El gobierno de Donald Trump implementó una nueva medida radical en Estados Unidos, esta vez en contra de las organizaciones que asisten a migrantes, revelando su enfoque agresivo sobre este asunto social.
Según el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), la administración de Trump congeló los fondos federales destinados a organizaciones no gubernamentales que trabajan en servicios migratorios.
Por su parte la secretaria Kristi Noem, vocera de esta controvertida medida del presidente de Estados Unidos contra las organizaciones, argumentó en diálogo con Fox News preocupaciones internas sobre posibles "actividades ilegales" en el uso de estos recursos.
El gobierno de EE. UU. se ahorraría una fortuna
Además, Noem enfatizó que el gobierno federal destinó "cientos de millones de dólares" a organizaciones que, desde su perspectiva, "facilitan la invasión" del país. La funcionaria fue tajante al afirmar que no se gastaría "ni un centavo más" en lo que considera una amenaza a la seguridad nacional.
Su visión equipara la migración con una "invasión", instruyendo incluso a las fuerzas militares a desplegarse en la frontera para contener la llegada de personas. Sus palabras no tardaron en ser duramente criticadas por los grupos afectados.
En estados como Texas, las autoridades han intensificado la presión legal contra organizaciones que asisten a migrantes en zonas fronterizas. Muchas de estas entidades dependen de programas como el de Refugio y Servicios de FEMA, que en 2024 contó con un presupuesto de US$650'000.000, según la cadena Fox.
Esta política se reveló cuando Trump anunció planes para utilizar la base militar de Guantánamo como centro de detención para migrantes indocumentados. Anteriormente, en esa prisión eran detenidas personas relacionadas con asuntos terroristas.