En medio de escalada en el Catatumbo, Eln dice que ‘no aceptará como política de paz el sometimiento’: ¿guerrilla sepulta definitivamente la posibilidad de un acuerdo?

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En una declaración que parece cerrar aún más la posibilidad de una ya remota paz, el Eln culpó al Estado colombiano -y a todos los Gobiernos que han oficiado su jefatura- por los fracasos en las negociaciones durante los últimos 30 años.

En el mensaje, que llega en medio de la sangrienta arremetida de esa guerrilla en la región del Catatumbo, que en algo más de una semana deja al menos 41 muertos y más de 47.000 desplazados, no solo acusan sin pruebas a la administración de Gustavo Petro de supuestamente aliarse con grupos armados para “aniquilar el Frente de Guerra Nororiental”, sino que niegan haber movilizado tropas desde Arauca a Norte de Santander para iniciar una guerra con las disidencias de las Farc, pese a que informes de inteligencia y el propio presidente da cuenta del plan criminal.

La crueldad con la que ejecutaron esas acciones contra firmantes de paz y contra todo aquel que consideraran aliado de los disidentes, forzaron al Gobierno a suspender los diálogos de paz, unos que en la práctica estaban en pausa desde septiembre a raíz del ataque contra la base militar de Puerto Jordán, en Arauca. Sin embargo, y pese a que el canciller Luis Gilberto Murillo denunció a la guerrilla por sus “crímenes de guerra” ante el Consejo de Seguridad de la ONU, el presidente Petro dejó abierta una pequeña rendija con la esperanza de que se pueda dejar algo antes del 7 de agosto de 2026.

Gustavo Petro, presidente de Colombia, durante un consejo de ministros.

Gustavo Petro, presidente de Colombia, ordenó la suspensión de los diálogos. Foto:Presidencia

El gran interrogante es si la mesa de diálogo, que tiene hoy 28 acuerdos parciales y un punto de la agenda firmado -el de la participación de la sociedad-, podrá recuperarse de este golpe, como ya ha sucedido tras múltiples acciones terroristas de ese grupo, o si el Gobierno, como señaló el ministro Juan Fernando Cristo en medio de su visita a Norte de Santander, cree que ya no es posible seguir con la negociación.

“La guerrilla ha roto cualquier posibilidad, ha tirado a la caneca de basura la posibilidad de la paz en Colombia”, dijo el alto funcionario la semana pasada desde Ocaña.

Esta duda cobra una relevancia especial si se tiene en cuenta que las declaraciones del Ejecutivo no han tenido mayor respaldo desde el Ejecutivo y que los principales voceros del Gobierno en esa mesa han preferido no pronunciarse frente al futuro del proceso. No hay que olvidar que un cierre definitivo, es decir, la ruptura total de las negociaciones va en contravía de lo que han planteado Vera Grabe e Iván Cepeda. “No somos los que daremos el paso para romper estas negociaciones”, dijo el senador en septiembre del año pasado.

Para varios analistas, es justamente esta actitud, que ha sido calificada por los críticos de la ‘paz total’ como complaciente, lo que ha llevado al Catatumbo a la situación en la que está hoy. “Como lo hemos sostenido muchas veces desde esta cuenta, son inadmisibles ética, jurídica y políticamente los diálogos de paz con un grupo alzado en armas que no respete el derecho internacional humanitario (DIH). Este es un deber; no es una amabilidad del Eln y, por lo tanto, es algo que se exige y no se solicita”, señaló el exministro y exnegociador de paz, Juan Camilo Restrepo.  

Para Germán Valencia, del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia, las posibilidades de avanzar en esta negociación hoy son nulas. No hay que olvidar que en este 2025 la política de ‘total’ entrará en su año final y que lo hará en medio de una campaña electoral condicionada por la situación de orden público en el país.

Gobierno afirma que cese del fuego se extendió, pero Eln dice se está 'evaluando'.

Delegación del Gobierno en el proceso con el Eln durante una plenaria de la mesa. Foto:Oficina del CONSEJERO Comisionado DE Paz

“Esta violencia ha generado que, además de la parálisis en el proceso, el Estado le declare una guerra frontal al Eln y decrete un estado de conmoción interna para atender la difícil situación. De esta manera se está creando un ambiente que, con seguridad, alejará por meses o tal vez por años la posibilidad de continuar con el proceso de paz con Eln”, señaló el analista.

Valencia considera que a mediano plazo esta crisis puede generar una mayor desconfianza en los procesos de paz dentro de la sociedad colombiana. “El recrudecimiento de la guerra lo que puede generar es una presión de la ciudadanía y los grupos de oposición al Gobierno para que se abandone la idea de buscar la paz por la vía negociada. (...) De esta forma el Eln, sin planearlo, se ha convertido en el victimario de la paz negociada en Colombia”, añadió.

Un interrogante más surge ante la decisión de la Fiscalía de suspender el levantamiento de las órdenes de captura de 31 miembros de esa guerrilla, incluidos los siete principales negociadores: ¿Hasta cuándo estará la puerta abierta para el Eln en la ‘paz total’ del Gobierno Petro? Y aún más importante: ¿Cree esa guerrilla que la sociedad colombiana esperará para siempre que un día por fin expresen su voluntad de paz?

Sobre la primera pregunta, fuentes dentro de la mesa consultadas por este diario manifestaron que por ahora no hay un panorama claro sobre el futuro de los diálogos y que posiblemente se tomen varias semanas o meses para analizar la situación. Más contundente fue José Félix Lafaurie, miembro de la mesa, en su columna semanal.

“Epílogo: El gobierno suspende las negociaciones, el presidente declara que “El Eln no tiene ninguna voluntad de paz” y la fiscal Camargo reactiva las órdenes de captura contra su delegación, anunciando que “cualquiera de estas 31 personas, que aparecían como miembros negociadores, pueden ser capturados tanto en Colombia como en el exterior”, con lo cual el proceso queda literalmente sepultado”, escribió el presidente de Fedegán.

José Félix Lafaurie, presidente de la Federación Nacional de Ganaderos, Fedegan.

José Félix Lafaurie, presidente de la Federación Nacional de Ganaderos (Fedegán). Foto:Néstor Gómez. EL TIEMPO

Lo que parece ser claro para todos es que hoy el balón está en la cancha del Eln. “Tal como están las cosas es muy difícil pensar que haya posibilidad, pero en cualquier circunstancia la respuesta está en su comando central. Ellos tienen que hacer una demostración real de esa voluntad y lo primero es suspender la matanza. Además, comprometerse a dejar las armas en el marco de una solución negociación y eso lo tienen que decirlo claramente al país, no es solo un comunicado diciendo que tienen voluntad”, dijo Carlos Arturo Velandia, promotor de paz y quien integró esa guerrilla en el pasado.

¿La historia se repite?

Con respecto a la segunda pregunta, la respuesta no es sencilla. No ha habido Gobierno en los últimos 30 años, como lo reconoce el Eln, que no haya intentado buscar una salida negociada al conflicto.

El primer acercamiento se produjo bajo el gobierno de Alfonso López Michelsen. Esos acercamientos se dieron luego de que la guerrilla recibió uno de sus más duros golpes –la operación Anorí de 1973–, cuando fue desarticulado el bloque comandado por sus principales integrantes, incluido Fabio Vásquez Castaño. La guerrilla propuso entregarse a cambio de una amnistía, pero dicho evento nunca pudo concretarse.

En los 90, el presidente César Gaviria inició diálogos con la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar (integrada por las Farc, el Eln y el Epl) en Caracas (Venezuela), y luego en Tlaxcala (México), pero sus esfuerzos se vieron frustrados tras el asesinato en marzo de 1992 del exministro Argelino Durán Quintero a manos de guerrilleros en Norte de Santander.

Durante el gobierno de Ernesto Samper, debilitado por el escándalo de la narcofinanciación de su campaña, el Eln intensificó los secuestros de civiles. En aquel momento emergió la figura de Werner Mauss, un alemán que sirvió como contacto con la guerrilla para intentar entablar diálogos y que fue fundamental para la liberación de ciudadanos de ese país. Sin embargo, en 1996, y cuando mediaba para la liberación de la ciudadana alemana Brigitte Schoene, fue capturado por el Comando Antiextorsión y los acercamientos se frustraron.

En el campo de paradas de la escuela de cadetes de policía General Santander, se realizó la ceremonia de ascenso de 7 brigadieres generales.

Iván Duque cerró los diálogos con el Eln tras el atentado contra la General Santander. Foto:EL TIEMPO

A comienzos de 1998, en Maguncia (Alemania), se hizo un nuevo intento. En esa ciudad, la sociedad civil y el Eln firmaron un compromiso para impulsar la Convención Nacional (la agenda de negociación de la guerrilla) a cambio de respeto al derecho internacional humanitario, empezando por el fin del secuestro. Ese acuerdo nunca fue cumplido por el Eln, que a comienzos del gobierno Pastrana perpetró el trágico atentado contra el oleoducto Central, en Machuca, Antioquia, donde murieron calcinadas más de 80 personas.

Concentrada en el proceso de paz con las Farc en el Caguán, al final fallido, la administración Pastrana pretendió crear una zona de despeje para el Eln en el sur de Bolívar. La oposición de los grupos paramilitares, que le habían quitado a sangre y fuego el control de esa zona histórica al Eln, impidieron ese paso. Y el grupo guerrillero siguió protagonizando violaciones al DIH, como los secuestros masivos del avión de Avianca, la iglesia de La María y el kilómetro 23 en Cali y el de la ciénaga del Torno en el Caribe.

Los borradores de acuerdo con el Eln durante los ocho años de gobierno de Álvaro Uribe fueron incontables. Con el hoy jefe natural del Centro Democrático, inclusive, se llegó a discutir la idea de financiar el sostenimiento de sus hombres mientras se iniciaba el proceso de paz, a cambio de que dejaran el secuestro. La idea finalmente no prosperó.

A finales del 2013 se iniciaron los diálogos exploratorios con el gobierno Santos, primero con Frank Pearl y luego con Juan Camilo Restrepo. Los diálogos se llevaron a cabo en Quito (Ecuador) y allí, el 30 de marzo de 2016, se firmó el primer punto de la agenda. En la administración de Iván Duque, el proceso apenas se mantuvo vivo formalmente, hasta que el Eln perpetró el ataque contra la Escuela de Cadetes General Santander en enero de 2019, que dejó 23 estudiantes muertos y más de 80 heridos.

Este recuento evidencia lo difícil que es negociar con un grupo que, al menos en el proceso en curso, ha marcado los tiempos de la mesa. Ni siquiera el que el Ejecutivo haya cedido en puntos como un cese del fuego nacional en una etapa temprana de los diálogos ha sido suficiente para que la guerrilla se tome en serio la mayor apuesta de este Gobierno. “El Eln jamás aceptará como política de paz ni el sometimiento ni la rendición”, respondió el comando central, al mando de Eliécer Erlinto Chamorro, alias ‘Antonio García’, este lunes.

Gobierno decreta oficialmente el estado de conmoción por crisis del Catatumbo | El Tiempo

Aún no se conocen los decretos de la declaratoria. Foto:EL TIEMPO

Afirman que solo cederán si “la paz significa cambios que beneficien a todos los colombianos” y la participación de la sociedad en dichos cambios.

Para Velandia, esta actitud es una clara muestra de la postura antidemocrática de ese grupo. “Esa frase refleja una actitud guerrerista en un momento en el que el país ha demostrado querer la paz. El Eln no reconoce la victoria de la izquierda democrática, quieren seguir destruyendo el país”, añadió.

Por lo pronto, se sabe que los canales de comunicación entre las partes no están rotos; sin embargo, por ahora no hay contactos. Con algo más de 18 meses por delante para el final de este Gobierno, el 2025 será clave no solo para este proceso, piedra angular de la ‘paz total’, sino para la ya deteriorada promesa de campaña de Gustavo Petro. Los meses venideros dirán si los esfuerzos de dos años en Cuba, México y Venezuela fueron en vano.

CAMILO A. CASTILLO
Redacción Política
X: (@camiloandres894)

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