Gary Hustwit tenía un simple deseo: hacer un documental sobre el visionario músico Brian Eno. Cuando eso no fue posible, ideó un enfoque mucho menos simple. Hizo 52 quintillones de documentales sobre Eno.
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El “Eno” de Hustwit no se parece a ningún otro retrato de un músico. Ni siquiera es un retrato, porque no es fijo ni estático. En lugar de ello, Hustwit utilizó un programa de software patentado que reconfigura la duración, la estructura y el contenido de la película.
“Cada vez que se proyecta es una película diferente”, dijo Hustwit a un público en mayo en el estreno de la película en Nueva York. “Me sorprendo cada vez que la veo”.
Su colaborador, el artista digital y programador Brendan Dawes, dijo que debido a las variables, incluyendo 30 horas de entrevistas con Eno y 500 horas de tomas de su archivo personal, hay 52 quintillones de versiones posibles de la película. (Un quintillón es mil millones de mil millones.)
Un enfoque generativo al documental es particularmente adecuado para Eno, quien ha hecho música generativa durante años. (A pesar del uso de la palabra “generativo”, no está involucrada la inteligencia artificial ni en la película ni en la música).
En 1972, como miembro original de la banda británica de art-rock Roxy Music, Eno se convirtió inmediatamente en un fenómeno mediático. Era un dandy andrógino y emperifollado con colorete y delineador de ojos, con un guardarropa de kimonos y chaquetas acolchadas adornadas con plumas de animales.
Dejó Roxy después de dos álbumes y comenzó una trayectoria en solitario que anticipó el punk y la nueva ola. Y ha producido o colaborado con Talking Heads, Devo, U2 y David Bowie, aportando brío experimental a la música pop.
Su interés en la música generativa se inspiró en la obra de Steve Reich “It’s Gonna Rain”. Reich grabó a un predicador pentecostal en una esquina de San Francisco, luego duplicó un breve pasaje y lo reprodujo simultáneamente en dos grabadoras. Gracias a las variaciones en la velocidad del motor, los bucles gemelos se desincronizan gradualmente, generando una cacofonía salvaje. La música “me dejó pasmado”, dijo Eno en una cátedra en 1996.
La música generativa, dijo, se basa en “un conjunto de reglas que, una vez puestas en marcha, crearán música por ti”. Para su álbum de 1978 “Music for Airports”, un documento fundacional de la música ambiental, grabó tres melodías simples, cada una de una duración ligeramente diferente, y luego las dejó tocar en lo que los matemáticos llaman ciclos inconmensurables, que nunca se repiten.
Hustwit, un cineasta autodidacta, conoció a Dawes en el 2009 y vía correo electrónico exploraron la posibilidad de hacer una película sobre Eno.
Dawes, que estudió por su cuenta programación computacional en la preparatoria, dijo que le tomó “dos años de trabajo realmente intenso” escribir el software Brain One (un anagrama de Brian Eno) para la película, dijo.
Cuando Eno lo vio, se emocionó, dijo vía correo electrónico.
“Las vidas no transcurren en línea recta, y cada vez que pensamos en ellas en retrospectiva (es decir, cada vez que empezamos a recordar) en realidad las repensamos. Nuestras vidas son historias que escribimos y reescribimos. No existe una única narrativa confiable de una vida”, dijo.