Explicativo
Algunos de estos quedan marcados y juegan un papel importante en la personalidad y emociones futuras.
Hay recuerdos que los niños no olvidan. Foto: iStock

23.05.2025 14:15 Actualizado: 30.05.2025 06:29
La infancia es una etapa fundamental para el desarrollo emocional y cognitivo de las personas, pero la gran mayoría suele olvidar aquellos recuerdos que vivieron durante este periodo. No obstante, algunos quedan marcados y pueden moldear la personalidad y la autoestima con la adolescencia y la adultez.
A este fenómeno se le conoce como amnesia infantil y es la ausencia o escasez de recuerdos que guarda una persona adulta en sus primeros años de vida, generalmente hasta los 3 o 4 años, según el sitio ‘National Library of Medicine’.
“Si bien los recuerdos tempranos son inaccesibles para los adultos, eventos tempranos, como la negligencia o las experiencias aversivas, pueden afectar considerablemente el comportamiento adulto y predisponer a las personas a diversas psicopatologías”, comentaron.
Acordarse de ciertos episodios que pasaron a la edad de 1 o 2 años es muy improbable, según manifestó la Universidad de Londres en un estudio realizado por varios expertos en psicología y en neurología.
José R. Alonso, neurobiólogo y catedrático de la Universidad de Salamanca, explicó que: “Se ha visto que los bebés recién nacidos distinguen las voces de sus padres, las que oyeron desde dentro del útero, después de nacer. Y se ha visto que responden a un libro que les leyeron cuando estaban gestando con más intensidad que a un libro que se les presenta después del nacimiento”.
Los recuerdos infantiles se dividen en sensoriales, los cuales están relacionados con estímulos perceptivos y episódicos, que incluyen narrativas más complejas, que están vinculadas al desarrollo del lenguaje.
Pero la psicología infantil ha identificado cinco tipos de experiencias que pueden llegar a dejar una huella profunda en la memoria y en el comportamiento de los niños.
La infancia es una etapa fundamental para el desarrollo emocional y cognitivo. Foto:iStock
Los cinco recuerdos de la infancia que más impactan en la vida
1. Vínculos familiares sólidos
Algo que suele impactar la vida de un niño son las tradiciones familiares, como lo son las comidas, celebraciones y vacaciones, ya que esto genera recuerdos que refuerzan su identidad y el sentido de pertenencia.
Estas dinámicas suelen ofrecer un modelo de comportamiento y valores que contribuyen al desarrollo moral y emocional; según los expertos en psicología, este tipo de vivencia suele brindar una seguridad y estabilidad cuando se les presenta algún problema.
Para los niños es importante crear un vínculo con sus padres. Foto:iStock
2. Experiencia de autonomía y responsabilidad
Cuando los niños enfrentan desafíos por sí mismos, no solo están fomentando su pensamiento crítico, sino también su autoconfianza. Además, el psicólogo Jean Piaget destacó que el aprendizaje genuino ocurre cuando el niño activa su curiosidad y resuelve problemas.
Retos como aprender a montar en bicicleta o preparar algo por primera vez se quedan grabados en su memoria como aquellos momentos en los que tuvieron un logro por sí solos.
3. Seguridad emocional y manifestaciones de amor y efecto
Los gestos de cariño como los abrazos y las palabras de amor, son esenciales para construir una base emocional sólida, debido a que ellos sienten que sus padres están ahí presente para ellos en todas las situaciones.
El psicólogo Erik Homburger Erikson comentó que generar confianza básica en la infancia es crucial para que ellos enfrenten su vida sin miedo, ya que estos vínculos le proporcionan la estabilidad necesaria para desarrollar las actividades diarias.
Los abrazos y las palabras de amor, son esenciales para construir una base emocional. Foto:iStock
4. El ejemplo de los adultos al reconocer los errores
Cuando los padres reconocen los errores y piden disculpas, generan una enseñanza que impacta en la formación emocional de los niños, ya que ellos piensan que sus progenitores, al ser adultos, no se equivocan.
Este comportamiento fomenta la empatía, la responsabilidad y el respeto mutuo, y estos valores tienden a reproducirse en sus relaciones personales, pues ellos reconocen que los fallos no debilitan la autoridad, sino que fortalecen la confianza y el ejemplo.
5. Apoyo en momentos de fracaso
Los errores, tanto en la niñez como en la adultez, son inevitables, pero la forma en la que cada padre la gestiona marca una diferencia, ya que al recibir la comprensión y el estímulo de sus padres en lugar de críticas ayuda a construir la confianza en sí mismo y así poder desarrollar habilidades para adaptarse en situaciones difíciles.
Es bueno que los padres reconozcan los errores delante de los niños. Foto:iStock
El psicólogo Albert Bandura afirmó que: “Sentir control sobre la propia vida está vinculado con el éxito personal, y ese sentido se cultiva desde la infancia mediante pequeñas victorias y apoyo constante”.
Más noticias en el TIEMPO
WENDYS PITRE ARIZA
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO
Sigue toda la información de Cultura en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.