Durante el embarazo, el vientre materno se convierte en un ambiente protector donde el feto puede crecer y desarrollarse adecuadamente.
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El útero actúa como una barrera que lo protege de factores externos como golpes o infecciones, y le proporciona los nutrientes y el oxígeno necesarios para el desarrollo de sus órganos y sistemas. Este entorno también ayuda a regular la temperatura y permite al bebé percibir el mundo exterior a través de los sonidos.
A pesar de la protección que brinda el entorno intrauterino, el bebé puede percibir ritmos y vibraciones del mundo exterior, como los latidos del corazón de su madre y las voces que lo rodean. Este ambiente sonoro juega un papel importante, ya que los sonidos percibidos durante esta etapa temprana son fundamentales para el desarrollo de habilidades auditivas y del lenguaje.
El sistema auditivo del bebé se forma desde el vientre
El sistema auditivo del bebé comienza a desarrollarse alrededor de la semana 18 de gestación. A partir de la semana 24, el feto ya es capaz de escuchar sonidos dentro del útero, como la voz de su madre y los ruidos del cuerpo materno.
En el tercer trimestre, su sistema auditivo está lo suficientemente maduro como para procesar algunos sonidos externos, aunque de manera amortiguada. Según Samantha Anne, otorrinolaringóloga pediatra de Cleveland Clinic, “el desarrollo auditivo es fundamental para el procesamiento de sonidos, el desarrollo del lenguaje, el aprendizaje y la socialización después del nacimiento”.
La doctora Vanesa Ruiz, coordinadora de ginecología y obstetricia de la Clínica Ricardo Palma, explicó que “el feto inicialmente percibe el latido del corazón y la respiración de su madre, junto con los sonidos del aparato digestivo”. A medida que el embarazo avanza, el bebé también puede escuchar la voz de su madre y otros sonidos externos. Estos estímulos son claves para fortalecer los lazos afectivos y promover el desarrollo cerebral.
Los sonidos graves y agudos: ¿cómo los percibe el bebé?
El feto reacciona de manera diferente según el tipo de sonido. Los sonidos graves, que se transmiten mejor a través del líquido amniótico, pueden provocar respuestas más intensas, como movimientos o cambios en la frecuencia cardíaca. Por el contrario, los sonidos agudos son atenuados al pasar por el abdomen y el líquido amniótico, generando respuestas menos intensas.
De acuerdo con la ginecóloga obstetra Nandy Vega, los sonidos externos también influyen en la maduración del sistema auditivo. “Sonidos suaves y repetidos, como la música o la voz de la madre, ayudan al desarrollo del sistema auditivo y emocional del feto”. Sin embargo, la exposición a ruidos fuertes, como el tráfico o conciertos, puede tener efectos negativos en el desarrollo cerebral y auditivo.
¿Es peligroso asistir a conciertos durante el embarazo?
Asistir a eventos donde los niveles de sonido superen los 85 decibelios puede representar un riesgo para el desarrollo auditivo del feto. La doctora Angélica Landauro, ginecóloga obstetra de la Clínica Internacional, advirtió que la exposición prolongada a ruidos intensos podría causar daños en las células auditivas del bebé, lo que podría resultar en problemas como la pérdida de audición.
Se ha demostrado que sonidos superiores a los 100 decibelios pueden ser perjudiciales para el desarrollo auditivo del feto. Es importante que las madres eviten ambientes con ruido excesivo y proporcionen períodos de descanso auditivo para permitir el desarrollo equilibrado del sistema auditivo del bebé.
MILENKA DUARTE
El Comercio (Perú) / GDA
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de El Comercio, y contó con la revisión de un periodista y un editor.