En entrevista con EL TIEMPO, la representante Catherine Juvinao, una de las principales críticas de la reforma de la salud, habló sobre los puntos que más le preocupan y aquellos que no se pudieron cambiar en la iniciativa que pasó su segundo debate en la Cámara de Representantes.
¿Qué le deja la aprobación de la reforma?
Lastimosamente, el país, el Congreso de la República y el Gobierno nacional hemos perdido toda la oportunidad de sacar adelante una buena reforma a la salud. Una reforma que tuviera al paciente y al ciudadano en el centro de las transformaciones y no simplemente una reforma ideologizada que en el fondo es una pugna por ver quién maneja la chequera. Yo lo digo y lo sostengo, es una reforma que simplemente le saca la plata de los bolsillos de unos corruptos y la mete en los bolsillos de otros. Es decir, ya no va a ser plata para las EPS, sino para los políticos. Entonces, lastimosamente pierden los pacientes. Las EPS no desaparecen, simplemente las perfuman con un nuevo nombre: gestoras de salud.
Congresistas y funcionarios del Gobierno celebran la aprobación de la reforma de la salud. Foto:César Melgarejo. EL TIEMPO
¿Cuáles son los puntos que a usted más le preocupan?
Lo más preocupante es el artículo de ADRES que aprobó la plenaria y que yo voté negativamente. Todo ese tema de cómo se transforma a la ADRES, que es hoy una institución relativamente pequeña, con un personal pequeño y un presupuesto pequeño, en una superentidad en la que su director se convierte de facto en el funcionario más importante del Gobierno, más importante que el ministro de Salud y más importante que el superintendente. ¿Por qué? Porque solo ese funcionario va a manejar 90 billones de pesos con unos incentivos perversos. Primero, la ADRES va a pagar a 30 días a los prestadores, haya auditoría o no, con la excusa del flujo de caja, mientras exige a las gestoras hacer auditoría en 60 días. Entonces, hice una pregunta que no supieron responderme: ¿qué pasa si pasan los 30 días, la ADRES tiene que girar y la gestora no termina la auditoría? Pues que la ADRES va a girar el 85% del valor de la factura como mínimo, que incluso podría ser el 100%. Entonces, se va a pasar de manejar 370.000 transacciones al año a 860 millones de transacciones al mes, y además, la ADRES va a contratar directamente a la red de prestadores en todo el país, que son cerca de 60.000. Si la Fiduprevisora no pudo contratar cerca de 800 prestadores, imaginen a la ADRES contratando 60.000, negociando uno a uno con todos los incentivos a la corrupción. ¿Sabe qué va a pasar? Lo que está pasando con el modelo de los maestros, que la ADRES se organice con un grupo de IPS para pagarles antes.
Los ministros Guillermo Jaramillo y Armando Benedetti; y la representante María Eugenia Lopera. Foto:César Melgarejo. EL TIEMPO
¿Qué otros puntos no se pudieron cambiar?
Otros asuntos que no se pudieron cambiar: la selección de los gerentes de los hospitales públicos. Este Gobierno ha dicho que es una reforma anticorrupción, y sabemos que uno de los principales pilares de la corrupción es que la red de hospitales públicos son fortines burocráticos de los congresistas, pero también de los alcaldes y los gobernadores. La reforma originalmente tenía una propuesta en el artículo 42 para implementar algo de meritocracia, no tanto como quisiéramos, pero algo. En esta ocasión repitieron la jugada que nos hicieron en la primera reforma: por un acuerdo politiquero con los partidos tradicionales en el Congreso, eliminaron el artículo. Entonces, quedamos con el mismo proceso corrupto que existe hoy para la selección de gerentes de hospitales. Además, aprobaron un fondo que llaman de dotación y construcción de infraestructura hospitalaria, que en español quiere decir que los hospitales, que son obras públicas y deben contratarse bajo la ley 80 cumpliendo el principio de publicidad, subiendo los documentos a Secop, ahora se harán con un fondo que se regirá bajo derecho privado. Es decir, desaparecen las licitaciones, desaparece la transparencia y se contratará a dedo en hospitales públicos, y ya sabemos cómo va a terminar eso.
El ministro del Interior, Armando Benedetti, durante la discusión de la reforma de la salud. Foto:EL TIEMPO/ CONGRESO DE LA REPÚBLICA
¿Quiénes son los papás de estas iniciativas?
La del fondo es una propuesta del Gobierno, y a mí no me pudieron justificar hoy por qué tiene que contratarse la construcción de hospitales bajo derecho privado. El discurso del Gobierno de dientes para afuera es que rechaza la corrupción, pero estos promueven lo contrario. El tema del artículo 42 es un acuerdo con los partidos tradicionales, con el Partido Liberal y el Partido Conservador. La proposición es de un representante conservador, entonces aquí es donde uno dice: ¿a qué costo los partidos tradicionales están aprobando la reforma? Eso no es gratis, no es porque les parezca buena. Yo le quiero decir, acá hay congresistas que nunca leyeron la reforma, llegaron simplemente a votar, se salían y echaban chistes. Acá hay gente que ni siquiera sabe lo que aprobó. Este Gobierno termina entregando la salud a la misma politiquería que juró combatir.
¿Qué cree que va a pasar en el Senado?
En la primera versión de la reforma, hubo un grupo de nueve congresistas de la Comisión Séptima del Senado que, desde el principio, armaron una especie de bloque en el que se mantuvieron firmes a pesar de las presiones del Gobierno y votaron de forma organizada y concertada entre ellos. La Comisión Séptima es relativamente pequeña, de modo que con nueve congresistas logran la mayoría. La pregunta es si esos nueve estarán igual de sólidos que en ese momento. No sabría qué responder, porque sé que el Gobierno está desplegando todas las formas de lucha, está ejerciendo presión de todas las maneras posibles, está poniendo sobre la mesa todo lo que puede hacer, por cuestionable que sea. A lo mejor nos llevamos una sorpresa en la Comisión Séptima del Senado. Ojalá que no, porque esos nueve congresistas que hundieron la reforma de la salud demostraron que pueden legislar más allá de sus propios intereses. Si alguno de ellos se volteara, sería un mensaje nefasto para el país, porque la reforma no solo tiene lo mismo que la anterior, sino cosas peores. Esta segunda versión es aún peor que la primera. No habría cómo justificar que hayan votado "no" a la primera reforma y voten "sí" a la segunda. Por eso yo desde ya extiendo un mensaje muy respetuoso para que ojalá se mantengan firmes. No estamos defendiendo el sistema de salud actual, no estamos diciendo que no se necesite una reforma, lo que estamos diciendo es que no es esta reforma petrista la que va a resolver los problemas del sistema. Por el contrario, los va a profundizar gravemente, con repercusiones directas en la integridad de millones de pacientes.
Cámara aprobó en segundo debate la reforma a la salud. Foto:
¿Fue suficiente el debate para una reforma de la salud tan trascendental?
Yo tengo que reconocerle al presidente de la Cámara que, entre ayer y hoy, nos dejó hablar. La situación con él es tan drástica que, cuando lo dejan a uno hablar, uno siente que hubo debate. Sin embargo, que hayan sido un poco más generosos dándonos la palabra no necesariamente implica que hubo un debate real. Los ministros estaban ahí metidos y no resolvieron las dudas de los representantes. Me pregunto si el ministro de Salud y el director de la ADRES solo vinieron a cuadrar votos. Nunca le dieron la cara a la plenaria sobre las dudas y cuestionamientos que teníamos.
¿Qué puede llegar a evaluar la Corte?
Los bloques que sometieron a votación entre el miércoles y el jueves creo que podrían tener repercusiones en una eventual evaluación de la Corte Constitucional. Si bien el presidente de la Cámara tiene la facultad de organizar el debate en bloques, lo que ha dicho la Corte es que tienen que ser bloques de artículos que tengan una mínima unidad de materia, una mínima relación. El miércoles nos hicieron votar en bloques artículos que eran medulares y estructurales, pero muy diferentes entre sí. Nos metieron en un solo bloque todo lo referente a los CAPS, las gestoras y las redes integrales. Los tres temas eran de los más importantes de la reforma y había que votarlos por separado. Uno podría estar de acuerdo con una parte de las redes, pero no con otra parte de las gestoras, pero nos tocaba votar todo junto. Entonces, ahí es cuando la Corte dice que se viola la garantía de liberación. Lo que sí es cierto es que, si la reforma llega a aprobarse en el Senado, seguramente se presentarán una cascada de demandas, y ahí veremos qué pasa.
¿Por qué dice que la reforma no acaba con las EPS?
No acaba con las EPS y no les quita la plata. A las EPS las perfumaron con un nombre que se llama "gestora". Les quitaron los chicharrones y ahora les van a pagar más por un acuerdo que hicieron a puerta cerrada en el Palacio de Nariño. Les van a pagar una comisión muy por encima de lo que ellas gastan hoy por hoy. Van a ganar por punta y punta. Se quedaron con buena parte del negocio.
JHON TORRES Y MATEO GARCÍA
Redacción Política