El final de la vida es algo de lo que pocos quieren conversar, pensar en la muerte suele evocar tristeza, dolor y tragedia, pero más allá de una conversación lúgubre o aciaga, referirse a ese final al que todos los seres vivos llegan también puede ser algo sereno y apacible, duro, por supuesto, pero no imposible de imaginar cuando se piensa que una muerte digna también hace parte de una vida digna y que, para quienes padecen situaciones de salud difíciles, la muerte digna puede ser un alivio y no una derrota.
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Además, aunque ese final de la vida es una puerta que cada quien atraviesa de manera individual, el camino hacia allí no tiene que enfrentarse necesariamente en soledad.
Estos temas se abordan en La habitación de al lado, la más reciente película escrita y dirigida por el aclamado director español Pedro Almodóvar, quien hace una adaptación de la novela Cuál es tu tormento, de Sigrid Nunez. Esta es además la primera cinta en inglés del cineasta.
La película ya ganó el León de Oro, el premio más importante del Festival de Cine de Venecia, en donde los asistentes aplaudieron de pie durante 17 minutos, una larga ovación que respondía a las críticas positivas que recibió en este festival y que parecen anticipar que este largometraje podría estar entre los candidatos al Oscar en 2025.
Esto no solo por una cuidadosa dirección, sino por la actuación impecable de sus protagonistas, Julianne Moore y Tilda Swinton, ambas ganadoras de múltiples premios, entre ellos el Oscar y el Bafta, que comparten la pantalla por pocos minutos con John Turturro, quien tiene un papel secundario.
Esta película sigue a Martha (Tilda Swinton) e Ingrid (Julianne Moore), quienes fueron amigas cercanas en su juventud, cuando compartieron sala de redacción en la misma revista como periodistas. Los años pasaron y las circunstancias de la vida las fueron distanciando: mientras Martha se dedicó a ser reportera de guerra, viajando constantemente a cubrir conflictos en todo el mundo, Ingrid se volvió una aclamada novelista que tiene miedo a la muerte.
Tras años de no saber mucho la una de la otra, se reencuentran mientras se acompañan en una situación drástica y conmovedora al mismo tiempo, cuando una de ellas enfrenta una enfermedad terminal.
A lo largo de sus 110 minutos, en la cinta se tocan temas sobre el amor, la amistad, la maternidad y la difícil relación que a veces puede haber con los hijos.
También se habla de la reminiscencia de lo que se ha vivido y de las formas de asumir que se acerca el fin de la vida. En ese sentido, enfatiza en la posibilidad de tomar decisiones conscientes, autónomas y racionales sobre cómo pasar el tiempo restante, cómo despedirse y cómo acompañar a quien ya va de salida.
Frente a esto último, el filme asume una postura de comprensión, respeto e incluso defensa de la muerte digna, incluyendo la eutanasia, un procedimiento que solo está regulado en siete países, entre esos Colombia.
Asimismo, hace una crítica a un sistema de salud que es reacio a estos procedimientos y a una sociedad que censura este tipo de conversaciones y decisiones.
De hecho, en entrevista con Vogue España, el director dejó su postura frente al tema más que clara: “Es un posicionamiento mío totalmente a favor de la dignidad en esos momentos. Uno debe ser el que, en determinadas circunstancias, pueda decidir, sobre todo cuando la vida ofrece muy poco, quizá solo dolor. Es una cuestión de humanidad”.
Un drama apabullante
El rodaje de la película se desarrolló durante varios meses entre Madrid (España) y Nueva York (Estados Unidos); la producción estuvo a cargo de Agustín Almodóvar, hermano del director; del vestuario se encargó Bina Daigeler, quien ya había trabajado antes con Almodóvar; el responsable de la musicalización es Alberto Iglesias, también colaborador habitual del cineasta, y el diseño de arte corrió por cuenta de Inbal Weinberg.
Como en toda la filmografía del director español, La habitación de al lado presenta su ya reconocida estética colorida, que ha sido llamada kitsch, con colores sólidos que contrastan con elementos vibrantes.
La música también aporta elementos dramáticos, acentúa los puntos de quiebre y enfatiza los de más calma.
Pero, a diferencia de otros filmes de Almodóvar, que incluyen pequeños guiños de humor, esta película es en sí un drama apabullante, sin hundirse en el pesar, pero que evoca lo difícil de enfrentarse a una enfermedad terminal y de evaluar la cercanía de la muerte.
Al mismo tiempo, es un largometraje que genera sentimientos de empatía y compasión frente a las decisiones personales de cómo vivir la vida y, tambien cómo dejarla ir.
A todo esto se suma una brillante interpretación de Moore y Swinton que permite comprender la importancia y dimensiones profundas que la compañía y la complicidad juegan dentro de una amistad.
Sobre su papel en la cinta, Swinton destacó la posibilidad de actuar un rol en el cual no está extremadamente vestida o maquillada, sino que se siente personal, dijo en entrevista con Vanity Fair, “me parezco a mí misma. No se me ocurre nada que Martha diga que yo no pueda decir o que no diría. Durante tantos años me he dedicado a disfrazarme y actuar, así que esto fue toda una aventura”.
Por su parte, en entrevista con Vogue España, Moore habló del rol del oyente, de quien acompaña a otra persona: “Hubo momentos, durante el rodaje, en los que me resultó realmente duro. Cuando estás acompañando a alguien que está enfermo, solo quieres que se sienta bien y reconfortarlo”, comentó.
La habitación de al lado se estrenó en Colombia el 31 de octubre y el buen recibimiento que ha tenido el filme tras su estreno, unos días antes, en otros países podría verse como un preludio de la acogida que podría tener en nuestro país.
MARÍA ISABEL ORTIZ FONNEGRA
Redacción Domingo
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