'Isla perdida', el thriller soñado de Fernando Trueba con la actuación del colombiano Juan Pablo Urrego

hace 1 mes 39

Fernando Trueba ha experimentado en el cine: en la comedia, el drama, la animación y hasta en los musicales. Para un director y guionista de casi 70 años parece estar todo chuleado, pero no es el caso del cineasta español, que tiene la inquietud de un chiquillo y las ganas de trabajar de un recién graduado.

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“Hay montones de cosas que no he hecho y tengo la sensación de que cada vez hay que empezar de cero, que a lo mejor hasta es bueno, porque hay cosas que aprendes en la vida y con la experiencia y tal, pero hacer una buena película no se aprende, eso cada vez te lo juegas”.

Este madrileño -esposo de la productora Cristian Huete, padre del realizador Jonás Trueba y hermano del guionista David Trueba- tiene a cuestas un Óscar a la mejor película extranjera (Belle Epoque, en 1993), seis Goyas (el último para la producción colombiana El olvido que seremos) y varios reconocimientos en los festivales de San Sebastián, Cannes y Venecia.

El autor de Two Much, La niña de tus ojos, Chico & Rita, El baile de la victoria y El artista y la modelo, entre otras, estuvo hace algunos días en Bogotá y conversó con EL TIEMPO por el estreno de su más reciente película, Isla perdida (Haunted Heart), un thriller rodado en inglés, con un elenco de lujo encabezado por Matt Dillon, Aida Folch y el colombiano Juan Pablo Urrego (recordado por la series Rigo, Manes y Las hermanitas Calle, y en el cine El olvido que seremos, Memoria).

“El origen de la historia es mi amor por este género, como espectador, como cinéfilo. Yo siempre he amado mucho el cine negro, el thriller, el film noir clásico, el cine de Hitchcock. Tenía ganas de trabajar ahí. Y también tenía la inspiración de las novelas de Patricia Highsmith (El talentoso señor Ripley, Extraños en un tren, Carol), siempre he sido seguidor y lector de ella. De hecho, la entrevisté a principios de los 80 en Francia”, recuerda Trueba.

Fernando Trueba habla de su nueva película, un 'thriller' con protagonista colombiano

Isla perdida es un relato en el cual el espectador intuye el destino de sus personajes, pero en el que la sorpresa (no el sobresalto del terror), la tensión y las transformaciones de sus protagonistas van haciendo que aflore la incertidumbre. La historia sigue a Álex, una española que llega a trabajar en un restaurante en una lejana y pequeña isla en Grecia, donde vive Max (Dillon), el misterioso chef y propietario del lugar. Allí trabaja Chico (Urrego), un brasileño que se gana la vida cruzando turistas en su barca entre el pueblo y el negocio. La amistad y el amor que florece en el ambiente se irá opacando por el oscuro pasado de Max.

“Chico es un marinero brasilero que está viviendo en esta isla temporalmente, mientras arregla su velero. En el camino tiene una transformación, porque es un personaje que empieza muy alegre, con una energía muy ligera, muy amoroso, muy amiguero y que poco a poco va a descubrir cosas y a darse cuenta de que no están tan chéveres; así que su energía se empieza a ver un poco más pesada”, cuenta Juan Pablo en una charla con este diario.

Como le sucede a Chico, Álex y Max también van dejando atrás la luminosidad del principio y con cada descubrimiento dan un paso más hacia la oscuridad. Eso se refleja en los encuadres, las locaciones, los vestuarios, la ambientación: todo empieza muy cálido y acaba gélido y desangelado.

Aida Folch, en una escena de 'Isla perdida', de Fernando Trueba.

Aida Folch, en una escena de 'Isla perdida', de Fernando Trueba.

Foto:Fernando Trueba Producciones

Este es un género muy exigente, para el director sobre todo, porque tienes la puesta en escena y la cámara es clave. Entonces, tienes que moverla, ponerla en el sitio preciso –explica Trueba-. No te permite cosas. Yo a veces digo, ¿por qué Hitchcock siempre ha sido el director de directores? Porque dedicó su vida a este género, que te obliga a encontrar soluciones visuales y a contar con la imagen. Hay otros géneros que la imagen está, pero no quiere decir que la imagen cuente tanto. A lo mejor cuenta lo que hay dentro de la imagen, pero en el thriller o en el suspense, dónde está la cámara, cómo se mueve la cámara, la lente que hay puesta en la cámara, todo eso forma parte de la historia”.

Durante casi tres meses, la producción se tomó la villa de Trikeri, en Grecia, un lugar de ensueño cuya belleza contrasta con su triste pasado: fue un campo de concentración para mujeres durante la Segunda Guerra Mundial. Allí aprendieron a comunicarse para comprar comida o movilizarse. El actor colombiano cuenta que su mayor reto para ser Chico fue actuar en inglés. “Te requiere mucha concentración, tocaba estar muy preparado para cada escena (…) pero Fernando es un director que te hace el trabajo muy fácil, porque él es tan estudioso y tan meticuloso en todo su trabajo, que ya tenía en cada escena, y en cada momento, sus observaciones. Me decía: ‘Mira yo quiero que acá pase esto, yo quiero que acá tu personaje tenga este cambio, yo quiero que acá tu personaje tenga este momento’. Entonces eso le hace a uno el trabajo más fácil, porque no eres tú el que tiene que descubrirlo, sino que él ya lo entregaba. Tuvimos algunos cambios al momento de grabar, pero fue una película que él ya tenía desmenuzada”.

MADRID, 03/03/2021.- Fernando Trueba compite en los Goya 2021 con "El olvido que seremos", una película basada en la novela de Héctor Abad Faciolince, con la que Colombia busca el premio a la mejor película iberoamericana del año; una situación "rara" para el madrileño, aunque, como recuerda en una entrevista con Efe, no es la primera vez que "se sale del tiesto". EFE/ Juan Carlos Hidalgo

El cineasta español Fernando Trueba.

Foto:EFE / Juan Carlos Hidalgo

Ni los premios, el paso del tiempo o la experiencia han logrado que Fernando Trueba haga más fácil una película. “Creo que la dificultad sigue siendo básicamente la misma que tenían los directores de cine mudo, conseguir hacer tus películas con independencia y con libertad”, cuenta.

Próximo a rodar un documental musical en Nueva York y con la idea de que su próxima película sea una comedia, que acaba de escribir, Trueba no les pone nacionalidad a sus proyectos. “Cuando me enamoro de una historia voy ahí detrás y no le miro el pasaporte, ¿sabes? No le pido el carnet de identidad (…) Este mundo ya no tiene vuelta, aunque algunos se pongan histéricos y hagan discursos absurdos, populistas contra los emigrantes y tal, esto es imparable. El mundo es de todos. Existe solo un país, que es este planeta, que tenemos que cuidarlo porque lo que ocurre en el Amazonas afecta a los que están en las Antípodas”, dice.

SOFÍA GÓMEZ G.

Redacción Cultura EL TIEMPO

@CulturaET

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