En un sorprendente giro de 180 grados, Estados Unidos y Rusia dieron un firme paso ayer hacia la normalización de sus relaciones diplomáticas con un ojo puesto en el inicio de negociaciones para poner fin a la guerra en Ucrania, pero también en la posible apertura de una nueva era de cooperación e inversión económica entre las dos potencias mundiales.
El “acuerdo preliminar entre las partes se dio durante un encuentro en Riad (Arabia Saudí) entre el secretario de Estado, Marco Rubio, y su contraparte rusa, Serguei Lavrov, que desató alta controversia por la exclusión de representantes de Kiev y Europa.
“Es solo un primer paso, pero uno que había que dar”, dijo Rubio al finalizar la cita y luego de dar crédito al presidente Donald Trump por su liderazgo.
Brigada de las fuerzas ucranianas. Foto:AFP
Los tres pilares de lo que acordaron Estados Unidos y Rusia
Según Rubio, el plan de acercamiento con Rusia se edifica sobre tres pilares; en primer lugar, eliminar las restricciones diplomáticas que hoy existen en las embajadas de ambos países y que vienen operando desde hace tres años con un personal muy limitado.
Paralelamente, iniciar conversaciones para determinar los “parámetros que serían necesarios para acabar con la guerra” y, de paso, explorar nuevos empréstitos tanto geopolíticos como económicos.
“Hay oportunidades extraordinarias si podemos llegar al fin de este conflicto de una manera aceptable. Van a darse consultas con Ucrania, nuestros socios europeos y otros. Pero al final de cuentas Rusia será indispensable en este esfuerzo”, afirmó el secretario de Estado.
En declaraciones a los periodistas después de la reunión, los funcionarios estadounidenses ignoraron la abierta violación al derecho internacional que cometió Rusia al atacar a Ucrania a comienzos del 2022, los presuntos crímenes de guerra que han cometido desde entonces o la devastación causada por tres años consecutivos de bombardeos. En su lugar, se concentraron en la audaz movida de Trump y su interés en que se detenga una guerra que les ha costado la vida a decenas de miles.
Marco Rubio. Foto:David Toro / EFE
La cita, cuyos resultados a largo plazo están por verse, constituye un “antes y un después” con profundas implicaciones y que rompe de tajo con la política impulsada por su antecesor, el presidente Joe Biden. Tras la invasión, el mandatario demócrata impuso severas sanciones económicas en coordinación con sus aliados europeos y entregó a Ucrania miles de millones de dólares en armamento para frenar la ofensiva rusa.
De hecho, hasta la conversación de la semana pasada entre el presidente Trump con Vladimir Putin, Estados Unidos había suspendido todos contacto de alto nivel con Moscú.
La teoría de Biden –y del Viejo Continente– era que el mundo no podía permanecer impávido ante las ambiciones expansionistas de Rusia, que ya se tomó una quinta parte de territorios de Ucrania y se anexó a Crimea la década pasada.
Es una visión miope, improvisada y a corta plazo. Pero Europa debe despertar y entender que está ante un aliado que los ve como adversarios y recalcular sus objetivos.
Ucrania, en cierto sentido, era para Biden una ‘línea roja’ de la cual dependía el equilibrio de fuerzas que surgió tras la Segunda Guerra Mundial y la estabilidad del Viejo Continente, su principal aliado político y militar.
Pero los acercamientos de Trump con Rusia han puesto en jaque ese paradigma y dado paso a otro en el que priman más otros intereses, como los económicos, y que están por encima de alianzas históricas. Algo a lo que hizo alusión Lavrov, al insinuar que el levantamiento de las sanciones económicas podría traducirse en miles de millones de dólares para empresas estadounidenses interesadas en explotar hidrocarburos.
Serguéi Lavrov Foto:EFE
La semana pasada, de hecho, el mismo mandatario republicano se mostró de acuerdo en que Kiev debía aceptar la pérdida de un porcentaje de su territorio y abandonar su posible membresía en la Otán como precondición para lograr paz con Rusia. Tanto en Kiev como en las capitales europeas, la movida de Trump y la reunión de ayer fue interpretada como un acto de traición máximo.
Ucrania y Europa, las preocupaciones por el acercamiento entre Estados Unidos y Rusia
En el caso de Ucrania dicen que se está negociando la suerte del país sin siquiera incluirlos en las negociaciones preliminares. El presidente Volodimir Zelenski, de hecho, canceló su viaje también a Riad en protesta por lo que llamó una reunión a sus espaldas.
“No se pueden tomar decisiones sobre cómo poner fin a la guerra en Ucrania sin Ucrania, ni se pueden imponer condiciones. No fuimos invitados a esta reunión ruso-estadounidense en Arabia Saudí. Fue una sorpresa para nosotros, creo que también para muchos otros”, dijo el mandatario que un día antes había sido muy crítico con Trump.
En el pasado se asumirá que pese a los cambios EE. UU. era un país serio y competente. Pero ese ya no parece ser el caso. Las barandas que lo mantenían en esa dirección parece que ya no existen
Según Zelenski, lo que quiere el presidente republicano es acordar una cumbre con Putin para declarar un cese del fuego y anotarse un triunfo de papel. Trump, al ser preguntado por periodistas, dijo que se sentía “decepcionado” de que Kiev se haya quejado de haber sido excluido de las negociaciones: “Oí que están molestos por no tener un asiento, bueno, han tenido un asiento durante tres años y mucho tiempo antes de eso”.
Y por el lado la del Viejo Continente, los europeos se quejan de hablar con el agresor sin tenerlos en cuenta y sobre posibles acuerdos que impactan directamente su patio trasero. Algo impensable hace cuatro semanas.
Más aun, porque temen que Trump termine empujando una paz falsa que envalentone a Putin justo en momentos en que Washington parece dispuesto a retirar –o debilitar– el paraguas de seguridad de la Otán, la piedra angular que surgió tras la Segunda Guerra Mundial.
Unión Europea. Foto:AFP
Algo que sugirieron también la semana pasada al insistir en que Europa debe comenzar a pagar por su propia defensa y existe la posibilidad, incluso, de que EE. UU. reduzca su huella en el Viejo Continente con el cierre de bases militares.
Como respuesta, el presidente francés, Emmanuel Macron, anunció una nueva reunión de líderes “europeos y no europeos” para hoy que trate la situación en Ucrania. Macron confirmó que Europa debe buscar la forma de tener influencia en las negociaciones de paz entre Moscú y Washington, y señaló que antes del fin de semana habrá hablado con los 27 socios de la Unión Europea.
¿Por qué Donald Trump decide acercarse a Vladimir Putin?
Desde la perspectiva transaccional de Trump, que hace pocos reparos en violaciones de los derechos humanos, tratados internacionales o posiciones geoestratégicas, el acuerdo con Rusia, al igual que el abandono de la arquitectura de seguridad de la posguerra y el fin del conflicto en Ucrania, tiene todo el sentido del mundo.
No solo porque EE. UU. se ahorraría miles de millones de dólares que hoy gasta financiando la defensa de Kiev y de Europa (vía la Otán) sino por las oportunidades económicas que ofrece Moscú.
Collage de Donald Trump, Volodimir zelenski y Vladimir Putin Foto:Archivo El Tiempo/ Agencias
“Es una visión miope, improvisada y a corta plazo. Pero Europa debe despertar y entender que está ante un aliado que los ve como adversarios y recalcular sus objetivos. En el pasado se asumirá que pese a los cambios EE. UU. era un país serio y competente. Pero ese ya no parece ser el caso. Las barandas que lo mantenían en esa dirección parece que ya no existen”, le dijo a The New York Times el profesor Lawrence Freedman, experto en conflicto del King College en Londres.
Prueba de ello es que el mismo Rubio, hasta hace poco todo un halcón frente a Rusia, hoy es el que lidera los acercamientos con Moscú.
Nadie sabe el desenlace de toda esta película, lo que sí es claro es que el statu quo de los últimos 75 años ha comenzado a tambalear.
SERGIO GÓMEZ MASERI
CORRESPONSAL DE EL TIEMPO
WASHINGTON