Un abrazo a la nostalgia, un reencuentro con los recuerdos, una oportunidad de ampliar la mirada sonora y un espacio para el disfrute entre varias generaciones; así podría definirse la receta que le ha dado el sabor a la tercera edición del Festival Cordillera, que se llevó a cabo este fin de semana y exploró todos esos elementos ya antes descritos e hizo cantar hasta el éxtasis a cerca de 70.000 personas (entre el sábado y ayer), en un monumental homenaje a los artistas en español.
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La nueva cita con la música tuvo en su primer día 40.000 asistentes, todo un récord para la historia de este festival que, también cabe decir, el año pasado tuvo 65.000 personas y en el 2022 consiguió reunir un total de 60.000. Más allá de cifras, el Festival Cordillera cumplió con su objetivo de remover recuerdos y poner en el centro de la fiesta y la atención a grupos míticos y nuevas sonoridades. En el cierre el domingo fueron más de 30 mil los fanáticos de la música que disfrutaron del show.
Ahora, también es interesante que la experiencia no se quedó solo en el rock donde reinan las guitarras, esta edición de los recitales marcó un punto interesante para otras propuestas que pueden llegar a alimentar la lista de próximas ediciones.
“El festival celebró el reencuentro de las grandes leyendas de la música en español. Sin duda, lo de Juan Luis Guerra –que llegó con sus clásicos y fue uno de los artistas que alcanzaron gran protagonismo al cierre de la primera noche– le abre las puertas a que la onda tropical también pueda acceder al Cordillera”, comentó Miguel Santacoloma, director de Comunicaciones de Páramo Presenta, organizador del evento.
Lo de Juan Luis Guerra fue todo un fenómeno, puso a temblar el parque Simón Bolívar y que todos bailaran al ritmo de Rosalía o Si tú me quieres (que cantó acompañado de Fonseca, que también se presentó ayer). Antes hubo ska, pop, rap, cumbia; una mezcla interesante de sonidos que se acuñó a un público cada vez más diverso. No estaban solo los ‘sub-40 o sub-50’ que se gozaron en su juventud con muchas de las bandas.
También se pudo ver a las nuevas generaciones saltando o descubriendo nuevas propuestas para convertirse en sus fanáticos. “Vinieron padres de 50, 60 años, jóvenes, hijos de 30 o un poco más, en una experiencia intergeneracional”, agregó Santacoloma. Igualmente brillaron León Larregui y Molotov.
La tercera edición del Festival Cordillera cumplió las expectativas y lidió con retos como la cancelación de Fito Paéz, que fue reemplazado por Los Fabulosos Cadillacs, un cierre brutal para un espectáculo musical que este año dejó huella.