Extra sin noticia. Cada vez que un jugador de fútbol, llámese Dayro, Pablo, Julián o Alfredo, es sorprendido en estado de embriaguez en una fiesta o falta a los entrenamientos debido a una noche de excesos, estallan los titulares y los debates. Es como si la noticia causara sorpresa, como si estuviéramos frente a un hecho excepcional, una situación extraordinaria que exige un juicio inmediato.
Conforme a los criterios de
Claro que Alfredo Morelos, jugador de Atlético Nacional, es irresponsable porque uno no maneja después de tomarse así sea dos cervezas y menos para llegar a trabajar.
Caso Morelos
Su grado dos de alcoholemia, según el comunicado oficial, da para una multa de 360 SMDLV ($15.600.000), suspensión de cinco años de la licencia de conducción, 40 horas de servicio comunitario y 6 días de inmovilización del vehículo. Además, está a la espera de la sanción por parte del club.
Sin ser moralistas, porque en la cultura colombiana, el consumo de alcohol es frecuente en eventos familiares, celebraciones y reuniones, y los jugadores en su tiempo libre pueden hacer lo que les plazca, como usted o yo, no pueden hacer barbaridades como llegar borracho a entrenar. Un cirujano no puede llegar borracho a operar, ni un taxista puede llegar borracho a empezar su jornada. Hay límites.
Hay que soltar la camándula. La tradición de acompañar momentos de éxito o fracaso con una bebida ha permeado las distintas capas sociales, y el fútbol, como espejo de la sociedad, también muestra estos patrones de comportamiento, como los cuatro días de celebración que tuvo Dayro Moreno por alcanzar el récord de máximo goleador del fútbol colombiano.
Y eso que, en Colombia, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en su informe de Panorama de la Salud en 2023, el consumo de alcohol en el país, es de 4,1 litros de per cápita (por persona), mientras que la media de la Ocde se encuentra en 8,6 litros. En resumen, en Colombia se toma menos que en España (10,5) y México (5,1).
Y esto no es una cosa del tercer mundo. Entre los 10 países que más beben del mundo, nueve pertenecen a la Unión Europea. Alemania (10,6 litros), seguida de Francia (10,4 litros), España (7,8 litros) e Italia (7,7 litros).
Futbolistas en Europa
En el Reino Unido fue de 9,7 litros. Allí los jugadores salen a restaurantes, toman y hacen de su tiempo libre lo que les parece, es su tiempo y es sagrado, como Zlatan Ibrahimovic quien ha reconocido que consume cerveza después de los partidos, igual que el arquero David De Gea o Sergio Ramos quien, en su tiempo libre, publica fotos tomando cerveza junto a sus amigos.
Esto no es una apología al consumo de alcohol, pero si el consumo de alcohol es una práctica común y hasta deseable en ciertos contextos, porqué simultáneamente se espera que los futbolistas mantengan una imagen de integridad y control.
Cuando un jugador de fútbol es captado en una salida nocturna o disfrutando de una bebida, la indignación suele estallar en redes sociales y medios. Sin embargo, ¿qué estamos exigiendo realmente? No es que la sociedad rechace el consumo, sino que desea ignorar que también ocurre en quienes son referentes de éxito y disciplina.
Opinión
CAMILA ESPINOSA ARISTIZÁBAL
Para EL TIEMPO