Hombre de la comunidad Lgbti reportado como desaparecido fue hallado sin vida en una quebrada de Bello

Un lamentable final tuvo la búsqueda de Jonatan Rodríguez Osorio, de quien no se sabía nada desde el domingo 19 de enero en Bello, Antioquia.

Aproximadamente 48 horas después, el cuerpo de este hombre de 37 años, quien pertenecía a la comunidad Lgbtiq+ fue hallado sin vida en una quebrada en el sector Niquía de este municipio.

De acuerdo con medios locales, Rodríquez, quien vivía en el barrio Hermosa Provincia, Jonatan Rodríguez Osorio, fue visto por última vez en horas de la noche del sábado 18 de enero.

Se dice que dejó la puerta de su casa abierta, no llevó su celular y dejó su moto afuera.

Esto despertó sospecha entre su familia, por lo que reportaron de inmediato su desaparición.

Ante el hallazgo del cuerpo sin vida del hombre, diversos colectivos expresaron su rechazo y preocupación por este tipo de muertes.

"Nos alerta el aumento de muertes violentas LGBTIQ en Medellín y Valle de Aburrá (...) en el segundo semestre del 2024 aparecían cuerpos de mujeres trans en el río Medellín. Acciones contundentes ya", trinó la Alianza Social LGBTIQ.

Autoridades investigan los móviles y responsables de este crimen, así como si tiene que ver con su condición sexual o fue por otro motivo.

No es el único crimen

Con este caso, ya son dos las personas de esta comunidad asesinadas en el Valle de Aburrá en 48 horas.

El pasado sábado, 18 de enero, Mateo Jaramillo Naranjo, docente de 23 años, fue hallado sin vida al interior de su vivienda en el barrio Florida, en Medellín. 

El hombre fue encontrado atado de manos y pies. 

Jaramillo era egresado de la Licenciatura Inglés-Español de la Universidad Pontificia Bolivariana y se desempeñaba como profesor de inglés y como apoyo en el área de Lengua Castellana e Investigación Formativa. 

El joven pertenecía a la comunidad LGBTIQ+, por lo que distintos colectivos han rechazado el crimen.

Su familia contó cómo fueron sus últimos momentos de vida y las pistas que siguen ahora las autoridades para dar con los responsables del crimen, que al parecer serían conocidos del joven docente.

La familia de Mateo aseguró que ese viernes el joven llegó a su apartamento sobre las 8:30 de la noche y, según el relato de los vigilantes del edificio donde residía, otros dos hombres llegaron a la propiedad sobre las 9:46 de la noche.

Los vigilantes del edificio le dijeron a la familia del joven asesinado que los dos visitantes se registraron en la portería y entraron al apartamento con el aval del muchacho.

Los hombres salieron del apartamento pasadas las diez de la noche (unos 40 minutos después) con un bolso que, al parecer, pertenecería al joven asesinado.