Este fin de semana, más de cien residentes en la Franja de Gaza murieron como resultado de los bombardeos de las fuerzas israelíes, en el marco de una nueva ofensiva ordenada por el primer ministro Benjamin Netanyahu, quien asegura que el objetivo de Israel es ocupar toda la franja, entre otras, para evitar “una hambruna”, pues sostiene que, “por razones diplomáticas”, una crisis alimentaria generalizada en la zona le haría daño a la imagen de su país.
No se trata solo de un fallo de los sistemas, sino de un fallo de la humanidad. El hambre en el siglo XXI es indefendible.
Lo cierto es que tras los criminales ataques del grupo terrorista Hamás en octubre de 2023, que violaron los más elementales derechos de miles de civiles israelíes, la respuesta del gobierno de Netanyahu ha consistido en una política de tierra arrasada que ha destruido el 65 por ciento de las edificaciones en Gaza, paralizado la actividad económica, los colegios y los centros de salud, y sumido en la miseria a sus habitantes, dos millones de los cuales están en grave riesgo de crisis alimentaria.
Divulgada el viernes, la más reciente edición del ‘Informe mundial sobre crisis alimentaria’, publicación anual de Naciones Unidas y su agencia de alimentos y agricultura (FAO), con el apoyo del Banco Mundial y la Unión Europea, trae alarmantes noticias. “Más de 295 millones de personas enfrentaron hambre aguda el año pasado, el sexto aumento anual consecutivo”, sostuvo António Guterres, secretario general de la ONU, al presentar el reporte.
“Desde Gaza y Sudán hasta Yemen y Malí, el hambre catastrófica provocada por conflictos y otros factores está alcanzando niveles récord”, detalló.
Una niña palestina a la espera de un plato de comida. Foto:AFP
El informe puso el foco en 53 países donde hay casi 300 millones de personas en delicadísima situación alimentaria, pero explica que un puñado adicional de naciones, entre ellas Cuba y Venezuela, donde los analistas calculan que en torno al 80 % de la gente vive en la pobreza, no pudo ser analizado por falta de datos confiables. La hambruna fue oficialmente declarada en Sudán, tras dos años de guerra civil. En cuanto a Gaza, el informe apunta a que “la inseguridad alimentaria aguda, la desnutrición y la mortalidad superarán los umbrales de hambruna (fase 5) durante el período de mayo a septiembre de 2025”.
No podemos responder a estómagos vacíos con manos vacías y la espalda vuelta
De los 53 países y territorios analizados, los investigadores encontraron que en 20 de ellos –incluidos Sudán y Gaza–, 139,8 millones de personas enfrentaron en 2024 “altos niveles de inseguridad alimentaria aguda” por causa de la violencia. En 18 países más, afectados por temperaturas extremas relacionadas con el cambio climático, la cifra de afectados llegó a 96,1 millones. Otros 59,4 millones, de una quincena de países, están en grave riesgo por el impacto de crisis económicas.
Más allá de estos números absolutos, preocupa a los redactores del informe la tendencia al alza. En lo que va de esta década, el número de personas en esta delicada situación casi se ha duplicado. En 2020 fueron 159,1 millones de 55 países analizados, frente a los 295,3 millones en 2024, y eso que en esta edición el estudió cubrió dos países menos. El aumento es sostenido: para 2021, fueron 192,8 millones; en 2022, la cifra subió a 257,8 millones, y para 2023, sumó 281,6 millones.
Haití enfrenta una intensa crisis institucional, de seguridad y fuerte hambruina. Foto:Johnson Sabin. EFE
La Franja de Gaza, Sudán y Haití, tres territorios a borde del colapso y la crisis por hambruna aguda
Al analizar el informe en su edición de este lunes, el diario parisino Le Monde hizo una cruda descripción de lo que ocurre en la Franja de Gaza, y de cómo se puede agravar.
“La situación se deterioró tras el hermético bloqueo del territorio aplicado desde inicios de marzo de 2025 por las tropas israelíes, que impide cualquier ingreso de comida, trátese de ayuda humanitaria o de mercancías”, explicó el periódico.
En la mayoría de los países con crisis alimentarias agudas, la agricultura es el medio de subsistencia del 70 % de la población rural
Israel bloquea la entrega de ayuda humanitaria en Gaza Foto:
Esto solo servirá para hacer más dramáticas las cosas, que ya venían muy mal en 2024. “Con las infraestructuras de producción local (invernaderos, huertos, cría de ganado) destruidas en gran medida, la población está confrontada a la acuciante falta de comida”, agregó Le Monde.
Y es que, según el informe, el nivel de inseguridad alimentaria es tan alto que el 20 por ciento de los habitantes de Gaza enfrenta un riesgo mortal.
En el caso de Sudán, más de 25 millones de personas han vivido en condiciones de inseguridad alimentaria aguda entre 2016 y 2024, los seis años que tiene de existencia el informe. Pero en el último año, y por primera vez desde 2020, cuando la pandemia hizo estragos en decenas de países, en varias zonas de Sudán fue declarada oficialmente la hambruna: en el campo de Zamzam, en Darfur del norte, en julio de 2024, y en cuatro regiones más del país entre octubre y noviembre. Además, el informe proyecta que entre enero y mayo de este año, 17 zonas más enfrenten la misma tragedia.
Además de Gaza y Sudán, por efecto de las guerras y la violencia de bandas armadas, millones de personas más se asoman a la catástrofe alimentaria en Sudán del sur, Mali, Yemen, Haití, Afganistán, Birmania, Siria, Chad y Níger, entre otros. En algunos casos, al conflicto violento se suman la crisis económica y la tragedia climática, como ocurre en Chad y Níger.
Personas huyen del conflicto en Sudán. Foto:AFP
Como explica el secretario de la ONU, además de las guerras, “el caos climático y las vulnerabilidades medioambientales” han disparado las cifras de inseguridad alimentaria en el planeta. Para los autores del reporte, el cambio climático descontrolado y las consecuentes temperaturas extremas son una amenaza significativa en cerca de 20 países de los 53 analizados, pues deterioran los recursos naturales y las capacidades de producción, en especial en la agricultura.
Para 2025, esto puede empeorar; previsiones meteorológicas apuntan a un muy bajo nivel de lluvias en Etiopía, Kenia y Somalia, así como en amplias zonas de Afganistán, Pakistán y otros países de Asia. Hay temores también por lo que puede ocurrir este año con la combinación de conflicto armado y crisis climática en la región africana conocida como Sahel, que incluye a Senegal, Mauritania, Mali, Chad, Níger, Burkina Faso, Sudán y Sudán del Sur.
Para Álvaro Larios Hervás, economista español a la cabeza del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola de la ONU, que también colabora en el reporte, en esos países la agricultura está muy amenazada por el cambio climático. “En la mayoría de los países con crisis alimentarias agudas –le dijo esta semana Larios a Le Monde–, la agricultura es el medio de subsistencia del 70 % de la población rural”.
El director de la FAO, el diplomático chino Qu Dongyu, declaró: “Sabemos que la inseguridad alimentaria aguda, además de una crisis, es una realidad cotidiana para millones de personas, la mayoría de ellas en zonas rurales”. Y de esos millones, muchos son niños. La malnutrición infantil alcanzó, en el período analizado por el informe, niveles extremadamente altos, en especial en la Franja de Gaza, Mali, Sudán y Yemen. Cerca de 38 millones de niños de menos de cinco años sufren malnutrición aguda en 26 zonas de los 53 países analizados.
La ofensiva israelí en la Franja de Gaza ha dejado miles de fallecidos, la mayoría civiles. Foto:AFP
Las razones detrás de este grave retroceso
Las guerras, los desastres climáticos y las crisis económicas, a veces de modo separado y a veces entremezclados, han generado olas de desplazados que han aumentado la presión migratoria de África hacia Europa y de América latina hacia Estados Unidos. Los migrantes son especialmente vulnerables al estrés alimentario.
Colombia, uno de los 53 países analizados por el informe y que aporta estadísticas confiables, es mencionado en este punto debido al drama social que ha significado en estos años la migración de cerca de dos millones de venezolanos. En 2024, un millón de esos desplazados sufrió altos niveles de inseguridad alimentaria aguda.
Sabemos que la inseguridad alimentaria aguda, además de una crisis, es una realidad cotidiana para millones de personas, la mayoría de ellas en zonas rurales
Semejante cuadro mundial tan complicado podría empeorar este año, debido al grave freno de la ayuda humanitaria, representado en gran medida en el congelamiento de los fondos de auxilio a poblaciones vulnerables en el mundo de la agencia estadounidense USAid. Cerca de 70.000 millones de dólares de ayuda anual de Washington a los países pobres están en veremos por decisión de la administración de Donald Trump.
Colombia enfrenta una dura situación sumada a la crisis humanitaria de la migración de venezolanos. Foto:iStock
Guterres, secretario general de la ONU, lanzó la alerta: “Las crisis de larga data se ven ahora agravadas por otra más reciente: la drástica reducción de los fondos humanitarios vitales para atender estas necesidades. No se trata solo de un fallo de los sistemas, sino de un fallo de la humanidad. El hambre en el siglo XXI es indefendible. No podemos responder a estómagos vacíos con manos vacías y la espalda vuelta”, afirmó el Sr. Guterres.
En un mundo de abundancia, no hay excusa posible para que niños sufran hambre o mueran por malnutrición. El hambre carcome el estómago de un niño, pero también su dignidad, su sentimiento de seguridad y su futuro
En la misma dirección, pero poniendo el acento en los menores de edad, apuntó la directora de Unicef, la neoyorquina Catherine Russell: “En un mundo de abundancia, no hay excusa posible para que niños sufran hambre o mueran por malnutrición. El hambre carcome el estómago de un niño, pero también su dignidad, su sentimiento de seguridad y su futuro”.
Y una alerta final: la guerra comercial desatada por la política arancelaria de Trump. Los países pobres habían encontrado en sus exportaciones, sobre todo de materias primas, un trampolín hacia el desarrollo que implicó, en este siglo, la salida de la pobreza de más de 500 millones de personas en países como India, China, Brasil y otras naciones del tercer mundo. Si en 2025 el mundo asiste a un deterioro del intercambio comercial, eso también va a impulsar al alza los índices de pobreza y de hambre.