La enfermedad cardiovascular es una de las principales causas de muerte en el mundo, y el sedentarismo juega un factor más que clave en su desarrollo. La inactividad física contribuye al aumento del colesterol, la hipertensión y la obesidad, factores que incrementan el riesgo de infartos.
De acuerdo con el medio especializado EsCardio, para prevenir estas afecciones y mejorar la circulación, los cardiólogos recomiendan el ejercicio aeróbico moderado, como caminar a paso ligero, nadar o andar en bicicleta, durante al menos 150 minutos por semana.
Cabe destacar que esta práctica mejora la salud del corazón, refuerza los vasos sanguíneos y reduce el riesgo de padecer eventos cardiovasculares.
Las ventajas del ejercicio aeróbico para la salud del corazón
Es importante mencionar que el ejercicio aeróbico favorece el flujo sanguíneo y optimiza el uso del oxígeno en el organismo. Durante la actividad, el corazón trabaja de manera más eficiente, lo que disminuye la carga sobre las arterias y mejora la presión arterial.
Combinar los ejercicios de fuerza y cardio ayudan al organismo Foto:iStock
Además, este tipo de ejercicio incrementa los niveles de lipoproteínas de alta densidad (HDL), conocidas como “colesterol bueno”, y reduce el colesterol LDL. En este sentido, evita la acumulación de placas en las arterias. Como resultado, se disminuye la probabilidad de obstrucciones que puedan desencadenar un infarto.
Por su parte, el fortalecimiento muscular también cumple un papel importante en la salud cardiovascular. La combinación de entrenamiento de resistencia con ejercicios aeróbicos mejora la sensibilidad a la insulina, reduce la inflamación y contribuye nada más y nada menos que al control del peso corporal.
Si realizas actividades como levantamiento de pesas, entrenamiento funcional o ejercicios con bandas de resistencia, podrás ayudar a mantener un metabolismo activo y a fortalecer el sistema vascular.
Los especialistas recomiendan incluir estos ejercicios al menos dos veces por semana para potenciar sus beneficios. El Dr. Harald Jorstad aclaró, en el portal cifrado, que la constancia es un factor determinante para obtener resultados positivos.
Estudios demostraron que quienes llevan una vida activa presentan una menor incidencia de enfermedades cardiovasculares y una mayor esperanza de vida.
En este sentido, iniciar con caminatas cortas y aumentar la intensidad progresivamente es una estrategia positiva para quienes desean incorporar la actividad física en su día a día.