Gambeta, calle y el 10: la reivindicación de Juan Fernando Quintero... (Opinión)

En un fútbol que se obsesiona cada vez más con la velocidad y la intensidad, aparecen jugadores que desafían las tendencias. Racing Club, reciente campeón de la Copa Sudamericana 2024, encontró en el colombiano Juan Fernando Quintero un artista del balón, de esos que no necesitan correr para hacer que el juego avance a mil revoluciones. Con su zurda privilegiada y su visión de juego excepcional, Quintero no solo fue un engranaje clave para el título de los de Avellaneda, sino un recordatorio de que el fútbol también es arte y cerebro.

Pero también nos recordó, porque a veces se cree que los deportistas son máquinas, que es un mortal más, que cuando tuvo problemas personales necesitó tiempo y el DT de Racing Gustavo Costas, se lo dio; también enseñó de cumplir con la palabra: prometió que tras el permiso iba a regresar para ser campeón con Racing y así fue.

Además, tuvo una frase que representa a Colombia: “De donde soy es así: hay que reponerse. Así es la vida”, sumado a un slogan nacional, “plata y miedo nunca hemos tenido”, que representa la historia del volante y que refleja a los colombianos, porque hoy Quintero no tiene problemas de dinero, pero los tuvo, y esa ilusión de que la realidad puede cambiar para alguien que viene de abajo también la rescató él.

Tal vez el fútbol no ha sido agradecido con ‘JuanFer’ para devolverle algo de lo que él mismo le ha impregnado al juego. Ha estado en 10 clubes en 15 años, con cuatro títulos nacionales y dos internacionales, Copa Libertadores y Copa Suramericana, pero casi siempre dejó su sello, los equipos cuentan con su marca y su zurda se vuelve prodigio a donde va.

El colombiano brilló en ‘La Acadé’ como el arquitecto silencioso del equipo. Sus números no mienten: seis asistencias y tres goles en el torneo son la muestra tangible de su impacto, pero su influencia va más allá de las estadísticas. Cada pase suyo, medido y quirúrgico, rompía líneas y encontraba compañeros en posiciones privilegiadas. Racing, con la dinámica y hambre que le impregnó el DT Costas, necesitaba a alguien que pensara el juego desde una perspectiva diferente, y Quintero, con su pausa, demostró que la creatividad es tan valiosa como la intensidad.

Pero no es solo en Racing donde Quintero ha dejado su huella. Con la Selección Colombia, su historia ha estado marcada por momentos que permanecen grabados en la memoria. ¿Cómo olvidar aquel gol de fantasía contra Japón en el Mundial de 2018? O su constante capacidad para cambiar partidos con un pase inesperado o un tiro libre perfecto. En cada actuación, Quintero ha mostrado que su juego es atemporal, trascendiendo generaciones y estilos de juego.

En la era de los atletas de alta intensidad, Quintero es un recordatorio de que el fútbol no siempre necesita ser jugado a 200 kilómetros por hora. Él no corre por el balón; lo hace correr. Y en esa cadencia única radica su magia. Los aficionados pueden celebrar las gambetas y los goles espectaculares, pero los que entienden el juego saben que jugadores como Quintero son los que hacen la diferencia, porque ven lo que otros no ven.

Racing no solo ganó la Suramericana; también nos regaló la oportunidad de volver a disfrutar del talento de un jugador irrepetible. Con su zurda como pincel, Juan Fernando Quintero pintó un campeonato inolvidable. En tiempos donde todo parece acelerarse, él nos invita a detenernos un momento y apreciar la belleza de un fútbol pensado, medido y lleno de magia.

Camila Espinoza Aristizábal

Para EL TIEMPO

@Camilanoticia1

Más noticias de deportes