La mujer trans indígena que vela por la conservación de la naturaleza en zona de conflicto armado

hace 1 mes 18

A sus 27 años, Chadiz Valentina Dominicó Sinigui se describe como una mujer “valiente” y sí que se ajusta a su día a día: le ha tocado enfrentar discriminación por su condición sexual y poner su vida en riesgo ante el Clan del Golfo, según cuenta.

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Se trata de la primera mujer trans indígena, del resguardo Urada – Jiguamiandó, que se desempeña como guardabosque, con el firme propósito de la conservación de la naturaleza en medio del conflicto armado.

En una reciente asamblea extraordinaria, su historia fue destacada por la comisión de Colombia en la Organización de Estados Americanos (OEA). Y es que Chadiz ha llevado charlas por el cuidado del medio ambiente a donde otras personas no han podido ni se han atrevido a entrar.

El casco urbano más cercano que tiene su comunidad es el municipio de Mutatá (Antioquia) y para llegar hasta allá deben embarcarse en una motocicleta durante una hora. En esta población hacen compras y diligencias, y, al culminarlas, otra hora para el regreso.

Junto a sus padres y cuatro hermanos creció, en medio de paisajes que les regala a diario la “madre naturaleza”, como le llama. Cascadas, valles y riachuelos forman parte de su entorno. Por eso el cariño y el cuidado que le dedica.

Las problemáticas ambientales en su territorio

El problema de tipo ambiental en el resguardo es la tala de árboles, la extinción de las especies

Sin embargo, con el pasar de los años fue identificando una serie de problemáticas que la alertaron y la motivaron a generar conciencia entre la comunidad. Sabía que algo debía hacer y no se podía quedar de brazos cruzados.

“El problema de tipo ambiental en el resguardo es la tala de árboles, la extinción de las especies, no se están recogiendo las basuras en las comunidades, muchas personas tiran las basuras a las calles y se va afectando el medio ambiente”, indica Dominicó con preocupación.

Una de las problemáticas en el sector es la deforestación.

Una de las problemáticas en el sector es la deforestación.

Foto:Fundación ProAves de Colombia

Prácticas que terminan contaminando el espacio donde conviven estas familias que, como la de Chadiz, se dedican a la agricultura y dependen de lo que les brinda el campo. De hecho, ella ayuda a su mamá a sembrar plantas, yuca y maíz.

Hasta que el año pasado intervino en el territorio la Fundación ProAves, una organización colombiana dedicada a la conservación del 70 por ciento de especies endémicas del país, con el fin de inculcar la importancia del cuidado del ecosistema.

150 especies de aves en estado de amenaza

De acuerdo con registros de la organización sin ánimo de lucro, a nivel nacional hay aproximadamente 150 especies de aves en estado de amenaza según la lista roja de UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza).

Solo en la Sierra Nevada de Santa Marta, hay un total de 83 especies de flora y fauna en estado de amenaza. Entre estas especies, 34 son aves que están categorizadas en algún nivel de amenaza (vulnerable, en peligro o en peligro crítico) según la UICN.

La Sierra Nevada de Santa Marta es un área de gran importancia ecológica debido a su alta biodiversidad y endemismo, lo que hace que la conservación de estas especies sea crucial.

En ese ejercicio con charlas y reflexiones, Chadiz mostró interés e incluso propuso ollas comunitarias que permitió facilitar la recepción del mensaje entre los niños y las mujeres de la comunidad, especialmente.

“A las comunidades les gustaron las charlas, nunca habían llegado a conversar sobre la educación ambiental. Vamos a hablar con los niños, invitamos a padres de familia para que escuchen. Así empecé como educadora ambiental”, recuerda.

Es una experiencia que ha significado mucho para ella, ahora es Dominicó Sinigui que recorre los territorios, también como guardabosque, enseñando sobre el cuidado de la naturaleza en su lengua materna. 

Chadiz Valentina ha llegado a siete comunidades

Así ha cubierto siete comunidades, tocando temáticas como el cuidado de los árboles, el agua, los animales silvestres, el bosque, las plantas tradicionales del resguardo, reciclaje y el calentamiento global en el mundo.

Trabajar con la comunidad no es fácil. Pero me ha sido muy fascinante, a pesar de la discriminación en las comunidades

“Trabajar con la comunidad no es fácil. Pero me ha sido muy fascinante, a pesar de la discriminación en las comunidades indígenas y el conflicto armado, seguí adelante sin importar lo que la gente comentaba o pensaba. Cada obstáculo tiene su vencimiento”, manifiesta Chadiz.

Y sí que ha vencido. No solo estas barreras, sino las mismas prácticas que le hacían daño al medio ambiente, pues asegura que con las charlas se ha visto un cambio, por ejemplo, en la manera en que niños y adultos ahora disponen los desechos, además del cuidado del agua.

Es el reflejo de la voz líder con la que cuenta Chadiz Valentina, quien se ha ganado el respeto y la confianza del resguardo, de personas menores y mayores, a sus 27 años de vida.

“Yo, como mujer trans, soy una mujer valiente, luchadora, una mujer conservadora y líder, que siempre va adelante, sin importar lo que diga la gente, lo que diga la sociedad y luchar con todas las fuerzas, con actitud y mucha energía”, expresa.

El impactante relato del día que expuso su vida ante el Clan del Golfo

Chadiz Valentina Domicó, de 27 años.

Chadiz Valentina Domicó, de 27 años.

Foto:Fundación ProAves de Colombia

Por eso no sorprende que haya sido capaz de enfrentarse a miembros del grupo armado ilegal ‘Clan del Golfo’ o ‘AGC’, cuando su comunidad estaba atemorizada por amenazas. Fue hasta donde ellos armada solo con valentía y así relata esa osadía.

“He tenido que luchar con ellos también, que nos respeten la vida, que todos somos libres. Un día me fui a donde ellos, porque habían muchos chismes a través de los grupos armados ilegales, por lo que me tocó ir personalmente sola, sin importar lo que me pasara en el camino. Mi familia me decía ‘¡No, para qué va a ir sola por allá!’. Pero yo tuve que decidirme”, dice Chadiz.

Y agrega: “Las AGC decían que iban a matar, que a los que se encontraran en el camino le hacían perder la vida. Que si llegaban los grupos armados ilegales a la comunidad que los cogían. Era el chisme que regaban en todo el territorio. Llegué allá y les comenté mi historia, que era educadora, activista en las regiones del país, y ellos me respondieron: ‘Si es así, para nosotros no hay ningún problema, que se cuide. Vamos a respetar la vida suya, pero no sabemos qué va a pasar con los que vienen atrás’. La amenaza no llegaba por mí, sino por otras mujeres”.

Ese tesón que caracteriza a la joven Chadiz Valentina no solo la llevó a ser destacada ante la OEA, en el marco de la conmemoración del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, sino también por la directora ejecutiva de la Fundación ProAves, Sara Inés Lara.

“Ella ha sido muy valiente en hablar y compartir su historia, porque no ha sido fácil. El reto más grande es la aceptación en diferentes comunidades y que ella contara con un respaldo. Precisamente apoyamos este tipo de iniciativas, empoderando mujeres lideresas, adelantando labores de conservación”, cuenta Lara, quien añade que la labor de Chadiz podrá incentivar y cambiar paradigmas.

Esa es la historia de Chadiz Valentina Dominicó Sinigui, la valiente mujer trans que ha pasado por encima de discriminaciones y ha expuesto su vida ante grupos armados ilegales por la conservación del medio ambiente en su territorio.

Deivis López Ortega

Corresponsal de EL TIEMPO - Barranquilla

En X: @DeJhoLopez

Escríbeme a deilop@eltiempo.com

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