La salud de los gatos es una preocupación constante para quienes conviven con ellos, y uno de los aspectos que más inquieta a los cuidadores es la fiebre. Esto se debe a que la fiebre es una señal clara de que algo no está bien en la salud de la mascota y puede indicar la presencia de alguna enfermedad o infección.
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Aunque el termómetro es la forma más precisa de medir la fiebre en los gatos, existen señales claras que pueden ayudar a identificar si su felino la está presentando.
Según María Besteiros, Auxiliar técnico veterinario y peluquera canina y felina, es fundamental conocer el comportamiento habitual del gato y estar atento a ciertos síntomas. Detectar la fiebre a tiempo es clave para actuar rápidamente y llevar al gato al veterinario si es necesario.
¿Cómo saber si un gato tiene fiebre sin termómetro?
Existen varias señales que pueden alertar sobre esta condición. La apatía y el decaimiento son indicadores comunes, ya que un gato con fiebre suele mostrarse más inactivo de lo habitual. Si se observa que el gato está más cansado, duerme mucho o evita la interacción, podría ser una señal de que no se siente bien.
Otro síntoma relevante es la disminución del apetito. La fiebre puede provocar una pérdida de interés en la comida, por lo que si el gato no come con la misma frecuencia o cantidad de siempre, podría estar enfermo. Además, los gatos con fiebre tienden a dormir más de lo habitual, lo que se refleja en una mayor somnolencia y falta de actividad.
El mal aspecto del pelaje es otra señal de alerta. Un gato enfermo o con fiebre a menudo deja de acicalarse como lo haría normalmente, lo que resulta en un pelaje descuidado y opaco. Asimismo, el dolor o malestar pueden manifestarse cuando el gato parece incómodo o se queja al ser tocado.
Finalmente, dependiendo de la causa de la fiebre, el gato podría presentar otros síntomas adicionales como vómitos, diarrea, secreciones nasales u oculares, lo que indica que es necesario llevarlo al veterinario.
¿Cuál es la temperatura normal de un gato?
La temperatura normal de un gato se encuentra entre 38,3°C y 39,2°C. Si se sospecha que el felino tiene fiebre, lo más recomendable es contactar con el veterinario.
La fiebre es una señal de que el organismo está luchando contra una infección o enfermedad y, aunque en algunos casos puede ser leve, en otros puede requerir atención médica urgente.
Nunca se deben administrar a los gatos medicamentos destinados a humanos para tratar la fiebre, ya que muchos de ellos son tóxicos para los felinos.
Aunque no se tenga un termómetro a mano, prestar atención a los signos que presenta el gato es esencial para detectar posibles problemas de salud. La fiebre es solo un síntoma de que algo más puede estar afectando su bienestar, por lo que siempre es recomendable actuar con rapidez.
El Universal México / GDA.
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*Este contenido fue hecho con la asistencia de la inteligencia artificial, basado en información de El Universal México (GDA). Contó con la revisión del periodista y un editor.