El exministro de Transporte de Singapur S. Iswaran entrará en prisión este lunes 7 de octubre para cumplir un año al decidir no apelar la condena por delitos de corrupción vinculados al Gran Premio de la Fórmula Uno en la isla, el primer caso de este tipo en la próspera nación asiática en décadas.
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"Acepto la plena responsabilidad por mis acciones y pido disculpas sin reservas a todos los singapurenses", publicó hoy el exministro en su perfil de Facebook al adelantar que no presentará un recurso contra la sentencia dictada el pasado jueves por un tribunal del país.
Iswaran, de 62 años, se había declarado previamente culpable el 24 de septiembre de cuatro delitos por vulnerar la ley que prohíbe a los funcionarios obtener regalos de alto valor y uno por obstrucción de la justicia, después de que la fiscalía rebajara la acusación.
Entre los regalos, que recibió siendo ministro de Transporte, se encuentran botellas de whiskey y vino, entradas para el teatro y eventos deportivos, así como vuelos internacionales y estancias en hoteles, valorados en conjunto en unos 400.000 dólares singapurenses (310.000 dólares estadounidenses o 280.000 euros), según lo expuesto durante el proceso.
El tribunal, que reconoció que Iswaran ha devuelto al Estado casi todo el monto y varios de los objetos, emitió una sentencia ejemplarizante que superó la petición de la Fiscalía, de entre seis y siete meses de prisión.
Algunos de estos obsequios fueron entregados por dos empresarios, incluido el encargado de llevar a la isla la Fórmula Uno, el magnate Ong Beng Seng.
El viernes, un día después de la sentencia contra Iswaran, Ong fue acusado en un tribunal de corrupción y obstrucción a la justicia en relación con los regalos entregados al por entonces responsable de Transporte.
El magnate y el exministro trabajaron juntos desde la década de los 2000 para llevar la Fórmula Uno a Singapur, que acoge desde 2008 el primer circuito nocturno de la competición de carreras.
"Servir a mis electores y a los singapurenses durante las últimas tres décadas ha sido el mayor honor de mi vida. Ahora que este capítulo de mi vida llega a su fin, mi familia y yo miramos hacia el futuro con gratitud y renovada esperanza", remarcó Iswaran, quien ocupó varias carteras ministeriales desde 2011.
El caso es inusual en la próspera ciudad-Estado, centro financiero regional que presume de tener un gobierno libre de corrupción y donde los miembros del gabinete cuentan con unos de los salarios más elevados del mundo.
Se trata del primer ministro singapurense involucrado en un caso de corrupción desde 1986, cuando el entonces ministro de Desarrollo Nacional Teh Cheang Wan fue investigado por aceptar sobornos, mientras el último cargo ministerial en ingresar en prisión fue en 1975 el de Medio Ambiente, Wee Toon Boon, por aceptar una parcela.
AGENCIA EFE