La semana de turismo espiritual / El otro lado

hace 1 día 20

He aquí apuntes para reflexionar sobre nuestras pantallas, medios, redes y el periodismo.

El televidente. La repetición de la televisión privada, así como su simpleza digital, es irritante. En particular el concurso de imitadores en donde hacen que unas personas necesitadas se humillen y sacrifiquen su individualidad y personalidad disfrazándose hasta de sus originales vocales. 

Por qué no se hacen concursos inteligentes que promuevan nuevos artistas originales y aporten algo a los espectadores y los mismos concursantes. Otra cosa es el abuso de las intervenciones del petrismo en las redes y la televisión nacional. Cordial saludo, Enrique Ordóñez. Reflexión: el respeto por el televidente y su ocio es mandato.

RTVC. Morris cree que con que él y los suyos digan “esta es la verdad” basta. Hablan y hablan y hablan de los demonios del pasado y las santidades del amo. Viven en su metaverso. Y luego traen a influencers muy virales para que hagan televisión. 

Muy raro pensar que quien es streamer famoso porque tiene humor, desparpajo, sarcasmo venga a la televisión y tenga éxito. Este modelo de batalla mediática fracasó en Venezuela, Ecuador, Argentina, Bolivia. 

Poco se entiende esta estrategia de hacer mala televisión como batalla de sentidos. Reflexión: Habría que hacer televisión, emocionar y así llegaría la gente a la pantalla.

Periodismo. Los periodistas la pasan vociferando los tuits de los polémicos ególatras Trump-Petro-Milei. Y, además, los analizan como si fueran verdades reveladas de un dios infalible y temible.

Nada de hechos, menos de reportería, ningún esfuerzo por el contexto. Y estos machirulos poderosos desatados cada día cambian de opinión e histeria, y los periodistas vuelven a dar alaridos. Si los periodistas hicieran lo que deben –reportería, contextualizar, ofrecer datos y criterios sobre hechos y no sobre tuits– tal vez nunca más “informarían” esos egos. 

Reflexión: despetrifiquemos, desuribicemos, destrumpiemos la información y seremos mejor como sociedad y tendríamos más criterio para opinar. Propuesta: una semana sin Petro ni Trump ni Uribe en los medios.

IA. La inteligencia artificial es dios: está en todas partes, nadie la ve, pero existe, se manifiesta, muchos la alaban porque hace milagros, vende bien. 

Se dice que hay optimistas que evangelizan en su nombre; escépticos que la usan, pero no creen que reemplace lo humano; críticos que hablan de su inhumanidad y peligro para la democracia; y cínicos a los que ni les importa ni les produce nada.

Lo cierto es que la IA es un monstruo que se alimenta de la información que ella misma produce, y cada vez será más parecida a sí misma: un espejo sin mundo. Por ahora, Gabriela Polit propone llamarla Inteligencio, en machirulo, porque es creada por hombres machos blancos y poderosos; ejercer mejor la inteligencia afectiva, digo yo, esa que nos permite sobrevivir con dignidad y alegría. 

Reflexión: pocas certezas, muchas dudas éticas, pero ya está aquí y a ver qué hacemos con ella. Una buena semana de turismo.

Pausa. Y dele play al pensar. 

ÓMAR RINCÓN

Crítico de televisión

orincon61@hotmail.com

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