller saliente Luis Gilberto Murillo y la entrante, Laura Sarabia, así como el vicecanciller Jorge Rojas y el embajador Daniel García-Peña se pusieron al frente de la situación.
Sobre las 11 de la noche llegó el pronunciamiento oficial y el mensaje de alivio para el país: "Hemos superado el impasse con el gobierno de los Estados Unidos. En este contexto, el canciller Luis Gilberto Murillo y el embajador Daniel García-Peña viajarán a la ciudad de Washington en los próximos días para sostener reuniones de alto nivel que den seguimiento a los acuerdos", informó Murillo.
Dicho acuerdo dice que Colombia recibirá, "sin limitación ni demora", a los deportados colombianos provenientes de territorio norteamericano mientras que EE.UU. no ejecutará las sanciones y tarifas planeadas, a menos que el gobierno Petro no cumpla con este acuerdo. Por su parte, la sección de las visas volverá a la normalidad una vez lleguen los vuelos con deportados previstos desde un inicio.
Fuentes de Cancillería le comentaron a este diario que el viaje de Murillo a Washington para afinar detalles de lo logrado ayer tiene como tema principal el visado de los colombianos e impulsar una agenda bilateral positiva.
Las lecciones
A pesar de que por ahora este problema mayúsculo parece haberse arreglado, el episodio deja el presidente Petro duramente cuestionado por dirigir las relaciones internacionales a través de desaires en redes sociales. Analistas y políticos hicieron un llamado a pensar en los intereses nacionales y tramitar los reparos por los respectivos canales diplomáticos.
En VIVO: ¿Cuál será el futuro de las relaciones entre Colombia y Estados Unidos? | El Tiempo Foto:
"Primero se habla y se verifica, se negocia y si no hay acuerdo, se usan medidas de presión. Ya nos vamos acostumbrando a que todo lo hagan al revés", aseveró la internacionalista Sandra Borda.
"El Gobierno debería manejar las relaciones internacionales con más racionalidad y menos emocionalidad. Las posiciones internacionales de Colombia no pueden ser fruto del estado de ánimo del momento sin medir las consecuencias y los costos para el país. La eventual suspensión de visas por parte de los Estados Unidos es una muestra de lo que sucede cuando se actúa sin pensar en los intereses nacionales", fue la reflexión del presidente del Senado, Efraín Cepeda.
En el Ejecutivo hay un amplio sector que reconoce que las del jefe de Estado no son las maneras para proceder ante una inconformidad con otro país. Sin embargo, creen que cambiar este comportamiento del mandatario es una batalla perdida. "No va a cambiar su forma de ser", le comentaron a este diario.
"Hacemos un llamado a la calma. Las vías diplomáticas y el diálogo son el camino para asegurar el trato digno de todas y todos los colombianos. Estamos en contacto continuo con el gobierno de Estados Unidos para que el respeto mutuo y la serenidad sigan guiando nuestras relaciones", expresó la canciller designada, Laura Sarabia, antes de que el Presidente reaccionara a las medidas de Trump.
Luis Gilberto Murillo y Laura Sarabia. Foto:@laurisarabia
El camino errado queda más expuesto si se tiene en cuenta que por un caso muy similar de maltrato a deportados, el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, en Brasil, recibió a sus ciudadanos en Manaos y luego hizo el respectivo reclamo a Washington.
No obstante, el mandatario colombiano se la jugó por reaccionar tal y como en su momento lo hizo con el gobierno de Javier Milei en Argentina.
Trump: un enemigo que no le conviene a Colombia
Donal Trump puede imponer sanciones económicas a otros países sin tener que consultar estas medidas con el Congreso. Foto:X: @nicksortor
La crisis diplomática también sirvió para que el nuevo gobierno de EE.UU. expusiera todo su arsenal y el pulso que tiene para intimidar no solo a Colombia, sino a la región. "Trump demuestra que va en serio y Colombia hace el ridículo mundial", señaló la representante Katherine Miranda.
"Estamos en el peor escenario: dos presidentes pirómanos que toman decisiones que alientan a sus bases anti-gringas o pro-supremacía. A ninguno de los dos le importa el impacto que esto tiene en la economía y en la vida de millones de personas", indicó, por su parte, la senadora Angélica Lozano.
Una política exterior de Estado
Por otro lado, desde la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores se viene señalando la necesidad de que la política exterior de Colombia sea una política de Estado y no en función de los gobiernos de turno. De esta manera sería más clara la forma de proceder ante coyunturas como las del cambio de poder en Estados Unidos y la consolidación del régimen chavista en Venezuela.
Gustavo Petro, presidente de Colombia Foto:Presidencia
"Las relaciones internacionales no se pueden manejar con criterio de afinidad ideológica, sino de interés nacional y respondiendo a los principios históricos de compromiso con la democracia", manifestó la senadora del Centro Democrático, Paola Holguín.
"En el caso de Brasil y México hay que recordar que tienen una política exterior muy institucionalizada. Es muy importante tener esto y respetarlo", opinó el docente e investigador de la Universidad Externado, Javier Garay.
JUAN PABLO PENAGOS RAMÍREZ
Redacción Política