Los aranceles impuestos a partir de este martes a todas las importaciones provenientes de Canadá, México y China –25 por ciento para los dos primeros y 20 por ciento acumulado para el último- no son la primera salva en la temida guerra comercial que parece querer desatar el presidente Donald Trump, sino que traerá nefastas consecuencias para todos los involucrados, incluyendo a Estados Unidos.
Tras varias semanas amenazando con ellas y pese a las medidas adoptadas por estos países para evitarlas, finalmente, el republicano cumplió su promesa excluyendo únicamente las exportaciones de hidrocarburos canadienses, cuyo arancel será del 10 por ciento, por ahora.
Donald Trump. Foto:Archivo
De acuerdo con Trump, los tres países “castigados” incumplieron con su promesa de frenar el tráfico de fentanilo y/o atajar el flujo de migrantes con rumbo a EE. UU.
Eso, pese a que, de acuerdo con la propia administración republicana, el tránsito de migrantes prácticamente ha cesado por la frontera sur desde el 20 de enero -menos de 200 arrestos diarios, según el CPB- y a las diversas iniciativas anunciadas por Canadá, México y China tres para contener el tráfico del letal estupefaciente.
Aunque las críticas de Trump son genuinas -el fentanilo es la causa de muerte de más de 100.000 estadounidenses al año y su énfasis en combatir la migración ilegal data de su primer Gobierno (2021-2021)- el trasfondo de las medidas del republicano es más amplio se se concentra en fomentar el regreso el regreso a Estados Unidos de las empresas que, según Trump, se perdieron con la liberalización del comercio y la subcontratación a otros países que se inició desde la década de los años 90 y que le ha costado al país más de cinco millones de empleos en el sector manufacturero.
Esta acción destruye el Acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC), altera la economía integrada de América del Norte (...) y obliga a los fabricantes estadounidenses a luchar para reestructurar sus cadenas de suministro.
William ReichEspecialista en comercio del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales
La mayoría de los analistas sostiene, no obstante, que el grueso de esas pérdidas fue producto de la automatización y que el libre comercio, por el contrario, fue lo que produjo la baja inflación que se registró en el país hasta hace muy pocos años.
Más aún, si bien creen a largo plazo su estrategia proteccionista podría ser un aliciente para el retorno de un porcentaje de esa producción, en el corto, el aumento arancelario, probablemente, se traducirá en un aumento de los precios en muchos productos para los consumidores y en un nuevo repute de la inflación, que ha comenzado a crecer nuevamente y que fue precisamente lo que hundió a su rival demócrata Kamala Harris durante la pasada campaña electoral.
"Esta acción destruye efectivamente el Acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC), altera la economía integrada de América del Norte que hemos construido durante décadas y obliga a los fabricantes estadounidenses a luchar para reestructurar sus cadenas de suministro. Mientras tanto, la economía se verá perturbada, los consumidores pagarán precios más altos, la inflación se reanudará y los trabajadores y agricultores perderán sus empleos debido a las inevitables represalias", dice William Reich, especialista en comercio del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, por su sigla en inglés).
México, ante el temor de caer en recesión mientras Canadá y China le responden a Trump con retaliación comercial
Claudia Sheinbaum Foto:X: @Claudiashein
Canadá y China ya anunciaron una retaliación comercial para responder a los aranceles de Trump. En el caso de Canadá, el gobierno de Justin Trudeau elevará tarifas propias sobre más de 30.000 millones de dólares en importaciones y otros 125.000 millones a partir de este 25 de marzo.
“Canadá no se quedará quieta ante esta decisión injustificada. Como consecuencia de estas tarifas, los estadounidenses terminarán pagando más en mercado, carros, gasolina etc. y se perderán miles de empleos”, dijo Trudeau.
A su vez, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, reconociendo que es el país más vulnerable de los tres dado que Estados Unidos es su mayor socio comercial y el destino del 80 por ciento de sus exportaciones, dijo que alista medidas en represalia.
Analistas de la firma británica Capital Economics señalaron que, si la medida se mantiene, enviaría a la economía mexicana, la segunda mayor de América Latina, a una recesión.
“Lo más probable es que estás tarifas produzcan una recesión en México, pues se estima que se pierdan entre 1,4 y 2 millones de empleos. Esto es una crisis que tendrá un efecto dominó sobre otros mercados que no están directamente ligados a esta guerra comercial”, afirmó al Washington Post Ana Lilia Moreno, directora de competitiva económica en México Evalúa.
Trump versus expertos: ¿aranceles tendrán efecto en los precios al consumidor y la inflación?
Collage aranceles Foto:Con AFP y Efe
Aunque Trump insiste en que los aranceles no tienen efecto en precios e inflación porque son otros países los que pagan la factura, casi ningún analista comparte esa opinión.
Si bien es probable que los exportadores asuman parte del costo del arancel para permanecer competitivos, por lo general, terminan transfiriéndolo al consumidor. Asimismo, es probable que los estadounidenses opten por comprar productos locales si los extranjeros suben de precio, lo cual beneficiará a las empresas locales.
El problema es que muchos de los productos no se fabrican en Estados Unidos o son componentes en la producción de otros, lo cual, en definitiva, encarecerá el precio final.
Para ponerlo en contexto, en 2024, el 40 por ciento de todas las importaciones de Estados Unidos llegaron de estos tres países.
Lo más probable es que estás tarifas produzcan una recesión en México, pues se estima que se pierdan entre 1,4 y 2 millones de empleos. Esto es una crisis que tendrá un efecto dominó sobre otros mercados...
Ana Lilia MorenoDirectora de competitiva económica en México Evalúa.
Además, y aunque los expertos predicen que los aranceles podrían removerse en el mediano plazo, pues prevén que son usados por Trump para obtener concesiones, su imposición genera inestabilidad en el mercado dado que las empresas hacen sus planes a futuro.
El efecto ya se vivió este lunes y martes con la caída del mercado bursátil a ambos lados del Atlántico.
Aguacate, cerveza y celulares, entre los productos que pueden sufrir un aumento de precio en Estados Unidos
Aunque el impacto de las tarifas no será transversal o inmediato, los analistas predicen encarecimiento en varios frentes. Entre ellos, alimentos, carros y autopartes, juguetes, productos electrónicos y electrodomésticos, todos componentes de la canasta familiar estadounidense.
México, por ejemplo, es el mayor proveedor de frutas y verduras en EE. UU., mientras que Canadá lidera las exportaciones de cereales, ganado, aves y otros.
Los productos agrícolas de México y Canadá, en particular, podrían volverse más caros para los consumidores, ya que los minoristas de comestibles operan con márgenes de ganancia más reducidos que la mayoría de las industrias y tendrá que trasladar el costo extra a los compradores.
Adicionalmente, el cambio climático ha aumentado la dependencia de EE. UU. de países como México, donde las condiciones de crecimiento son más favorables y las estaciones son más largas. En términos más concretos, EE. UU. importó más de 46.000 millones de dólares en productos agrícolas de México que incluyen 8.300 millones de dólares en verduras frescas, 9.000 millones en frutas –incluidos los apetecidos aguacates-, 5.900 millones de dólares en cerveza y otros 5.000 millones de dólares en licores destilados como el tequila.
En el caso de productos electrónicos, China es uno de los principales proveedores de teléfonos móviles, televisores, portátiles, consolas de videojuegos, monitores y todos los componentes que los alimentan al igual que electrométricos, juguetes y calzado. En esta última franja, el 56 por ciento de todos los zapatos que se venden en el país son manufacturados en el gigante asiático.
De paso, dada la interconexión económica que existe entre EE. UU. Canadá y México, casi ningún carro que se vende en el país es fabricado de manera doméstica, pues tanto las plantas de ensamble como las piezas que se requieren están dispersas entre los tres.
“Probablemente, no haya ningún vehículo en el mercado hoy que no se vea afectado de alguna forma por los aranceles. En unas dos semanas comenzaremos a ver cambios en los precios de los carros que van a subir”, afirma Peter Nagle, economista automotriz de S&P Global Mobility.
De acuerdo con el Anderson Economic Group el costo de producir un carro, como consecuencia de los aranceles, subiría entre 3.500 dólares y 12.000 dólares dependiendo del modelo.
Incremento de la inflación y baja popularidad para Trump
Aranceles. Foto:iStock
Lo más probable, sostiene Reich, es que todo esto se traduzca en un incremento de la inflación o en un obstáculo para las metas del Reserva Federal que viene haciendo esfuerzos para reducirla por debajo del 2 por ciento.
Tras un largo periodo en descenso, en Estados Unidos la inflación volvió a subir en enero (su ubica en el 3 por ciento) y podría continuar en ascenso una vez las tarifas golpeen los mercados. Un tema delicado para Trump, cuya campaña electoral se edificó en gran parte sobre la promesa de que bajaría los precios.
Algo que ya se está comenzado a sentir entre el público estadounidense cuando encuesta tras encuesta revela que el tema sigue siendo el más importante para los estadounidenses y en el que, de momento, rajan a la administración.
De acuerdo con una muestra reciente de Gallup, solo el 35 por ciento del país aprueba el manejo que Trump le está dando a la economía.
En unas dos semanas comenzaremos a ver cambios en los precios de los carros que van a subir.
Peter NagleEconomista automotriz de S&P Global Mobility
Paralelamente, el índice de confianza del consumidor en Estados Unidos, medido por el Departamento del Tesoro y la Junta para la Confianza, (Conference Board), se desplomó en febrero registrando su mayor caída mensual en casi cuatro años. En gran parte, sostienen, por lo temores de un aumento de la inflación y la guerra comercial.
El dato es preocupante por que mide la percepción del público y por lo general predice su disposición al gasto. Es decir, si la población anticipa que viene un periodo de “vacas flacas” por lo general opta por ahorrar, lo cual también impacta en el crecimiento económico.
A eso habría que añadirle el efecto, aún no medido, pero no menor, de la presión contra los inmigrantes y expulsión de indocumentados, que por lo general son un componente esencial en la mano de obra para la construcción, la agricultura y otros sectores de la industria estadounidense.
Así las cosas, la apuesta de Trump en ambos frentes -arancelario y migratorio- es que el público estadounidense tenga paciencia y que con el tiempo le reconozca el porqué de sus decisiones. Eso es lo que está por verse.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
Washington - @sergom68