Tomados de las manos y con un cordón humano que forma un corazón, los exempleados del bar al aire libre más popular de Cartagena elevan plegarias y cánticos para recordarle a los turistas que un fallo del Consejo de Estado los dejó sin trabajo.
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Desde el pasado 2 de septiembre, cuando el Distrito de Cartagena desalojó el Café del Mar, los 90 exempleados y sus familias han llegado en las noches hasta el Baluarte de Santo Domingo, el monumento nacional que ocupó el bar por 23 años, para elevar sus protestas.
“Nos quedamos solos, hay un silencio absoluto del Distrito y del Ministerio del Trabajo, a nadie le importó que 90 familias quedaran de un día para otro en el aire”, señala Cindy Hernández Rojas, quien fuera, primero mesera y luego, administradora del bar por más de 16 años.
El desalojo del reconocido restaurante-bar que ocupaba el Baluarte de Santo Domingo en el Centro Histórico de Cartagena generó la frustración en los 90 empleados que prestaban sus servicios en el gastrobar: la mayoría, madres cabeza de hogar, padres de familia y muchos jóvenes estudiantes universitarios, venidos de las entrañas más vulnerables de un de las urbes más desiguales del país, y donde el desempleo y la falta de educación son un cáncer social que le está arrebatando los sueños a miles de familias.
Distrito promete un plan de empleabilidad
La prioridad es lograr puentes clave con el sector privado, empresarial y comercial de la ciudad para que estas personas tengan trabajo estable, contratos indefinidos y no el vaivén contractual típico de una Orden de Prestación de Servicios (OPS)
Un mes después de la recuperación del espacio público, Café del Mar no ha informado si seguirá con su actividad económica en otro sitio de Cartagena. Ante la incertidumbre del grupo de exempleados, el Distrito organizó un primer encuentro exploratorio entre ellos y autoridades locales en busca de propiciar nuevas oportunidades de empleo para meseros, cocineros, barman, administradores, vigilantes y demás personas que laboraban en el bar.
“La prioridad es lograr puentes clave con el sector privado, empresarial y comercial de la ciudad para que estas personas tengan trabajo estable, contratos indefinidos y no el vaivén contractual típico de una Orden de Prestación de Servicios (OPS), pues se trata de respaldarlos de forma integral, y no episódica, coyuntural o para acallar sus reclamos de forma temporal”, prometió el alcalde mayor, Dumek Turbay.
Esta empresa siempre se preocupó porque sus empleados crecieran, gracias a mi trabajo entendí que tenía que estudiar, que tenía que prepararme para crecer profesionalmente, y así lo hice, como la mayoría de mis compañeros
El pasado jueves a las 11:00 a.m., en el salón Vicente Martínez del Palacio de La Aduana, sede de la Alcaldía Mayor de Cartagena, se reunieron María Camila Salas, secretaria de Hacienda; y Rodolfo Díaz, asesor para Asuntos Estratégicos, con seis representantes de los empleados de Café del Mar.
“Inicié como mesera hace 10 años, en una época muy difícil de mi vida, de incertidumbre y desempleo. El café del mar me abrió las puertas pese a que no tenía mucha experiencia, mi último cargo, hasta el día del desalojo fue supervisora de servicio”, relata Lilibeth Ortiz, una joven madre cabeza de hogar, que el sábado anterior acompañó una jornada de oración, justo a sus compañeros en el Baluarte de Santo Domingo.
Ortiz asegura que no sabe qué hacer para pagar las cuotas de su apartamento y sacar adelante a sus hijos.
“Esta empresa siempre se preocupó porque sus empleados crecieran, gracias a mi trabajo entendí que tenía que estudiar, que tenía que prepararme para crecer profesionalmente, y así lo hice, como la mayoría de mis compañeros empecé como mesera y ya iba por supervisora de servicio”, señala en diálogo con EL TIEMPO Zuley Hernández, quien sumaba 13 años de trabajo en el café.
Juzgado falló a favor del Distrito y confirmó
legalidad del operativo de desalojo
EL TIEMPO había presentado en primicia el fallo de tutela con el cual la justicia colombiana respaldó definitivamente el desalojo del bar al aire libre más popular de Cartagena.
El Juzgado Penal octavo del Circuito de Cartagena declaró improcedente una tutela que había sido elevada por los representantes legales del Café del Mar: Jairo Morad Pérez y Óscar Fernando Arias Charry, quienes argumentaban la vulneración de sus derechos fundamentales durante un procedimiento de desalojo llevado a cabo el pasado 2 de septiembre.
En la tutela, Café del Mar argumentó que el operativo de desalojo vulneraba el debido proceso, el derecho a la defensa y el acceso a la administración de justicia.
Según el administrador del restaurante, Morad Pérez, la intervención de la Policía Nacional y la GEPM fue indebida, ya que se habrían infringido derechos derivados del contrato de arrendamiento al continuar con el operativo, incautando el mobiliario para el funcionamiento del establecimiento. Además, solicitó la restitución de los bienes muebles incautados en el operativo.
El fallo indicó que no se había demostrado que el procedimiento de desalojo fuese ilegal o que se hubieran vulnerado derechos fundamentales durante la ejecución. Además, el juzgado destacó que la terminación del contrato de arrendamiento había sido debidamente notificada a la Sociedad Café del Mar desde el 1 de marzo de 2024, por medio del acto administrativo emitido por la Escuela Taller Cartagena de Indias, Etcar.
Derechos al goce del espacio público y
la preservación del patrimonio cultural
El desalojo es la respuesta a una sentencia del Consejo de Estado que ordena la liquidación del contrato de arrendamiento que mantenía el establecimiento con la Escuela Taller Cartagena de Indias, tras 23 años de operación en el monumento.
El fallo del Consejo de Estado argumentó vulneración de los derechos al goce del espacio público y la preservación del patrimonio cultural, señalando que la ocupación del Café del Mar afectaba estas áreas fundamentales para la ciudad.
De los 2.539,20 metros cuadrados del baluarte de Santo Domingo, el bar ocupaba y hacía uso comercial de 2.010 m² .
Los propietarios del establecimiento han rechazado las acusaciones según las cuales las mesas y sillas del que fuera un concurrido bar al aire libre, impidiera el gozo del espacio patrimonial. Afirman que nunca cometieron irregularidades ni vulneraron el patrimonio material o inmaterial de Cartagena.
El grupo de empleados también señala que la empresa cumplió con los términos contractuales establecidos en el arrendamiento firmado en 2012, conforme a las leyes vigentes en ese momento.
El cuestionado canon de arrendamiento
Uno de los puntos más controversiales ha sido el canon de arrendamiento, que según el alcalde Dumek Turbay es "irrisorio". El contrato estipulaba un pago de 13 millones de pesos mensuales por los 2.010 metros cuadrados del Baluarte de Santo Domingo.
No obstante, Wilson Galvis, director de Talento Humano de Café del Mar, explicó que, además de esa cantidad, pagaban 15 millones adicionales por concepto del uso de baños públicos ubicados bajo el baluarte, lo que sumaba un total de 28 millones de pesos.
Galvis también afirmó que desde hace 10 años el Café del Mar había solicitado ajustes en el canon de arrendamiento sin recibir respuestas de la Escuela Taller.
Según el Ministerio de Cultura, el valor adecuado debería ser de 53 millones de pesos mensuales. Según Galvis, el establecimiento se mostró dispuesto a pagar más de 60 millones de pesos, pero la Escuela Taller nunca respondió a sus propuestas.
John Montaño
Corresponsal de EL TIEMPO
Cartagena
En X: @PilotodeCometas