La sequía en Texas está provocando una gran preocupación en las autoridades del estado, que temen que el agua dulce pueda agotarse rápidamente, lo que impactará en el acceso que actualmente tiene la población.
Pese a las fuertes lluvias de los últimos días en Texas, que generaron una especie de alivio en los especialistas, los lagos Buchanan y Travis continúan bajo presión debido a varios años de ausencia suficientes precipitaciones que llenen los embalses. Estos cuerpos de agua, que desembocan en el lago Highland del río Colorado, muy cerca de Austin, son los principales reservorios de este líquido vital de la región.
La última vez que ambos afluentes estuvieron llenos fue en julio de 2019.
Sequía en los lagos de Texas
Los lagos Buchanan y Travis fueron diseñados para captar agua durante la época de lluvia y retenerla para su uso de la población cuando el clima se vuelve más seco. Estos cuerpos hídricos han proporcionado un suministro de agua confiable al centro de Texas desde que se terminó la construcción del Travis, en la década de 1940.
Si la ausencia de lluvias continúa de manera prolongada y no se toman medidas al respecto, se estima que las ciudades y pueblos de Texas podrían sufrir una grave escasez de agua en sólo cinco años.
En peligro el suministro de Agua
La Autoridad del Bajo Río Colorado (LCRA, por su sigla en inglés) señaló recientemente que esta sequía impacta principalmente la mayoría de los clientes agrícolas en los condados de Colorado, Wharton y Matagorda, quienes corren el riesgo de no seguir recibiendo agua del lago Highland.
John Hofmann, vicepresidente ejecutivo de Agua de la LCRA, dijo recientemente que esta medida es necesaria para preservar y extender el suministro del líquido ante una sequía "que muestra pocas señales de remitir durante la primavera y el verano".
"Nuestros embalses de agua —los lagos Buchanan y Travis— siguen bajo presión y se encuentran actualmente al 51 % de su capacidad", añadió.
El agua de estos lagos abastece a 1.4 millones de personas en esta región de Texas.