En un mundo dividido geográficamente por continentes, el arte y la música se convierten en ese pegamento que mantiene conectadas a las personas y a las culturas. Prueba de esto es la vida y obra de Arthur Hanlon, un compositor y pianista norteamericano que conoció la música en Detroit, pero se enamoró de ella en Nueva York, cuando los ritmos latinos entraron en sus oídos y, desde entonces, lo acompañan en cada canción y nota de piano que toca.
Fue justo ese amor a la música latina el que lo llevó a crear su nuevo álbum ‘2 Manos, 1 Mundo’, un trabajo discográfico estrenado el 11 de abril en el que su talento se mezcla con el sabor de artistas respetados como Carlos Vives, Goyo, Manuel Medrano, Ángela Aguilar, Darell, Ana Bárbara y el brasileño Tiago Iorc para consolidar un puente musical entre culturas a través del piano.
Arthur Hanlon es el primer pianista en llegar a las listas de Billboard Latin Airplay. Foto:Alessandro Martino
2 manos, 1 mundo es una manifestación musical de amistades que tengo con artistas de varios países. En este proyecto, estamos unidos a través de mi piano.
Arthur hanlonCompositor y pianista
Arthur Hanlon conoce bien la importancia de unir al mundo. Su familia de origen irlandés tuvo que migrar a los Estados Unidos, lugar en el que él creció y aprendió a tocar el piano a la edad de los 6 años.
Cuando se mudó a Nueva York para continuar con su carrera como instrumentista, en el día estudiaba las partituras de los maestros de la música clásica y en las noches tocaba en clubes latinos. Fue ahí donde conoció el ritmo que iba a marcar su carrera para siempre, pues en 2005, saltaría a la fama con su álbum 'La Gorda Linda', en el que colaboró con el salsero Tito Nieves, el trompetista de Jazz Arturo Sandoval y la cantante mexicana Ana Bárbara.
20 años después, Arthur Hanlon ha trabajado con artistas como Juanes, Laura Pausini, Kany García, Eva Luna Montaner y Fonseca estrechando cada vez más su relación con la música latina. Es el álbum '2 manos, 1 mundo' el proyecto con el que busca sellar este lazo reuniendo a sus amigos más cercanos para crear canciones personales y frescas. Una travesía emocional y cultural contada desde las teclas de un piano.
En charla con EL TIEMPO, el compositor norteamericano contó detalles sobre el concepto del álbum, su relación con la música y su canción con Carlos Vives.
Estrena el álbum '2 manos, 1 mundo' junto a grandes artistas latinoamericanos. ¿Cómo los eligió?
Fue una decisión personal. Quería hacer canciones inéditas y necesitaba hacerlo con artistas con los que tuviera química. Todos los artistas que elegí son amigos y personas con las que sentí una conexión musical desde el primer día.
En su carrera siempre ha habido una química con lo latino, ¿de dónde viene ese acercamiento?
Yo era un gringo irlandés enamorado del piano y en Detroit tocaba mucho Blues y Motown, pero cuando me mudé a Nueva York en los años noventa, la música latina estaba explotando. Un día iba caminando y escuché 'Burbujas de amor' de Juan Luis Guerra. Esa bachata me enamoró. Después fui a conciertos del Gran Combo de Puerto Rico y Grupo Niche, y noté que había mucho piano en esa música. Así que empecé a combinar mi piano con estos ritmos para crear cosas nuevas.
Empezó tocando Blues y Motown y luego pasó a los ritmos latinos, ¿cómo nace la idea de conectar estos géneros?
En una ocasión, invité a Carlos Vives a mi casa. Mientras yo cocinaba, él me comentó: '¿Sabías que la cumbia nació en el Río Magdalena? Fue una mezcla de ritmos africanos, indígenas y españoles'. Después de escuchar esa historia, le propuse: '¿Y qué tal si conectamos el Río Magdalena con el Río Misisipi?'. De ahí surgió la idea de fusionar sonidos como la cumbia con el blues y la canción 'Goodbye' fue el resultado.
En esa canción hay un verso que canta Carlos Vives que parece dedicado a usted...
Sí. Fue idea de Carlos Vives. Un día me mandó un mensaje en WhatsApp diciéndome 'Arthur necesito tu biografía' . Yo no entendí para qué la pedía, se la mandé y cuando la escuché en la canción solo me dijo: ¡Sorpresa! (risas). Creo que a Carlos le gusta contar pequeñas historias en sus canciones y me gustó mucho cómo sonó.
Con cada artista del álbum hay un sonido distinto, ¿cuál fue el que significó un reto mayor para usted?
'Egoísta' con mi amiga Ana Bárbara. Esta canción es una cumbia y en la cumbia no suele haber mucho piano, así que tuve que mezclar muchas cosas para poder encontrar el espacio de mi piano.
En el álbum solo hay un cover y es 'Europa', obra original de Carlos Santana, su instrumentista favorito. ¿Por qué lo incluyó en el proyecto?
Carlos Santana es mi pianista favorito, y eso que no toca el piano (risas). El primer concierto al que fui en mi vida fue de él. Yo tenía 13 años cuando lo vi solo con su guitarra y tres percusionistas al lado. La magia de verlo creando algo nuevo motivó mi carrera y desde ahí hace parte de mi línea musical.
¿Si su instrumentista favorito es un guitarrista, usted por qué escogió el piano?
El piano fue amor a primera vista. Cuando tenía 6 años mi papá nos compró a mis hermanos y a mí un piano. Un amigo de él empezó a tocarlo y desde ahí ya no había plan b. El piano tiene algo único. Es un instrumento rítmico, pero también tiene una capacidad melódica impresionante. Es como si pudieras contar historias con él.
¿Cómo es el proceso para componer en el piano?
Son días de sentarse y probar. Por lo general, pasan dos semanas hasta que sale algo. Lo más importante es tener la idea de lo que se quiere. Por ejemplo, con Carlos Vives definimos cómo podría sonar la 'cumbia blues' y partí de esa idea para sentarme a componer en mi piano.
Es el primer pianista en llegar a las listas de Billboard Latin Airplay y en tener un número uno en la lista Tropical Airplay de Billboard. ¿Cómo logra adaptar el piano a las tendencias de la música actual?
La música cambia todos los días. Hay una nueva generación de músicos como Manuel Medrano o Ángela Aguilar que están aportando mucho y para mí es emocionante poder aprender y crear cosas nuevas.
GABRIEL ÁVILA Y JUAN DAVID CUEVAS
EL TIEMPO
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