La gran masa de hielo que flota en el océano Austral, conocida como A23a, es tres veces más grande que la ciudad de Nueva York y tiene una extensión de aproximadamente 3.672 kilómetros cuadrados.
Si bien durante mucho tiempo permaneció estancado y girando en el mismo lugar dentro del océano Ártico, recientemente los científicos del ‘British Antarctic Survey’ (BAS), confirmaron que el megaiceberg retomó su movimiento y se espera que llegue a la isla subantártica de Georgia del Sur.
De acuerdo con el Dr. Andrew Meijers, oceanógrafo que codirige el proyecto ‘OCEAN:ICE’, en medio de sus investigaciones en la Antártida y demás regiones polares, tienen como objetivo entender el impacto que tendrá el recorrido del coloso en el ecosistema.
¿Cómo sucedió esto?
Inicialmente, el gigantesco iceberg se desprendió de la plataforma de hielo antártica Filchner en 1986, debido al deshielo. Sin embargo, la existencia de la imponente pieza congelada ha estado marcada por diversos acontecimientos científicos.
El primero de ellos se dio una vez el iceberg llegó a la columna de Taylor, un fenómeno que se produce por la rotación de la Tierra y que atrapa a los objetos cercanos, como el A23a, el cual terminó encallado por más de tres décadas en el mar de Weddell, girando sobre sí mismo.
Según los expertos, hace unas semanas la gran isla de hielo logró encogerse lo suficiente como para aflojar el agarre en el fondo marino y poder continuar con su viaje, no obstante esto se debe a los drásticos cambios climáticos que están afectando las regiones polares del planeta.
En ese sentido, los análisis más recientes llevados a cabo por la (BAS) concluyeron que es muy probable que iceberg permanezca a la deriva en el océano Austral siguiendo la corriente circumpolar antártica que lo llevará cerca de las islas Malvinas, donde finalmente se romperá en pedazos más pequeños que se derretirán sin dejar rastro.
El deshielo del A23a. Foto:YouTube: @BritishAntarcticSurvey
Lo que más preocupa a los científicos es el acelerado deshielo de los glaciares en el mundo, ya que esto impedirá que los gigantes helados sigan aportando nutrientes en el agua de los océanos y sus ecosistemas.
Hasta el momento, el único desmoronamiento que ha reportado ‘British Antarctic Survey’, es en uno de los bordes del iceberg, igualmente los investigadores aseguran que continuarán monitoreando el recorrido que haga.
También queda esperar los resultados obtenidos de la investigación ‘OCEAN:ICE’, los cuales indicarán de qué manera la capa de hielo afecta el carbono en el océano y el equilibrio de la atmósfera.
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STEPHANY GUZMÁN AYALA
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL