La nueva moda de los carros viejos: Colombia se posiciona como destino importante de la industria de vehículos antiguos

Mírenla desde afuera y parece una bodega como cualquier otra de la zona, con pocas ventanas y sin ningún aviso pero con una puerta que, como la que cruza Alicia (esta vez sin tener que tomar nada de una sospechosa botella), da paso a otro espacio: FJ Company, tal vez la restauradora de Toyota FJ más reconocida del mundo.

Para sorpresa de muchos, estas instalaciones no quedan en Estados Unidos, donde está la mayoría de sus clientes, sino en Bogotá. Allí llegan y de ahí salen todos sus ‘pacientes’, que también han terminado rodando en Europa, Medio Oriente y Australia luego de un minucioso trabajo de restauración y modificación digno de la jugosa cuenta que demandan.

Dentro del inmenso mundo de los carros, el de los antiguos es uno que ha ido tomando fuerza en Colombia y aunque desde hace mucho tiempo se han realizado todo tipo de eventos y competencias alrededor de estos, recientemente parece como si hubiera empezado a pisar el acelerador.

Los autos clásicos en Colombia

El pasado 31 de agosto y después de una pausa de largos años, Bogotá volvió a vivir el desfile de autos antiguos con una caravana de más de 250 carros que engalanó las calles de la capital en un recorrido entre el parque Salitre Mágico y el centro comercial San Rafael. Organizado por el Club de aficionados a los vehículos antiguos (Cava), logró el apoyo de la Alcaldía de Bogotá y el acompañamiento de la policía de Tránsito.

Unas semanas antes, el 10 de agosto, y dentro del marco de la Feria de las flores en Medellín, se realizó una nueva edición del ya tradicional desfile de carros antiguos, al que se inscribieron un total de 367 carros.

También se ven de vez en cuando algunos rallies de regularidad para carros antiguos y dentro del programa del Campeonato nacional de automovilismo (CNA) se revivió hace un tiempo el campeonato San Diego. No olvidemos tampoco que Motorclásico, masiva reunión que desde hace 15 años se realiza en el Autódromo de Tocancipá, hace parte del calendario mundial de la Federación internacional de vehículos antiguos (Fiva) donde se han visto piezas que robarían miradas en cualquier lugar del mundo.

A estos eventos masivos se unen las incontables reuniones de clubes de carros antiguos, exhibiciones que han empezado a ser recurrentes como la que se hace en el Club Los Lagartos en Bogotá o la muestra Für Fans del Club Mercedes-Benz.

La fiebre por los clásicos, en aumento en Colombia

Sea o no una moda, lo cierto es que la fiebre por los carros antiguos en Colombia está en auge y basta con salir a las calles para darse cuenta de que aquellos que portan las placas azules que los certifican como tal son más comunes que antes. La gran pregunta sería, ¿por qué?

Las razones pueden ser muchas, desde quienes ven en este comportamiento una oportunidad de negocio al aprovechar la valorización que pueden tener algunos de estos modelos, algo tan personal o nostálgico como mantener viva a través de ese carro la memoria de alguien que ya no está o darse el gusto de finalmente tener en el garaje ese carro que por tanto tiempo estuvo fuera del alcance.

Quienes llegan o quieren llegar a estos carros pueden tomar diferentes rutas, ya sea conservando la herencia, comprando un carro o metiéndose en esa impredecible travesía de una restauración completa.

Contrario a lo que muchos suelen pensar, la mano de obra colombiana en cuanto a mecánica, latonería, pintura, tapicería y todo lo que conlleva un trabajo de restauración es muy buena, y en realidad lo que más se le reprocha es que son oficios que parecen estar en vía de extinción.

Mientras esperamos que ese ocaso se retrase lo más posible, diríamos que los procesos para revivir piezas olvidadas están pasando por su mejor momento. Y aunque el concepto de restauración se ha tergiversado al punto que para muchas personas cualquier trabajo de pintura ya clasifica como tal, hay otros que gracias a su profesionalidad, experiencia y minuciosidad han hecho de Colombia un lugar de renombre entre quienes buscan resultados de talla mundial.

Estando dentro de las instalaciones de FJ Company, privilegio que se nos ha dado a muy pocos afortunados, no es difícil entender por qué ha logrado el reconocimiento que hoy tiene. La experiencia y destreza de cada especialista (mecánico, latonero, pintor, tapicero, etc.) es respaldado por el conocimiento que este equipo sigue acumulando con cada proyecto, no solo sobre los Toyota FJ sino sobre los Porsche 911.

Bajo el nombre Drive Straat, este equipo ha sacado adelante un buen número de estos deportivos, entre restaurados que han cuidado la originalidad hasta en el último detalle, restomods a pedido de clientes y carros de competencia siguiendo estrictas regulaciones en sus especificaciones.

FJ Company y Drive Straat, claro está, no son las únicas compañías restauradoras de renombre en el país. Reconocido en el medio nacional y para muchos un pionero en este tipo de trabajos, Germán Ortega recuperó hace varios años más de 50 Ford A y más recientemente, en 2016, se inauguró en Colombia el programa Porsche Classic. Este ofrece los servicios de restauración, mantenimiento y reparación para los Porsche antiguos, siempre con el respaldo completo de casa matriz para suministrar cualquier repuesto o despejar cualquier duda.

A cargo de Joaquín Arias, este programa es uno de solo tres en las Américas (los otros están en Canadá y Estados Unidos) y además de varios vehículos que residen en Colombia han intervenido otros traídos de diferentes países específicamente para ser restaurados en sus instalaciones en Bogotá.

Recientemente Autogermana también inició su programa de restauraciones para vehículos BMW antiguos con el respaldo de casa matriz en Alemania y en este momento se encuentran trabajando en dos carros, un BMW M3 de primera generación y una BMW Serie 3 Touring (E46) que dentro de poco serán acompañados de un tercero: un Porsche 911.

Como vimos en junio pasado en esta misma sección, compañías como Leyton Cars y Capera Engineering también trabajan arduamente en la conservación de los vehículos antiguos en Colombia, bien sea a través de restauraciones en el más estricto sentido de la palabra o de los cada vez más apetecidos restomods.

“Esto no es nuevo, lo que pasa es que es la tendencia del momento”, nos decía Jean Pierre Macías, gerente de Capera Engineering, empresa dedicada a la restauración y mantenimiento de vehículos especiales. Y aunque se refería específicamente a los restomods, también explica a la perfección lo que sucede con los carros antiguos en general.

Después de la pandemia, el interruptor del carpe diem parece habérsele ‘saltado’ a más uno, dándole ese necesario empujón para decidirse a desempolvar el carro que por tanto tiempo tuvo arrumado, a volver a insistirle al vecino que le venda el carro al que siempre le ha tenido un ojo encima o a darse a la búsqueda de saciar el antojo.

Porque al igual que Alicia, teniendo esa puerta enfrente, su llave en la mano y la mirada en ese mundo al que por fin tienen la posibilidad de entrar, solo queda una cosa por hacer. Y lo mejor, sin tener que tomarse nada de esa sospechosa botella.