Kepa, un creador total / 'El otro lado', columna de Ómar Rincón

Kepa Amuchastegui fue vital, maravilloso, poderoso. Narrador genial, sea como actor, guionista o director. Garzas al Amanecer (1989), La casa de las dos palmas (1991) y El Fiscal (1999) son sus obras más recordadas. De la última conversa con él, estas son sus herencias:

El artista. “El director, tanto en televisión como en teatro, es simplemente un “coordinador de creatividades”. Es decir, uno coordina la creatividad del libretista con la creatividad del luminotécnico con la creatividad del sonidista, con la creatividad de los actores. Todos le aportan a uno. Y uno es el coordinador de eso. La responsabilidad de uno no es dirigir, sino abrir puertas”.

Las historias. “Los proyectos que me gustan son los que dialogan con el contexto y la situación política del país, con nuestra identidad, porque tenemos mucho que aprender de nuestra historia. En La casa de las dos palmas me interesó contar la historia de un territorio, de cómo se pobló ese territorio, cómo llegaron esas personas, qué les tocó hacer, por qué aventuras tuvieron que pasar, cómo eran esas relaciones, cómo era el trato, la relación mujer-hombre, hombre-mujer en aquella época y en esa zona”.

La literatura. “Cuando tienes un texto de Cortázar, o de cualquier otro autor destacado, con personajes densos, interesantes y profundos, es una delicia adaptarlo. Adaptar una obra así es un desafío, pero al mismo tiempo es gratificante trabajar con una materia prima tan rica (...). Conservar esa densidad y riqueza al adaptarlas para la televisión resulta en productos interesantes y pensantes para los televidentes”.

El autor. “Yo dirigía cámaras, dirigía actores y componía las tomas. Es decir, tenía el control total. Un concepto integral para cada proyecto. No se trataba simplemente de colocar a los actores en el set y filmar, sino de desarrollar una idea visual, rítmica y musical que diera vida a la historia. Cada una de mis obras tiene su propia identidad reflejada en la fotografía, la música, las actuaciones y otros aspectos”.

El actor. “Bernardo Romero fue el responsable de enseñarme a moderarme, a bajar un cambio. A partir de ahí, creo que aprendí a actuar en televisión, a no ser tan exagerado. Siempre procuro ver al personaje por encima de mí, tanto cuando dirijo como cuando actúo”.

Las narconovelas. “Me ofrecieron dirigir algunos de esos proyectos, pero me negué. No quería glorificar a esos personajes ni darles 80, 120 capítulos de protagonismo. No podía aceptar que la juventud viera eso como un ejemplo para seguir”.

El mercado. “La voracidad de consumo y la producción masiva de contenido de baja calidad han llevado a que la mayoría de las cosas que se producen sean basura. Para ganar el rating hacen cosas más fáciles, más comprensibles y se olvida la parte artística y escribir libretos con densidad. Cada vez se piensa menos en la calidad. Pensar es peligroso. Nunca he abandonado esa idea: hacer pensar”.

Don Kepa, gracias por tanto, ya sos parte de nuestro disco duro cultural. Buen viaje.