El trágico accidente en Calarcá donde murieron 10 personas revive debate de rampas de frenado en Colombia: análisis

Una hora antes de que se registrara el trágico accidente en el que perdieron la vida diez personas el pasado sábado en el puente Helicoidal de Versalles, en Calarcá, Quindío, un grupo de 23 estudiantes de la universidad Von Humboldt de Armenia terminaba una salida de campo en los túneles del proyecto Cruce de la Cordillera Central.

Casi como una premonición, el joven estudiante del programa de Ingeniería Civil, Yeison Andrés Parra, le preguntó a una ingeniera del Instituto Nacional de Vías (Invías) que los acompañó en la visita, por qué no había rampas para frenado de vehículos en la vía La Línea.

La respuesta, según relató su compañero, Juan Camilo Trejos, uno de los sobrevivientes del siniestro, fue que se debían hacer estudios por la complejidad del terreno en la cordillera.

Los jóvenes terminaron su visita, se tomaron un par de fotografías y volvieron a la buseta contratada por la universidad para regresar a Armenia.

Casi media hora después, y unos kilómetros antes de llegar al puente helicoidal, el vehículo empezó a presentar fallas en el sistema de frenos, según relataron los sobrevivientes.

El conductor intentó usar la caja de cambios para detener el vehículo, pero no lo logró, por lo que el docente Daniel Felipe Arias García les avisó a sus estudiantes que el bus no tenía frenos.

“Agárrense duro, nos quedamos sin frenos”, fueron las últimas palabras que alcanzó a decir el ingeniero de 28 años.

El siniestro era inminente. El bus ingresó al puente, que tiene una altura promedio de 18,58 metros en sus apoyos y una pendiente promedio descendente de 7,99 %, colisionó fuertemente contra una de las barandas laterales del puente, expulsando a más de 15 personas por las ventanas del bus. 

Ocho personas murieron producto de la caída al vacío; entre ellas estaba Yeison Andrés Parra.

Este siniestro, que pasará a la historia como una de las tragedias más dolorosas para el Quindío, ha revivido el debate sobre la seguridad vial en La Línea, el sentido de circulación que debería tener el puente y por qué no existen rampas de frenado en este corredor.

En redes sociales hay decenas de publicaciones donde comparan el puente con un lazo negro de luto, tanto por el diseño circular que tiene la estructura como por la estela de muerte que ha dejado. 

En los años de operación que tiene este puente, al menos 16 personas han muerto allí y otras 20 han quedado heridas.

Por estas razones, el gobernador del Quindío, Juan Miguel Galvis, le envió una carta al director del Invías, en elque advierte que, desde la entrada en funcionamiento del puente, en 2018, esta estructura ha sido reconocida por su valor técnico y estratégico, “pero también ha sido escenario de una preocupante y recurrente siniestralidad vial. Desde su puesta en marcha, se han registrado múltiples accidentes, varios de ellos con consecuencias fatales”.

Según el mandatario, los graves accidentes registrados en estos años reflejan una situación que requiere atención urgente. 

“La geometría cerrada, la pendiente pronunciada, las condiciones climáticas variables, la posible fatiga de materiales y la alta carga vehicular contribuyen a que este tramo represente un riesgo permanente para los usuarios y transeúntes”.

Entre varias medidas, Galvis le pidió al Invías que revise la funcionalidad del puente, que se refuerce la señalización y que se evalúe la implementación de sistemas de contención y dispositivos de frenado de emergencia.

Para algunos, las rampas de frenado son una vieja cuenta pendiente que el Gobierno Nacional tiene con un corredor vial tan importante como lo es La Línea, por donde a diario se movilizan miles de vehículos que se trasladan por el centro del país y que conecta con el puerto de Buenaventura.

“Desde el inicio vimos que la pendiente era muy pronunciada y, debido al alto flujo de vehículos de carga y pasajeros, se necesita una mejor infraestructura, o que sea para el ascenso hacia La Línea, o que se tomen medidas de prevención frente al frenado. Pero, lastimosamente, desde el inicio la respuesta ha sido que, por diseño, no se puede cambiar nada”, dijo el presidente de la Asociación de Transportadores del Quindío, Juan Carlos García.

En el país existen varias rampas de frenado, sobre todo en proyectos de Cuarta Generación (4G) concesionados por la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI).

Por ejemplo, uno de los pioneros en implementar este sistema es el corredor Rumichaca-Pasto, en Nariño, que cuenta con modernas estructuras de frenado. Dos kilómetros antes de llegar a esta rampa hay señales viales que anuncian este sistema.

Luego, una línea roja en el asfalto dirige a los conductores hacia la rampa, para que después ingresen a un tramo que cuenta con gravilla para disminuir la velocidad del vehículo. Pero si este no se detiene, se puede chocar contra un amortiguador de impactos.

El secretario de Infraestructura del Quindío, el ingeniero Luis Guillermo Agudelo, señaló que en el puente helicoidal se deben implementar medidas como las rampas de frenado o el cambio de sentido de la vía, porque “desafortunadamente estos accidentes se van a seguir presentando y se debe mitigar el riesgo. El gobernador pidió una mesa de seguimiento al tema”.

Este medio consultó con Invías sobre la posibilidad de instalar rampas de frenado o de cambiar el sentido de la vía, pero el Instituto señaló que, aunque se ha recibido la solicitud por parte de varios sectores de la comunidad, “se debe tener en cuenta que la construcción de rampas de frenado implica la viabilidad técnica, presupuestal, así como la evaluación de disciplinas de diseño geométrico, geotecnia, estructural, hidráulico y de tránsito, transporte de seguridad vial, así como predial y ambiental”.

En cuanto a un eventual cambio de sentido de circulación del puente, la entidad informó que no se ha contemplado esta posibilidad, pues el puente se encuentra conectado con el Intercambiador Versalles, el cual permite la conexión con el corredor vial del Valle del Cauca y las Autopistas del Café.

“Si se dispusiera el puente en sentido ascendente, no habría forma de garantizar las conexiones viales de los vehículos cuyo origen–destino corresponda al Valle del Cauca o Antioquia con el corredor vial Calarcá–Cajamarca. Esto se debe a que los accesos vehiculares y las conexiones con la ruta hacia el Valle no están dispuestos para cambiar el sentido de la circulación vehicular. De la misma forma, no habría conexión del corredor vial hacia Pereira, toda vez que no están construidos los radios de curvatura que permitan la incorporación de los vehículos en ese sentido”.

Invías reveló que, para prevenir la accidentalidad en este sector, ha instalado señalización tanto preventiva como informativa, complementada con pasavías, señalización horizontal con información adicional sobre las características geométricas del corredor, además de sistemas de contención vehicular tipo defensa metálica, muros tipo New Jersey y baranda metálica con el objetivo de redirigir los vehículos sobre el carril de circulación.

Además, este punto cuenta con una cámara de fotodetección para control de la velocidad de circulación y radares de velocidad que le informan al usuario su velocidad en un instante de tiempo determinado.

El siniestro del pasado sábado llevó a que el Ministerio de Transporte ordenara la creación de una comisión interinstitucional que se encargue de verificar las causas del accidente, recopilar evidencias y, si hay lugar, iniciar investigaciones sobre el siniestro del pasado sábado.

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