Ubicada a una altitud de alrededor de 5.100 metros sobre el nivel del mar, La Rinconada es considerada la ciudad más alta del mundo. Este asentamiento humano queda en los Andes peruanos, en el departamento de Puno.
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También conocido como 'el paraíso del diablo', este lugar fue fundado por la fiebre de oro. Muchas personas se mudaron en busca de la promesa de una gran fortuna por este metal, así que ahora se dedican a la extracción del mismo y a la minería informal.
En este sitio viven entre 30.000 y 50.000 personas que hablan español, aimara y quechua y, quienes trabajan en el negocio, se someten a condiciones extremas para conseguir este mineral precioso. Según 'Times of India', la ciudad está casi contaminada por el mercurio procedente de la minería ilegal de oro. El aire es escaso y los vapores de mercurio pueden envenenar lentamente a los residentes.
Por lo tanto, los trabajadores mineros tienen una esperanza de vida promedio de solo 30 a 35 años, aproximadamente la mitad del promedio nacional en Perú.
De acuerdo con 'National Geographic', como pago reciben una porción del mineral extraído en vez de un salario, esto es conocido como 'cacherreo'.
"Para sobrevivir en este ambiente inhóspito, los mineros y sus familias dependen de suministros traídos de regiones más bajas, lo que encarece significativamente el costo de vida y la alimentación. La falta de infraestructura básica, como el acceso a agua potable y servicios sanitarios, agrava aún más las difíciles condiciones de vida", explicó el medio ya mencionado.
El mal de montaña crónico
A pesar de su altura y otras condiciones no tan favorables, muchas personas siguen llegando a La Rinconada en busca de oro. Según el medio especializado en ciencia 'Live Science', las personas podrían padecer del mal de montaña crónico por vivir en este lugar.
"Cuando estás a unos 4.500 metros, la misma bocanada de aire que se toma aquí tiene alrededor del 60 por ciento de las moléculas de oxígeno, por lo que eso es un gran estrés", dijo Cynthia Beall, profesora de antropología en la Universidad Case Western Reserve en Ohio, al portal ya mencionado.
De este modo, el porcentaje de hemoglobina en la sangre también podría caer en picado, según Beall. "Cuanto mayor sea la altitud, más fuertes serán todas estas respuestas", explicó.
A raíz de esto, las personas podrían desarrollar el mal de montaña crónico cuando el cuerpo intenta adaptarse a niveles más bajos de oxígeno. Algunos de los síntomas más comunes de está afección son los dolores de cabeza, fatiga, náuseas y pérdida de apetito.
Según las estimaciones, una de cada cuatro personas en esta ciudad sufre del mal de montaña crónico. No obstante, muchos de los lugareños se han logrado acostumbrar a la altura.
"Hay evidencia bastante buena en todo el mundo de que hay aumentos leves o muy grandes en el volumen pulmonar de las personas expuestas a grandes altitudes, particularmente antes de la adolescencia", afirmó la experta.
A pesar del ambiente tóxico, la posibilidad de desarrollar enfermedades, las condiciones extremas y la altura, muchos siguen viendo a La Rinconada como un buen lugar para buscar oportunidades.
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SOFÍA ARIAS MARTÍNEZ
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO