Este 8 de octubre, galleros de todo el país se movilizarán en Bogotá para exigir al Congreso de la República avances en la discusión del proyecto de ley 122 de 2023, que busca regular las actividades tradicionales como la crianza de gallos finos.
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Solo en el departamento del Atlántico, la situación es crítica: más de 5 mil personas se dedican a esta actividad en 80 gallerías, las cuales generan 15 mil empleos entre directos e indirectos.
Esta cifra es solo una parte de los más de 87 mil empleos que la gallística produce en la región Caribe, lo que representa el 30% del empleo nacional del sector.
“Esta es una de las tradiciones culturales con más presencia en el país porque es una fuente de empleo digno y ayuda a mejorar la calidad de vida de las familias. Si se prohíbe la tradición del gallo fino, ¿en dónde quedarían estas personas? Ellos no son tenidos en cuenta y con esto se afectaría a miles de familias campesinas, además, se aumentarían los niveles de pobreza en las zonas rurales”, manifestó Hugo García, líder de la convocatoria, al referirse al impacto que podría tener la prohibición de estas actividades.
Contexto histórico y social de la gallística en el país
La cría de gallos ha sido una tradición arraigada en Colombia, especialmente en las zonas rurales.
Según datos de la Federación Nacional de Gallística Colombiana (Fenagacol), la crianza de gallos finos genera más de 290 mil empleos en el país, afectando directa e indirectamente a cerca de un millón de personas.
En la región Caribe, donde se concentra el 30% de estos empleos, la gallística se considera un pilar económico y cultural.
La marcha por la defensa de la tradición
La Gran Segunda Marcha Por la Defensa de la Tradición, organizada para este 8 de octubre, se desarrollará desde el Monumento a los Héroes Caídos hasta la Plaza de Bolívar en Bogotá.
Los manifestantes pedirán que se avance en la discusión del proyecto de ley 122 de 2023, que busca regular las culturas y tradiciones que tienen arraigo en la práctica popular, como la cría de gallos, el coleo, las corralejas y las cabalgatas.
El gremio gallero también se opone a los proyectos de ley prohibicionistas presentados por los senadores Esmeralda Hernández, Juan Carlos Lozada y Andrea Padilla, quienes buscan sancionar con cárcel a quienes se dediquen a actividades relacionadas con la crianza de gallos.
Los galleros acusan a estos legisladores de introducir “artículos engañosos” que, en su opinión, suponen un “gallo tapado” al prohibir actividades que no estén reguladas, lo que amenaza la continuidad de sus oficios y modos de vida.
El impacto de la regulación
El proyecto de ley 122 de 2023, en trámite ante el Congreso, es visto como la última oportunidad para preservar una tradición que inyecta más de 6 billones de pesos anuales a la economía nacional.
Fenagacol ha alertado que su prohibición afectaría principalmente a las zonas rurales y al sector campesino, sectores que ya enfrentan altos niveles de pobreza y que dependen de actividades como la gallística para sobrevivir.
La marcha contará con la participación de hombres y mujeres vinculados a las 27.500 gallerías que existen en el país.
Desde todas las regiones, los trabajadores de este gremio viajarán a la capital para defender lo que consideran no solo un empleo, sino una tradición cultural protegida por la Constitución.
Por su parte, las organizaciones animalistas y los congresistas opositores sostienen que estas actividades implican maltrato hacia los animales y no pueden ser justificadas por su impacto económico o su valor cultural. Esmeralda Hernández, una de las impulsoras de los proyectos prohibicionistas, ha señalado que “ninguna tradición puede estar por encima del respeto a la vida animal”. La controversia está servida y se espera que el debate en el Congreso sea intenso.