En el vasto y remoto Ártico canadiense, se encuentra la isla Devon, una de las más grandes y desoladas de la región.
Conforme a los criterios de
Ubicada a 74 grados de latitud, esta isla está situada a aproximadamente 8,000 kilómetros al norte de Hawái, y es más de cinco veces más grande que la famosa isla tropical. A pesar de su tamaño, este desierto helado se ha ganado la reputación de ser uno de los lugares más inhóspitos del planeta.
Rodeada por montañas desérticas que se levantan sobre playas erosionadas por el hielo, la isla Devon parece resistirse a la vida humana. Aunque algunas aves marinas y el buey almizclero han encontrado la forma de sobrevivir aquí, los seres humanos han luchado por establecerse en esta tierra gélida, donde las condiciones son extremas y despiadadas.
Un desierto polar lleno de tragedias
La historia de la isla Devon está teñida de tragedia y misterio. En 1845, la famosa Expedición perdida de Franklin, compuesta por 129 hombres a bordo de los buques HMS Erebus y HMS Terror, partió en busca del codiciado Paso del Noroeste. Nunca regresaron. Décadas más tarde, los equipos de búsqueda encontraron pistas sobre su trágico destino en la isla Devon, incluyendo un rastrillo de naturalista y un lienzo marcado con la palabra "Terror". Estos vestigios reflejan la desesperada lucha por la supervivencia en uno de los entornos más crueles del mundo.
En 1852, el almirante Sir Edward Belcher lideró una expedición de rescate con la esperanza de encontrar a los hombres perdidos. Aunque su misión fracasó, dejó mojones de reconocimiento que hoy forman parte del Sitio Histórico Nacional de Port Refuge. Curiosamente, uno de los barcos de Belcher, el HMS Resolute, fue posteriormente recuperado y utilizado para fabricar el famoso Escritorio Resolute, que aún adorna la Oficina Oval en la Casa Blanca.
Intentos fallidos de colonización
A lo largo de los años, los intentos de colonización en la isla Devon también han sido desastrosos. En 1924, la Real Policía Montada de Canadá estableció un puesto en Dundas Harbour, con el fin de afirmar la soberanía sobre el Ártico. Sin embargo, las severas condiciones climáticas forzaron el cierre del puesto en 1933. Posteriormente, un nuevo intento de asentamiento resultó en tragedia, y las tumbas de dos oficiales y una niña inuit son testigos silenciosos de los riesgos mortales de habitar este lugar.
Restos arqueológicos de antiguos asentamientos inuit, que datan de más de mil años, son un testimonio de la capacidad de estos pueblos para adaptarse a las duras condiciones árticas. Estos artefactos muestran el contacto entre los inuit y colonias nórdicas, un capítulo olvidado de la historia del Ártico.
Un lugar de investigación y turismo extremo
Hoy, la inhóspita isla Devon ha encontrado un nuevo propósito como laboratorio natural para la exploración espacial. La Nasa, junto con el Instituto de Marte, ha convertido la isla en el sitio del Proyecto Haughton-Mars, donde los astronautas entrenan en un entorno que simula las condiciones extremas de Marte. "Es un lugar perfecto para comprender cómo sería la vida en el planeta rojo", afirman los investigadores.
A pesar del creciente interés científico, la isla sigue siendo inadecuada para asentamientos permanentes. Las instalaciones de investigación se limitan al verano, ya que los inviernos son demasiado crueles para mantener estructuras fijas. Empresas de turismo, como Adventure Canada y Lindblad Expeditions, ofrecen recorridos a la isla, permitiendo a los aventureros conocer su historia y su diversa fauna, mientras navegan por las impredecibles condiciones del hielo.
LOREN SOFIA BUITRAGO
Portafolio
Más noticias en EL TIEMPO
*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de Portafolio, y contó con la revisión de un periodista y un editor.