El hombre que vive a 11 metros bajo el mar en una cápsula: tiene baño, televisión y hasta internet

hace 5 meses 20

Frente a las costas de Panamá, a 11 metros de profundidad en el Caribe, el ingeniero alemán Rüdiger Koch estableció su hogar temporal en una cápsula submarina acoplada a una casa flotante futurista.

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Desde el 26 de septiembre, este hombre de 59 años vive bajo el agua con la meta de romper un récord Guinness y demostrar que el océano puede ser un lugar habitable y funcional para las personas.

Un estilo de vida submarino único

La cápsula submarina, de 30 metros cuadrados, incluye comodidades básicas como un aseo portátil, una cama, televisión, computadora, ventiladores, y una bicicleta estática. Aunque carece de ducha, Koch cuenta con acceso a internet satelital y energía solar complementada por un generador eléctrico. 

"Me levanto a las seis, veo las noticias, trabajo un poco y luego preparo el desayuno para ocuparme de todas las cosas que surgen en mi vida diaria", detalla Koch, quien pasa sus días en este peculiar refugio marino.

En su espacio personal, Koch mantiene una copia de 'Veinte mil leguas de viaje submarino', la famosa obra de Julio Verne, cuyo protagonista, el capitán 'Nemo', le sirve de inspiración. 

Desde las ventanas circulares de su cápsula, el ingeniero disfruta de vistas únicas del fondo marino, acompañado del "ruido de los peces" y el murmullo de las olas. "Mudarse al océano es algo que deberíamos hacer. Es mucho más tranquilo estar aquí abajo, no es como la vida en la ciudad", expresó a la AFP.

Su cápsula cuenta con un aseo portátil, cama, televisión, computadora, internet satelital, ventiladores y energía solar, pero carece de ducha.

Su cápsula cuenta con un aseo portátil, cama, televisión, computadora, internet satelital, ventiladores y energía solar, pero carece de ducha.

Foto:Martin Bernetti. AFP

Buscando romper un récord histórico

Koch planea permanecer bajo el agua hasta el 24 de enero, superando los 100 días que Joseph Dituri vivió en una cápsula sumergida en un lago de Florida. Para medir su progreso, dos relojes digitales dentro de la cápsula registran el tiempo transcurrido y el que le queda. Sin embargo, la vida submarina no está exenta de retos. Aunque Koch asegura que su experiencia no ha sido especialmente difícil, admite que ocasionalmente siente deseos de bucear.

La cápsula donde vive no solo busca ser funcional, sino también respetuosa con el medio ambiente. Sus paredes exteriores, hechas de un material similar a las conchas marinas, pueden convertirse en un hábitat para corales y peces. "Tienes una vista muy diferente", comenta Koch, mientras observa las aguas turquesas y la fauna marina.

Motivado por el Capitán Nemo de Veinte mil leguas de viaje submarino, Koch quiere demostrar que es posible vivir y trabajar cómodamente bajo el océano.

Motivado por el Capitán Nemo de Veinte mil leguas de viaje submarino, Koch quiere demostrar que es posible vivir y trabajar cómodamente bajo el océano.

Foto:Martin Bernetti. AFP

La seguridad y el apoyo desde la superficie

Sobre la casa flotante, Eial Berja, especialista en seguridad, monitorea a Koch a través de cámaras que aseguran el cumplimiento de su misión. "Tuvimos vientos, oleaje y lluvia que dejaron todo invisible; estamos solos en medio del océano", explicó Berja, quien recordó cómo una tormenta reciente puso a prueba el proyecto. 

Además de recibir alimentos desde el exterior, Koch es visitado regularmente por un médico y sus dos hijos. Con humor, afirma: "La última vez que lo comprobé, todavía estaba casado", refiriéndose a una próxima visita de su esposa tailandesa.

Grant Romundt, socio de Koch y fundador de una empresa que ya ha construido tres casas flotantes en el Caribe panameño, enfatizó la relevancia de esta hazaña. "Decidimos buscar el récord Guinness para poder mostrar al mundo que es posible innovar y vivir bajo el agua", aseguró.

Agencia AFP

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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de la agencia AFP, y contó con la revisión de un periodista y un editor.

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