Rory Kennedy tenía 36 años cuando escuchó un diagnóstico que no esperaba: cáncer de colon en fase 3C. En ese momento, creyó que su rutina activa y su alimentación equilibrada lo protegían de una enfermedad como esta.
No consumía alcohol, no fumaba, hacía ejercicio con frecuencia y no tenía antecedentes familiares relacionados con el cáncer.
“No tengo ni una sola marca de cáncer de colon”, expresó Kennedy al New York Post. “No hay causa raíz. Dijeron que simplemente pasó algo en tu cuerpo, que algo mutó”.
Los primeros síntomas aparecieron en 2022, pero fueron atribuidos a una úlcera o bacteria. Foto:Redes Sociales
Ignoró una señal clave y su vida cambió por completo
Los primeros indicios se presentaron en 2022. Durante una semana notó que sus heces tenían un color oscuro, casi negro. Consultó en una clínica de atención inmediata, donde le indicaron que podía tratarse de una bacteria o una úlcera. Le recetaron medicamentos y lo enviaron de vuelta a su casa.
“Tomé los fármacos y los síntomas parecieron aliviarse durante el mes siguiente”, dijo. “Así que no le di importancia. Seguí con mi vida. Todo iba bien”.
Dos años más tarde, en junio de 2024, descubrió sangre después de ir al baño. Además, los dolores abdominales, aunque intermitentes, aumentaban su preocupación. En esta ocasión decidió acudir a un especialista.
“Me dijo enseguida que si entonces tenía heces negras y alquitranadas, debería haberme hecho una colonoscopia y una endoscopia inmediatamente”, explicó.
Tras los exámenes, el resultado fue claro: existía una masa en el colon. En ese momento, comprendió que no se trataba de una molestia pasajera. “Me quedé sorprendido. No tenía ni idea. Supuse que solo tenía un pólipo que sangraba o una lesión”, relató.
Ocho de los 45 ganglios linfáticos extraídos presentaban células cancerosas.
Foto:iStock
La intervención quirúrgica incluyó la extracción de 25 centímetros del colon, parte del intestino delgado, el apéndice y 45 ganglios linfáticos, de los cuales ocho estaban comprometidos con células cancerígenas. Con esos hallazgos, se confirmó el estadio 3C del cáncer.
“Hay letras involucradas porque supongo que cada paso es un poco peor. Así que como 3A no es tan malo como 3B, que no es tan malo como 3C. 3C es la última letra de la etapa 3”, describió. “Así que estoy básicamente a muy poco de la etapa 4”.
Enfrentar el diagnóstico fue difícil. “Desde el momento en que me enteré [del diagnóstico] hasta un mes después, te encuentras en un estado de ánimo terrible”, compartió. “Tengo esposa, tengo un hijo recién nacido que acaba de cumplir un año el día que me operaban”.
El tratamiento con quimioterapia comenzó poco después. Entre los efectos secundarios, experimentó náuseas, dificultades para dormir, defensas bajas y una inflamación bucal intensa conocida como “boca de quimio”.
“¿Te has quemado alguna vez con una pizza? Imagínate esa sensación por todas partes: en la boca, en las encías y en la garganta”, explicó.
Sin embargo, Kennedy asegura que el impacto emocional fue aún más desafiante que los síntomas físicos. “La parte mental es sin duda la peor, porque la física se cura con el tiempo”, dijo. “Se te pasan por la cabeza todas las situaciones posibles. Dios mío, no voy a ver a mi hijo ir a la guardería… ¿Tengo que hacer testamento?”.
Para enfrentar los momentos más difíciles, encontró apoyo en su fe, en su familia y en comunidades en redes sociales. “Soy cristiano y diría que me ha hecho un cristiano aún más fuerte”, afirmó. También añadió: “He estado más presente en el momento, porque no sé cuántos buenos momentos voy a tener”.
Hoy está próximo a finalizar su proceso de tratamiento. Si los resultados de los exámenes son favorables, entrará en remisión. Aun así, los médicos estiman que tiene entre un 40% y un 50% de probabilidad de que el cáncer reaparezca. Si transcurren cinco años sin señales de la enfermedad, podrá ser considerado libre del cáncer, aunque el riesgo residual será de un 10%.
Kennedy lamenta no haber insistido en exámenes más profundos desde el principio. “A veces me pregunto: cuando tenía las heces negras alquitranadas, ojalá el médico me hubiera dicho entonces: ‘Oye, te mando a un gastroenterólogo’”, reflexionó.
Su experiencia lo llevó a compartir su historia, con la intención de alertar a otras personas sobre la importancia de no posponer una colonoscopia. “No recomiendo en absoluto el cáncer, no es nada divertido. Preferiría hacerme 30 colonoscopias seguidas que pasar por la maldita quimio”, concluyó.
Experimentó efectos secundarios severos como “boca de quimio” e insomnio.
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Señales de advertencia y métodos de detección
De acuerdo con Mayo Clinic, entre los síntomas más frecuentes del cáncer de colon se encuentran:
- Cambios persistentes en el ritmo intestinal (como estreñimiento o diarrea).
- Sangrado rectal o sangre visible en las deposiciones.
- Dolor o malestar abdominal constante, incluyendo gases y calambres.
- Sensación de evacuación incompleta.
- Cansancio o debilidad general.
El diagnóstico suele realizarse mediante colonoscopia, procedimiento que permite observar el interior del colon y extraer muestras de tejido para analizarlas. También se pueden utilizar análisis de heces para detectar sangre o alteraciones genéticas. Además, exámenes físicos, análisis de sangre específicos y estudios por imágenes como tomografías o resonancias permiten establecer la magnitud de la enfermedad.
Cáncer de colon y colon irritable: ¿cómo diferenciarlos según un oncólogo? | El Tiempo
JORGE VILLANES
El Comercio (Perú) / GDA
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de El Comercio, y contó con la revisión de un periodista y un editor.