'El Gobierno no podía seguir en una mesa en donde la agenda siempre la imponía el Eln': Juan Camilo Restrepo

hace 2 meses 21

En entrevista con EL TIEMPO, el exministro y exnegociador de paz con el Eln, Juan Camilo Restrepo, analizó el anuncio del presidente Gustavo Petro que le pondría fin definitivamente a los diálogos entre el Gobierno y la guerrilla, negociaciones que dieron inicio en noviembre de 2022, pero que están en crisis desde hace cinco meses.

Conforme a los criterios de

Las palabras del jefe de Estado llegaron luego del atentado de esa guerrilla contra una base militar en Arauca que dejó dos uniformados muertos y otros 25 heridos.

¿Cómo analiza esta nueva crisis en el proceso de negociación con el Eln?

Es una crisis muy seria, muy aguda, pero es la continuidad de varias crisis que precedieron a estos momentos del atentado en Arauca. El Eln desde un comienzo se ha mostrado muy arrogante e imperativo, casi que mostrando su desprecio por la negociación misma, violando el Derecho Internacional Humanitario. Me parece que en estas circunstancias al Gobierno no le quedaba otra opción que la que parece haber tomado el presidente Gustavo Petro. Pero digo parece porque la conclusión de los diálogos de paz requiere un ritual complementario que va más allá de un mero trino. Para dar por terminada las negociaciones de paz, el Gobierno tiene que cursar comunicaciones oficiales con los países garantes y expedirse un decreto que derogue el original por el cual se habían abierto las negociaciones. Si la idea del Gobierno es definitivamente dar por suspendidas las negociaciones, me parece que es el camino correcto. No se podía actuar de otra manera ante situaciones tan lamentables del Eln de irrespeto a la paz y a la ciudadanía. Veremos qué sigue de ahora en adelante.

Atentado en Arauca.

El ataque fue perpetrado con cilindros bombas en una zona en la que además hay un colegio que atiende a 1.400 estudiantes.

Foto:Fuerzas Militares.

¿De qué manera se puede interpretar la manera de actuar del Eln no solo en este proceso, sino a lo largo de los últimos 25 o 30 de negociaciones?

El Eln es un grupo muy arrogante, muy independiente y que ha venido creciendo. Ha venido creciendo tanto en sus acciones en el campo como en las ciudades, tiene una gran capacidad de terrorismo y tiene una gran capacidad de chantaje. El Eln no tiene interés en el proceso de paz y de hecho hay quienes dicen que en el último congreso que hubo, que fue el sexto congreso de esa guerrilla, se tomó la decisión de no firmar la paz con este Gobierno, de modo que si el Eln ha esperado 60 años, no es problema para ellos esperar tres o cuatro más.

¿Cómo queda la ‘paz total’ sin el proceso de negociación con el Eln?

Este proceso era su piedra angular, pero era una piedra agrietada desde hace varios meses. Básicamente nos habíamos reducido a que cada cierto tiempo el Eln pretendiera imponerle al Gobierno condicionamientos arrogantes y disparatados. El Gobierno no podía seguir en una mesa en donde la agenda siempre la imponía el Eln y en donde las declaraciones imprudentes y agresivas de 'Antonio García' iban marcando el ritmo de estas negociaciones. Esto es lamentable, pero no es sorprendente. Si el Gobierno quería seguir manejando esto con dignidad, tenía que suspender en este momento las negociaciones.

¿Cree que este sea un escenario definitivo de ruptura?

No es fácil la decisión del Gobierno, pero ante la actitud del Eln creo que el margen para reanudar unas conversaciones respetuosas del Derecho Internacional Humanitario es cada vez más estrecho o inexistente. A partir de la declaración que hizo el presidente Petro, solamente en una situación en la que el Eln considere y reconozca que ha cometido errores e intemperancias, podría reavivar una conversación de paz, pero de no ser así no ve uno cómo el Gobierno va a reactivarlas. Una negociación de paz supone que la contraparte esté interesada también en buscar la paz y el Eln se ha encargado por todos los medios y maneras de decir que no le interesa el proceso de paz.

¿Usted cree que la negociación con Comuneros del Sur tiene futuro si eventualmente el Gobierno quiere salvar el proceso de paz con el Eln?

El Gobierno tiene que continuar las negociaciones con el grupo Comuneros del Sur, proceso que precisamente se inició formalmente el lunes. El Gobierno no puede aceptar expresa o tácitamente que el comando central, las directivas del Eln o sus jerarcas tengan una especie de capacidad de veto, porque eso se convertiría en la protocolización de una gobernanza en la política de paz y eso no lo puede admitir ningún Gobierno. 

El Gobierno no puede aceptar expresa o tácitamente que el comando central, las directivas del Eln o sus jerarcas tengan una especie de capacidad de veto, porque eso se convertiría en la protocolización de una gobernanza en la política de paz y eso no lo puede admitir ningún Gobierno. 

Estas conversaciones con los Comuneros del Sur tienen como propósito principal promover unas acciones humanitarias de desminado y recordemos que el departamento de Nariño está contaminado en marca mayor con minas antipersonales que entre otras cosas sembró en el pasado el propio Eln. De manera que uno de los puntos que han señalado con estos Comuneros del Sur es avanzar en la detección, ubicación y avance del determinado humanitario. Sería terrible que el Gobierno se echará para atrás amedrentado por cualquier bravuconada adicional de 'Antonio García'.

 ‘Pablito’ y ‘Antonio García’, que están en Venezuela. Y en Cuba, ‘Gabino’ y ‘Pablo Beltrán’.

De izquierda a derecha: ‘Pablito’ y ‘Antonio García’, ‘Gabino’ y ‘Pablo Beltrán’.

Foto:Archivo particular

¿Fue un error haber cedido en tantos temas cruciales en esta negociación?

Creo francamente que una negociación con un grupo alzado en armas requiere que desde la primera hora se tracen las líneas rojas, es decir, aquellos puntos en los que no habrá ninguna entrega ni ninguna sesión. El problema es que esas líneas rojas no se trazaron con claridad desde un comienzo, cito dos de ellas. Primera, y para mí la más importante, es una obligación, no una concesión graciosa tanto del Eln como de cualquier grupo que se siente a negociar la paz respetar el DIH. Eso es una verdad ya sabida desde los acuerdos de Ginebra del año 49. Para que un Estado legítimo se siente a dialogar con un grupo alzado en armas, así le dé la connotación política, este grupo tiene que respetar el Derecho Internacional Humanitario, haya o no cese al fuego. 

Acciones como los atentados contra las escuelas, contra los civiles no combatientes, las acciones tendientes a secuestrar gente o a reclutar menores son hechos condenados por el DIH. Por eso, si alguien se quiere sentar a negociar con un gobierno tiene que comprometerse a respetar esas normas. Yo creo que allí faltó firmeza por parte del presidente Petro y esto que estoy diciendo es válido para los otros grupos con los que se está también, titubeante, avanzando en procesos de la llamada ‘paz total'. 

Y lo otro es que el Gobierno se tiene que hacer respetar en una mesa de negociación, no puede ser que este señor 'Antonio García' cada 8 días sale por los medios sociales a darle una juagada al Estado colombiano, a su presidente y al proceso mismo. Una cosa es buscar la paz que es plausible, pero otra cosa es plegarse a todas estas excentricidades o arbitrariedades que el Eln ha querido imponerle al Estado colombiano.

¿Usted cree que mientras 'Antonio García' siga teniendo el poder que tiene en el Eln alguna negociación va a ser posible?

Para dar por terminada las negociaciones de paz, el Gobierno tiene que cursar comunicaciones oficiales con los países garantes y expedirse un decreto que derogue el original por el cual se habían abierto las negociaciones.

La negociación es con el Eln, no es con 'Antonio García'. Por ejemplo, una de las cosas que debió exigir el Gobierno desde un primer momento, y que debe exigir si se llegan a reanudar, es que los únicos autorizados para hablar en un proceso de paz son los jefes de las delegaciones. 

'Antonio García' es un jerarca del Eln, pero no es un miembro de la mesa de negociación y es el que va marcando la pauta y va diciendo cuántas cosas se le ocurren que a menudo ni siquiera son objeto de la mesa de negociación. Entonces una regla elemental es que quien habla en un proceso de paz, además del presidente, que es quien tiene la responsabilidad constitucional de orientar el proceso, son los jefes de las dos delegaciones sentadas frente a frente en la mesa de negociación. Tampoco deben hablar los miembros individuales de las delegaciones porque entonces se vuelve una cacofonía que confunde a la opinión pública y termina estropeando el proceso.

¿Es un error del Gobierno querer abarcar nueve negociaciones, incluida el proceso con el Eln y su disidencia, de manera simultánea?

Hay muchos que lo consideran así y yo me cuento entre ellos, que es muy difícil orientar, manejar y gerenciar unas negociaciones de paz a tantas bandas y mucho menos cuando detrás de eso no hay una organización bien estructurada del equipo negociador y de la Oficina del Comisionado de Paz, donde ni siquiera se ha expedido una ley de sometimiento por el Congreso. Entonces todo va fluyendo a base de improvisaciones y de acuerdo a la preocupación del momento, pero falta un gran marco organizacional y gerencial. Resulta que manejar con seriedad 8 o 9 conversaciones de paz al mismo tiempo es una labor gigantesca y es evidente que a pesar de que es una idea original lo de la ‘paz total’, le ha faltado orden, gerencia y estructura y eso le inocula una debilidad intrínseca a todo el proceso.

Vera Grabe saludando a Pablo Beltrán, jefe de delegacióndel Eln.

Vera Grabe saludando a Pablo Beltrán, jefe de delegacióndel Eln.

Foto:Delegación Eln

¿Usted cree que habida cuenta de que el Eln utiliza como retaguardia a Venezuela que el gobierno del presidente Gustavo Petro le debería pedir ayuda al régimen de Maduro para lograr apretar a la guerrilla?

Creo que ese es un punto importante y sí me parece que el gobierno colombiano le debería, no pedir el favorcito, sino exigir perentoriamente al Gobierno de Caracas que ayude a reprimir al grupo alzado en armas que han encontrado el alero y la protección del régimen venezolano. Aquí estamos frente a una guerrilla transnacional y como lo muestra la experiencia histórica de lo que ha sido la colaboración, por ejemplo, entre Francia y España que condujo a destruir y a controlar totalmente a la ETA, va a ser muy difícil que algún día veamos un control y un sometimiento real a los procesos de paz, si no se logra un compromiso serio de los gobiernos de Caracas y de Bogotá.

¿Qué va a pasar con los acuerdos firmados?

Irán van a engrosar los archivos, ya muy numerosos, de los documentos fallidos u olvidados de las negociaciones de paz con el Eln.

CAMILO A. CASTILLO
Redacción Política
X: (@camiloandres894)

Leer Todo el Artículo