Una forma de caminar basada en prácticas ancestrales de los pueblos nómadas de Afganistán se está posicionando como una alternativa eficaz para quienes desean mejorar su resistencia física y su capacidad pulmonar sin necesidad de someterse a rutinas extenuantes. Este método, conocido como caminata afgana, fue difundido en los años 80 por el investigador francés Édouard Stiegler.
Inspirado en los desplazamientos de los nómadas afganos, quienes recorrían alrededor de 700 kilómetros en diez días a través de los desiertos, Stiegler desarrolló una técnica que combina el caminar con un patrón específico de respiración.
En su obra 'Regeneración a través del caminar afgano', el autor señala que este tipo de marcha no solo mejora la condición física, sino que también tiene un impacto significativo en la mente.
“Los ritmos de respiración que aprendí haciendo esta caminata son similares a la tradición de Hanish –en referencia a la respiración consciente que sana y revitaliza el cuerpo mediante la inspiración y la exhalación–. Los probé en todo tipo de recorridos, en Afganistán y en caminos planos, bajos y a distintas alturas”, dijo.
Stiegler agrega que durante su práctica, logró recuperar “la vitalidad, el sueño reparador, una nueva resistencia, el bienestar corporal” y también alcanzar un estado de “paz interior”.
Caminar es de gran beneficio para la salud. Foto:iStock
Técnica de ejecución
El método se basa en sincronizar los pasos con la respiración a través de una secuencia específica:
- Inhalar por la nariz durante los primeros tres pasos.
- Retener el aire en los pulmones al dar el cuarto paso.
- Exhalar al dar los siguientes tres pasos, manteniendo los pulmones vacíos durante este último camino.
Durante los primeros intentos, se recomienda evitar cualquier distracción para enfocarse por completo en el ritmo de la respiración y del cuerpo.
Esta conexión consciente ha llevado a que algunos describan esta práctica como una forma de “senderismo meditativo” o “yoga del senderismo”.
Cambios en el cuerpo y la mente
El médico deportólogo Santiago Kweitel, director de la Diplomatura en Medicina Deportiva Pediátrica de la Universidad Favaloro, destaca que “es una linda actividad física que combina caminar con una respiración de tipo consciente que sale de la que comúnmente hacemos al entrenar”.
Además, precisa que este tipo de respiración, más abdominal que torácica, “moviliza más el diafragma porque sale de la mecanización de la respiración para volverla parte del ejercicio”.
Isabel Conway, periodista de 'The Irish Times', relató su experiencia durante una de estas caminatas guiadas: “Tras algunos ejercicios de calentamiento y estrictas instrucciones de dejar fuera al mundo, comenzamos con la marcha afgana. Al concentrarnos en la respiración y andar, el instructor prometió que pronto dejaríamos atrás nuestros problemas cotidianos”.
Aunque en un comienzo le pareció una práctica cercana al misticismo, Conway afirma: “Al principio sonó un poco ‘new age’, pero pareció funcionar una vez que dominé las técnicas de ritmo y respiración”.
La práctica lleva a una buena respiración. Foto:istock
De acuerdo con la Escuela de la Marcha Afgana de Francia, estos son algunos de los beneficios que se pueden adquirir al caminar como los afganos:
- Mejora de la función y la capacidad respiratoria.
- Reequilibrio de la postura corporal.
- Hiperoxigenación de todo el cuerpo.
- Estimulación de la circulación sanguínea y linfática.
- Adquisición de la conciencia corporal.
- Disminución del estrés y la ansiedad.
- Mejora de la concentración.
Una de las particularidades de esta práctica es que no exige una duración determinada. Según el doctor Kweitel, “depende de la capacidad de cada persona y del nivel de entrenamiento previo que se tenga”. Esta flexibilidad permite que tanto principiantes como personas con experiencia puedan adoptarla como parte de su rutina diaria.
La Nación (Argentina) / GDA.
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de La Nación (GDA), y contó con la revisión de un periodista y un editor.