Fútbol y arbitraje: un estado de opinión que se pita según el marrano... (Opinión)

hace 2 meses 20

Se juega la final de la Superliga nuestra. No hay otro tema distinto a la expulsión de Aldair Gutiérrez, del Bucaramanga, y a la no expulsión de Alfredo Morelos, del Nacional. Gutiérrez fue bien echado. A Morelos debieron echarlo por pegarle en la cara a un rival en la disputa de un balón. Mal decidido.

Jugadas polémicas

Jugadas polémicas Foto:Captura de pantalla de Win

Se juega el derbi de Madrid. No hay otro tema distinto al penalti que le pitaron al Real Madrid por un pisotón o medio pisotón –según del lado en que esté cada quien– de Aurélien Tchouaméni a Samu Lino pillado por el VAR en cuadro detenido y cámara lenta.

Todos los fallos arbitrales son un asunto jurídico y, como bien es sabido, todos los jurídicos se debaten entre dos frentes: el ético y el legal.

Eduardo Iturralde, el exjuez y ahora comentarista arbitral de la radio española SER, se apegó a la interpretación ordenada por el Comité Técnico de Arbitros (CTA) de España y opinó del penalti en contra del Real Madrid: “El CTA, que es el que dicta el criterio arbitral, dice que si tú pisas dentro del área en disputa de balón es penalti”. Es lo legal.

Christina Unkle, la exárbitra y ahora experta analista arbitral de la cadena CBS estadounidense, fue un poco más allá: “¿El fútbol quiere o espera que esto sea penalti? La respuesta es no. La decisión del árbitro de campo debería respetarse siempre en esta jugada porque la pelota ya estaba muy lejos, porque el contacto es mínimo, porque no todos los toques son penaltis. El VAR actuó de manera incorrecta”. Eso es lo ético.

Vuelvo a la Superliga nuestra: es legal que el VAR intervenga en jugadas en las que el árbitro principal cometa un “error claro y obvio”, un error evidente, en cuatro situaciones puntuales, una de ellas las tarjetas rojas.

Pero el fútbol, como fiel espejo de la realidad, también es un siempre riesgoso y peligroso estado de opinión, eso que a la larga no es más que una narrativa llena de juicios y prejuicios para validar o deslegitimar e imponerse por encima del Estado de derecho, en este caso, los jueces y sus decisiones. El Real Madrid lo hace a diario en su canal de TV y, la semana pasada, con una carta oficial que fue un terremoto arbitral para la Liga española. El todopoderoso Real Madrid se ha declarado víctima siendo el equipo más grande del mundo...

Algo muy parecido ocurrió el año pasado aquí con Atlético Nacional: se victimizó por las decisiones que en derecho tomaron los árbitros y las cortes del fútbol local.

Ahora ese estado de opinión del fútbol, paradójicamente, le generó al Real Madrid que le pitaran en contra: su ataque frontal contra los jueces en respuesta al caso Negreira (pagos del Barcelona al vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros) le costó ese penalti. Un tiro en el pie. Quizás por primera vez en sus casi 123 años ¡fue el marrano!

Eso por lo general les pasa a los equipos chicos como el Bucaramanga, para el que las decisiones divididas siempre terminan del lado del grande como ha pasado en los más de 160 años de historia del fútbol, que es un estado de opinión que se pita según el marrano.

Gabriel Meluk

Editor de deportes de EL TIEMPO

@MelukLeCuenta

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