En la ciudad de Altadena, ubicada dentro del condado de Los Ángeles, California, el jefe de la Autoridad de Bomberos del Condado de Orange utilizó leche y "un par de cervezas" para apagar el fuego que destruía dos casas, incluida la de su hermano, mientras las llamas de Eaton reducían a cenizas al vecindario de su infancia.
En el medio de la tragedia, algunas personas consiguen mantenerse inmutables y utilizan el ingenio para encontrar soluciones impensadas. Cuando el fuego comenzó a acechar al vecindario de Altadena, el jefe de bomberos Brian Fennessy no obtenía respuesta de su hermano y entonces decidió acercarse a su casa, según reveló en diálogo con el medio The New York Post.
Una vez allí descubrió que su familia se había marchado, pero el incendio no daba tregua y en el área solo quedaban en pie la residencia de su hermano y la de un vecino. En un primer intento por apagar las llamas se percató de que el agua no llegaba a la manguera, por lo que decidió improvisar con un método particular.
La solución del jefe de bomberos de California
Al revisar la heladera de la casa de su hermano solo encontró leche y "un par de cervezas", y sin dudarlo, tomó las botellas y corrió hacia el área afectada para apagar el fuego. A pesar de que en primera instancia no estaba seguro si su método iba a funcionar, finalmente del antiguo vecindario solo mantuvieron sus cimientos las dos casas en las que logró contener el fuego.
"No estaba seguro de si iba a reavivarse", señaló Fennessy, y luego explicó que era todo lo que podía hacer en ese momento. "Les decimos a todos que llamen al 911 y que estaremos allí. Esta era una situación en la que si llamas al 911, es poco probable que estemos allí", remarcó el jefe de bomberos.