Una abogada colombiana está dando de qué hablar en los Estados Unidos por su propuesta del Gobierno del Ciberespacio, una iniciativa que busca regular los entornos digitales. Esto, tras su experiencia en la resolución de delitos informáticos por décadas.
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Recuerda que su pasión por crear sitios seguros en línea nació cuando estaba en el colegio Nuestra Señora del Carmen, de Barranquilla, y se registró el caso de una compañera del aula que había desaparecido tras salir con un hombre.
Unos tres días después de la ausencia de su amiga, personal de la Policía Nacional intervino en la institución, ingresaron al salón y el docente a cargo la señaló a ella como una de las que podría ofrecer información a la autoridad para dar con el paradero de la estudiante.
La trasladaron a un cuarto y le preguntaron por la alumna. Ella dijo: “Está con un tipo de conexión al Messenger”. A lo que el policía volvió a preguntar: “¿y eso qué carajos es?”. Por lo que ella respondió: “Présteme un computador”.
“Como pudimos, nos conectamos a un computador y ahí en el computador les mostré. Yo dije: ‘¿cómo es posible que la Policía encargada de encontrar a mi amiga no sabe qué es esto, qué es el Messenger?’ Empecé a ver actos de acoso, mis amigas me mostraban que había tipos que la acosaban. Empiezo a meterme en el tema y cuando llega el año 2000, que me gradúo de Bachiller, entro a la Universidad y quería ser abogada informática, ahí empezó el bullying más terrible de mi vida”, cuenta.
¿Quién es Sara Ibáñez?
Pero ¿de quién se trata esta historia? Su nombre es Sara Ibáñez, una abogada, conferencista, docente e investigadora de delitos informáticos que nació hace 40 años en Barranquilla y creció en el barrio Soledad 2.000, del área metropolitana.
Un sector que no contaba con el servicio de agua potable en ese entonces. Un entorno tan complejo cuando niña, que el día que fue con su padre a la casa de un amigo de la familia reaccionó impresionada cuando vio que de la regadera salía el líquido.
“¡Mira, papá! Sale agua de la pared”, exclamó en medio de su sorpresa en baño ajeno, mientras su padre le lavaba el vestido sucio por la crema de un helado que le cayó encima, en plena visita. A lo que su padre de inmediato la interrumpió apenado: “¡cállese, eso no se dice!”.
“Crecí en medio de muchísima escasez, mucha crisis. Crecí viendo eso y me di a la tarea de trabajar, primero, en tener una mejor calidad de vida, pero también por superar ese impacto de las injusticias”, manifiesta Ibáñez.
En el año 1995, sus padres le regalaron su primera computadora, que tenía Windows 95, un detalle que describe como algo “fascinante” y un “boom” para lo que le deparaba su futuro. Le permitió mayor conexión y poner a volar su imaginación.
Su paso por la Universidad, donde asegura que sufrió de bullying
Fue así como, tras salir del colegio, incursionó en una Universidad de Barranquilla para convertirse en abogada, teniendo entre ceja y ceja volverse especialista en Derecho Informático, lo que provocó burlas entre sus docentes.
“A mí me hicieron bullying toda la vida, pero en la Universidad me lo hacían los profesores. ‘¿A usted cómo se le ocurre, dizque Derecho Informático? ¿Usted sabe lo que es eso? Que una persona agarre un mouse y le meta en la cabeza eso a alguien y lo mate. No sea pendeja’. Y así 2001, 2002… Ahí fue donde yo empecé a investigar y fui la primera persona que empezó a hablar del tema en Barranquilla y en Colombia”, asegura la abogada.
Cuenta que, para eso, se inscribió con un profesor en España, donde ya existía la Facultad. En 2005 no le permitieron graduarse, porque no había registrado la asignatura y tenía una monografía titulada ‘El delito informático en el nuevo sistema penal acusatorio acusatorio’.
“Es un modelo para investigar con estilo americano y Colombia estaba adaptándose a un nuevo sistema. Yo escribí eso y fue una pelea como de tres años para poderme graduar a tal punto de pensar en presentar una tutela. No podía, porque no había un profesor que pudiera evaluarme. Y yo estaba hablando de delitos informáticos, de fraudes, de cosas demasiado avanzadas, que había intercambiado con el docente en España”, recuerda la mujer.
Hasta que finalmente pudo obtener el título en el año 2011. Sara Ibáñez también fue docente en la Universidad Autónoma del Caribe, donde dictaba clases de Derecho Informático, en el marco de Informática Jurídica.
“Empiezo a desarrollar un laboratorio de investigación con los estudiantes, que se llama Delitos Futuristas, lo que es investigaciones con tecnología y empiezo a contactarme con laboratorios de Estados Unidos y a buscar a la Universidad de Harvard para que pudiéramos hacer intercambios”, dice la barranquillera.
Surgió el proyecto de resolver crímenes con tecnología
Pero tiempo después, Ibáñez debió dejar el cargo y, con la firme de intención de darle continuidad a su vocación, buscó nuevos horizontes en ese país norteamericano, donde surgió su proyecto para resolver crímenes con tecnología.
Mi laboratorio funciona en la capacidad de resolver cualquier delito con tecnología
“Mi laboratorio funciona en la capacidad de resolver cualquier delito con tecnología. Existe el Análisis Predictivo de Datos, donde puedo agarrar de una escena del crimen un cabello o una muestra de ADN y con esa muestra la procesamos y nos da un aproximado de cómo es el retrato o la cara de la persona dueña de ese ADN”, explica.
Esta idea la empezó a trabajar y la presentó en una conferencia de jueces y fiscales, pero no le dieron mayor importancia. Sin embargo, Sara no se quedó de brazos cruzados y continuó preparándose e investigando.
Para ella, su misión está en ayudar a la humanidad. Pone de ejemplo el caso de una niña que estaba siendo abusada y el hecho fue transmitido en vivo en Facebook. Sara, desde el comando, le hizo el seguimiento al video para tratar de ubicar el suceso. Posteriormente, tras lograr encontrarla, lograr anexar esa evidencia al proceso, porque no entendían el concepto de evidencia digital.
“Tuve el caso de una niña que el novio le robó la cuenta de Facebook y, como no quería volver con él, la golpeó, le tomó unas fotos desnudas y las subió en la red. Todos los días iba revelando un poco más de la foto censurada, hasta que la vieran totalmente desnuda. Llevé las evidencias, capturamos al tipo y al tipo lo soltaron, porque el fiscal no entendió, decía que ahí no había delito, porque no estaba en el código penal lo que es pornovenganza y sextorsión, no está tipificado en el código penal, sin embargo, todos los días hay una víctima”, señala Ibáñez.
Estrategias de protección para menores
Se enfocó en generar estrategias de protección, por ende creó el primer programa de prevención para menores el cual llamó: ‘Entrenamiento preventivo frente a los riesgos de Internet’ y llevó gratuitamente a las escuelas a través de una entidad sin ánimo de lucro que fundó.
La idea con este proyecto fue ayudar a prevenir y acompañar a víctimas de distintos actos. Una organización de la cual se han ayudado las víctimas de cyberbullying y distintas maneras de acoso y actos de la delincuencia informática.
Teniendo en cuenta que su experiencia, dice que su carrera tiene “varias aristas”. Por un lado está resolver delitos con tecnología y por otro lado está la de impartir conocimiento, por lo que otro proyecto que emprendió fue la creación de un sistema de enseñanza en línea para aprender Derecho Informático.
Inicié un movimiento para que los estudiantes de Derecho aprendieran de Derecho Informático
“Los estudiantes que salen de las universidades no saben hacer un contrato de internet, un contrato informático. Entonces inicié un movimiento para que los estudiantes de Derecho aprendieran de Derecho Informático, proponiendo una transformación en el sistema académico. Empecé a dar clases, los primeros estudiantes fueron becados. Aprenden tecnología para aplicarla a que se haga justicia, desde robótica, inteligencia artificial y metaverso. Estoy desarrollando tecnología jurídica y también utilizar estos software para rastrear un criminal”, expresa.
Ahora, según añade, está trabajando en una tesis doctoral que consiste en colocar un chip que, a través de impulsos neuronales, arroje información sobre emociones, sensaciones en reclusos.
“Queremos implementarlos en reclusos con libertad condicional, no lo que utilizan en el pie, sino algo implementado. Y de esa manera, sobre todo los que han sido acusados de agresión sexual, podemos saber anticipadamente si esta persona está teniendo un impulso sexual y nos da una alerta con Google Maps, si alrededor hay escuelas, lo que puede generar un control preventivo”, cuenta Ibáñez.
Este tercer punto de investigación de Sara se encuentra en etapa de permisos, pero desde ya ha encontrado cuestionamientos por parte de organismos de derechos humanos que se oponen a la idea.
Propone el ‘Gobierno del Ciberespacio’
“Desde mi laboratorio trabajo para encontrar criminales. Me cansé de cazar criminales, ahora lo que quiero es evitar que ese criminal cometa un delito”, afirma la mujer.
Otra de sus propuestas es la forma cómo pueden resolverse la mayoría de los problemas de acoso, amenaza, estafas online que se dan por usar perfiles anónimos y cuentas de suplantación, hechos que afectan a un gran número de personas.
Esta solución definitiva, según señala Sara, tiene bases regulatorias entendiendo el ciberespacio “como un nuevo Estado y que por ende necesita una Gobernanza”.
En ese sentido va su propuesta de ‘Gobierno del Ciberespacio’, mediante la creación de un espacio seguro en los entornos digitales donde los usuarios puedan acceder, compartir en redes sociales, hacer negocios e interactuar de distintas maneras pueda desarrollarse con la tranquilidad de tener una protección de sus derechos a través de una estructura legal.
Dicha propuesta fue presentada oficialmente en el Congreso Mundial de Mujeres líderes en Harvard, el cual fue llevado a cabo el pasado 21 de junio del presente año, cuando fue invitada como conferencista.
Sara Ibáñez dice que su trayectoria le ha permitido obtener reconocimientos en: Congreso Hispanoamericano de Negocios Sede estados Unidos, reconocida como miembro honorario y persona influyente en el mundo de las tecnologías.
Escuela entre líderes; Reconocimiento como Líder Influyente. Asociación de abogados de Colombia. Conalbos, capítulo Barranquilla, Miembro fundador. Y Asociación de abogados informáticos Argentina; Miembro honorario.
Es así como esta abogada barranquillera continúa con su misión de aportar a la comunidad, creando entornos digitales seguros desde Estados Unidos.
Deivis López Ortega
Corresponsal de EL TIEMPO - Barranquilla
En X: @DeJhoLopez
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