Correr, o hacer running, es uno de los deportes más accesibles y populares, ideal para aquellos interesados en mantenerse en forma. Sin embargo, para disfrutar plenamente de esta actividad y aumentar la resistencia sin fatigarse prematuramente, es crucial adaptar el cuerpo a través de técnicas específicas. Una de las metodologías más efectivas es el jeffing, introducido por el atleta olímpico estadounidense Jeff Galloway en los años 70.
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Esta técnica, destacada por su eficacia en el diario 'ABC' de España, consiste en una combinación de correr y caminar, lo que permite una mejor gestión de la fatiga y una reducción significativa del riesgo de dolores musculares. Además, es adecuada tanto para principiantes como para corredores experimentados.
¿Cómo se practica el jeffing?
La clave del jeffing reside en comenzar gradualmente, privilegiando inicialmente más tiempo de caminata que de carrera. Los expertos sugieren alternar periodos cortos de running, de aproximadamente 3 a 4 minutos, con caminatas más prolongadas, de 15 a 20 minutos. Este enfoque no solo fortalece el sistema cardiovascular, sino que también mejora la resistencia muscular sin someter al cuerpo a un esfuerzo excesivo.
Para los recién iniciados, es recomendable empezar con intervalos más cortos, como 2 minutos corriendo y 4 minutos caminando, aumentando progresivamente el tiempo dedicado a la carrera. A medida que se adquiere más resistencia, se puede ajustar la intensidad de los intervalos, desde un trote suave hasta un ritmo más intenso.
El jeffing permite una gran flexibilidad en su práctica. Los corredores pueden empezar con 2-3 sesiones a la semana, incrementando la frecuencia a medida que se sientan más cómodos y capaces.
Evidencia científica de sus beneficios
Un estudio de 2016 publicado en el 'Journal of Science and Medicine in Sport' respalda los beneficios del jeffing, mostrando que es posible completar un maratón en tiempos comparables a los de una carrera continua, pero con menos dolor muscular y fatiga.
En la investigación, los participantes, que no eran atletas de élite, completaron 42 kilómetros alternando entre correr y caminar, logrando tiempos que oscilaron entre 4:14 y 4:34 horas, cifras prácticamente iguales a las de aquellos que corrieron de forma continua.
ERIK GÓMEZ
Portafolio
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de Portafolio, y contó con la revisión de un periodista y un editor.