Lee Rawilson, un deportista de 51 años originario de Essex, Inglaterra, vivió un giro inesperado en su vida tras ser diagnosticado con cáncer de páncreas.
Este corredor de maratones había recibido resultados impecables en sus análisis médicos previos, tanto de sangre como de orina, lo que hizo que el diagnóstico fuera aún más impactante.
Un dolor abdominal ignorado
A pesar de haber experimentado dolor en la parte inferior de su abdomen, Lee lo atribuyó al estrés, confiando en sus exámenes que no mostraban anormalidades. Previamente, le habían detectado diabetes tipo 2, pero no relacionó este antecedente con algo más grave. Sin embargo, el malestar resultó ser un cáncer pancreático avanzado e inoperable, el cual se había extendido a su hígado, formando metástasis.
“Estuve tomando analgésicos todos los días y no me hacía efecto”, relató Lee. En septiembre, el dolor se intensificó al punto de describirlo como "una sensación de un poste atravesando su abdomen hasta la espalda". Fue entonces cuando buscó ayuda médica y, tras una tomografía computarizada, recibió el diagnóstico definitivo el 31 de octubre: cáncer de páncreas terminal.
Síntomas como falta de apetito y dolor abdominal alertan sobre el cáncer de páncreas. Foto:iStock
La enfermedad silenciosa y sus señales de alerta
El cáncer de páncreas, según la Sociedad Americana del Cáncer, afecta un órgano clave que produce enzimas digestivas y hormonas como la insulina. La Clínica Mayo advierte que esta enfermedad es difícil de detectar en sus etapas iniciales debido a la falta de síntomas evidentes, lo que reduce las posibilidades de un tratamiento curativo.
Algunos de los signos que pueden aparecer en etapas más avanzadas incluyen:
- Dolor abdominal que se irradia hacia la espalda.
- Pérdida de apetito constante.
- Bajada de peso inexplicable.
- Ictericia (ojos con tono amarillento).
- Heces claras o flotantes.
- Orina oscura.
- Fatiga persistente.
En el caso de Lee, sus dolores habían comenzado en enero y trató de manejarlos con medicamentos de venta libre. No obstante, fue solo cuando el dolor se volvió intolerable, tras un entrenamiento de fútbol, que buscó atención de emergencia.
Un estilo de vida saludable que no bastó
Lee, quien no encontraba una razón evidente para su enfermedad, descubrió que su abuelo también había padecido cáncer de páncreas. “Parecía brutal, pero quería decir que no había nada que se pudiera hacer. Esto iba a pasar”, comentó al respecto, indicando que podría portar un “gen sospechoso” heredado.
Aunque no hay causas específicas que expliquen este tipo de cáncer, la Clínica Mayo resalta ciertos factores de riesgo como el tabaquismo, obesidad, antecedentes familiares de la enfermedad y condiciones como pancreatitis crónica o diabetes.
Lee Rawilson busca crear conciencia sobre los signos del cáncer de páncreas avanzado. Foto:iStock
El caso de Lee subraya que incluso un estilo de vida activo, como el suyo, no elimina por completo la posibilidad de desarrollar esta grave enfermedad. Actualmente, el tratamiento quirúrgico ya no es una opción para él debido al avance de su condición. Otros métodos, como quimioterapia, radioterapia y manejo del dolor, buscan mejorar su calidad de vida.
“Esta será mi última Navidad”, expresó con resignación. Ahora se dedica a crear recuerdos junto a sus seres queridos y a compartir su historia con el objetivo de concientizar sobre el cáncer de páncreas, especialmente en aquellos con antecedentes familiares.
SUSANA CARRASCO
El Universal (México) / GDA
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de El Universal, y contó con la revisión de un periodista y un editor.