Viajar en barco y dar la vuelta al mundo es el sueño de algunas personas y la Villa Vie Residences a través del crucero de lujo Odyssey, una embarcación en la que pusieron a la venta una gran cantidad de ‘Villas’ para pasar más de 1.000 días, alrededor de 3 años y medio, en alta mar, dando así la posibilidad de recorrer los lugares más recónditos de la Tierra.
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Pero este aún no ha podido salir y ya hay descontentos en algunos pasajeros. En ese grupo de compradores se encuentra una mujer de 68 años llamada Jenny Phenix, de Florida, Estados Unidos, que acabó vendiendo toda sus pertenencias para poder estar allí y terminó siendo expulsada.
Ella ha contado su historia a diferentes medios británicos como ‘Telegraph’ y ‘Mirror’ de cómo terminó liquidando todas sus negocios y posesiones para recaudar más de 300.000 euros para cumplir su sueño.
Phenix ha denunciado que se le ha prohibido viajar en el crucero de tres años “por quejarse de los continuos retrasos por un grupo de WhatsApp”. Los medios citados contaron como ella se quejó de que un retraso de cuatro meses significaba que el barco no podría atracar en Miami donde quería recoger algunas pertenencias para el viaje.
Otras de las quejas que manifestó la mujer fue sobre las remodelaciones en el barco y que el camarote era de manera temporal.
Estas quejas ella las hizo a través de un grupo de WhatsApp, no se explica cómo llegaron a la tripulación, ya que era algo privado, para ella fue de gran sorpresa cuando los propietarios del barco le escribieron a informarle que su comportamiento “afectaba a la comunidad”, así lo explicó en ‘The Telegraph’, que habían recibido “más de una docena de quejas de residentes por su negatividad y continuas quejas”.
Jenny Phenix ha compartido su malestar en los medios británicos que muchas personas le habían dado las gracias por sus denuncias. Ella insiste en que en ningún momento descalificó a nadie ni publicó sus quejas en redes sociales, que se trató de conversaciones privadas y que no saben cómo se hicieron públicas.
“La frustración entre los residentes aumentó después de cada demora. Tenía la tendencia a ser una de las más francas a la hora de hacer preguntas importantes. Muchos de los residentes me agradecieron en privado por hablar en nombre de todo el grupo”, dijo Phenix.
A pesar de que le han reembolsado parte del dinero que ha pagado ella aseguró que siente una “devastación moral y física”, porque su gran anhelo no lo va a poder vivir, por culpa del crucero que le canceló su plaza.
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WENDYS PITRE ARIZA
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
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