Lejano ha quedo en el tiempo el compromiso del presidente Gustavo Petro de profesionalizar el servicio diplomático. Tras más de dos años, la incurrencia en la vieja costumbre de anteriores gobiernos de utilizar la diplomacia como moneda de canje político ha eclipsado la apuesta por diversificar la representación en el exterior, escalando hasta el punto de ocasionar fuertes tensiones entre el jefe de Estado y los sindicatos de la Cancillería que defienden la labor de los funcionarios de carrera.
Si bien Daniel Mendoza declinó su designación como embajador en Tailandia – a pesar de la reiterada defensa del mandatario hacia el abogado en contraste con el rechazo que causó en las filas de su propio Gobierno y el Pacto Histórico- la polémica que generó este ofrecimiento del presidente puso de nuevo la lupa sobre su manejo del servicio exterior.
Presidente Gustavo Petro. Foto:Vanexa Romero/ET
“Todos sabemos que la diplomacia colombiana falla, es incompetente e incapaz, guardadas excepciones. Y esa capacidad se puede llenar con unos equipos más profesionales, con quienes hayan estudiado, quienes estén en la carrera diplomática”, fueron las palabras del presidente Petro en campaña.
"Los cargos en el exterior serán provistos preferencialmente con funcionarios de la carrera diplomática. Si no para qué existe", dijo por su parte el excanciller Álvaro Leyva, en agosto de 2022, sobre lo que sería la representación de Colombia ante el mundo.
Actualmente, son 65 el total de nombramientos de embajadores jefes de misión en el gobierno Petro. De ese número, 18 han sido de funcionarios de carrera, es decir, el 27,69 por ciento. El objetivo inicial de la actual administración era llegar a la cifra del 50 por ciento. Del total, 16 nombramientos han sido de mujeres, el 24,62 por ciento.
El presidente Petro y el canciller Murillo junto a la embajadora de Ecuador, María Gabriela Troya. Foto:Cancillería
“Hoy lamentablemente vemos solo una promesa incumplida a la carrera diplomática y consular, al sueño de muchos colombianos y colombianas cuya única oportunidad de acceder a un cargo diplomático y consular es a través del mérito”, señaló la Unión de Funcionarios de Carrera Diplomática y Consular de Colombia (Unidiplo) en un comunicado hace 10 días, tras los señalamientos del jefe de Estado contra el cuerpo diplomático en un discurso dado en San Andrés.
“Los constantes ataques del presidente hacia el servicio exterior del país demuestra dos cosas: por un lado, que hay un claro interés por demostrar que el presidente es él, y que es él quien da las ordenes de a quien poner y en dónde. Por el otro, al señalar que va a cambiar con la diplomacia de los hijos de oligarcas y de élites, es un juego de poderes políticos en el que pareciera que el objetivo es cambiar el statu quo”, indica Paula Ruíz, docente de la Universidad Externado de Colombia.
x Foto:
Nombramientos polémicos
Ahora bien, el problema es que en medio de esta “lucha” el mandatario ha hecho uso de fichas muy cuestionadas y que ponen en tela de juicio la apuesta por una política exterior feminista. Probablemente quien represente mejor esto sea Armando Benedetti, primero enviado como embajador ante Venezuela y luego reintegrado en la FAO en Italia tras los polémicos audios sobre la financiación de la campaña presidencial. Por si fuera poco, estando en esa misión diplomática protagonizó un escándalo por presunta violencia de género que meses después fue desmentida por su esposa.
El presidente Gustavo Petro, Laura Sarabia (izquierda) y Armando Benedetti (derecha). Foto:Presidencia
Casos similares pueden seguir extrayéndose. La designación de Víctor de Currea-Lugo como embajador de Colombia ante los Emiratos Árabes Unidos, a inicios de 2023, se cayó por acusaciones de acoso sexual. Una de las personas que destaparon esta historia fue la representante Jennifer Pedraza. Precisamente por estos casos, Pedraza, en diálogo con este diario, aseguró: “Hay una actitud tolerante y me atrevo a decir que incluso de complicidad porque parece que premiaran en este gobierno a quienes tienen este tipo de comportamientos”.
También está el caso del suspendido cónsul Andrés Hernández, que si bien salió de México por un caso de supuesta estafa también fue denunciado por comentarios misóginos contra funcionarias.
La lista de nombramientos polémicos es larga y en ella se puede encontrar también nombres como el de Sebastián Guanumen (embajador en Chile) y Álvaro Moisés Ninco (hasta hace poco embajador en México). En estos casos, ambos han sido cuestionados por sus méritos para el cargo más allá de haber ayudado en la campaña del actual mandatario.
Gustavo Petro y Álvaro Moisés Ninco. Foto:@MoisesAlvaro_
En su momento también cayeron críticas sobre los nombramientos de Irene Vélez como cónsul en Londres, o el general (r) Luis Mauricio Ospina como cónsul en Madrid.
Y hace muy poco se decidió retirar y con tan solo tres meses en el cargo a un destacado funcionario de carrera, Javier Darío Higuera, de la Embajada de Colombia en Dinamarca para poner en su lugar a la exministra de Vivienda, Catalina Velasco. El movimiento, si bien el vicecanciller Jorge Rojas aseguró que Higuera irá a otro puesto de alto nivel, causó indignación en los sindicatos.
Fallos judiciales: otra exposición del manejo errado
Parte del manejo errático de la diplomacia ha quedado expuesto con los diferentes fallos de la justicia que han sacado de sus cargos a varios funcionarios. Hasta 10 funcionarios han tenido que dejar sus puestos debido a que, en la mayoría de los casos, el Tribunal Administrativo de Cundinamarca y el Consejo de Estado encontraron que existían funcionarios disponibles que hacen parte de la carrera diplomática y consular para asumir el cargo.
Palacio de Justicia, sede de las altas Cortes. Foto:Jesús Blanquicet
Entre estos se encuentran el ya mencionado Álvaro Moisés Ninco, Aixa Carolina Kronfly (había sido nombrada como cónsul general de Colombia en Sevilla), Andrés Felipe Rodríguez Vasco (había sido nombrado como consejero de Relaciones Exteriores en la embajada de Colombia ante Estados Unidos), Juan Pablo Castro Morales (consejero en la Embajada de Colombia en Francia), Fernando Pico Chacón (nombrado como consejero de Relaciones Exteriores adscrito al consulado de Colombia en Bilbao, España), Germán Antonio Gómez Polo (nombrado cónsul en Argentina), Paola Andrea Vásquez Restrepo (consejera de Relaciones Exteriores en le embajada de Colombia en Washington) Ricardo Alfredo Montenegro Coral (consejero de Relaciones Exteriores en la Embajada de Colombia en Brasil) y Marisol Rojas Izquierdo (cónsul en Londres).
A pesar de las razones dadas por el Consejo de Estado en su momento, el gobierno de Gustavo Petro insistió en la designación de cuatro funcionarios de estos funcionarios, algunos a su cargo inicial, otros como consejeros.
El presidente Petro, no obstante, no se ha quedado callado y ha críticado a las cortes aseverando que le impiden ejercer su derecho constitucional de dirigir la política exterior: “Así es como se desmantela mi derecho constitucional a dirigir la política exterior de Colombia”, afirmó el mandatario en su cuenta de X tras conocer la noticia de Juan Pablo Castro Morales.
Presidente Gustavo Petro. Foto:Presidencia
Para el internacionalista Manuel Camilo González hay dos fenómenos que han causado que el presidente Petro haya incumplido hasta el momento su promesa de profesionalizar el servicio exterior colombiano. “Primero, hay una continuidad en la práctica de hacer uso de moneda de cambio político la asignación de puestos diplomáticos, lo cual refleja que no hay un cambio significativo en la tendencia de los nombramientos burocráticos frente a otros gobiernos. Y segundo, hay un patrón de asignar puestos diplomáticos a personas asociados al activismo que, si bien es muy distinto de las prácticas de gobiernos pasados frente a las cuotas de los políticos y algunos empresarios, en cierta medida fomenta la desprofesionalización por otros medios de la representación exterior de nuestro país con perfiles no adecuados para el cargo”, comenta.
“Falta que el Gobierno Nacional entienda la carrera diplomática, porque parece que no la entendieran. Todo el tiempo uno escucha que hablan del mérito como si el mérito fue que trabajé en la campaña del presidente y no. El mérito es que yo, independiente del gobierno, me presento, me preparo, estudio, me esfuerzo y sin tener ninguna palanca política, me vuelvo diplomático”, le manifestó a este diario el presidente de la Asociación Diplomática y Consular de Colombia (Asodiplo).
Lo positivo: llevar la carrera a más regiones
En cambio, si hay algo que puede destacarse en esta gestión es la apuesta por diversificar la representación en el exterior. Hasta nueve funcionarios pertenecientes a grupos étnicos han sido nombrados en cargos de alto nivel en el mundo.
Entre estos se encuentran Kandya Obezo, viceministra de Asuntos Multilaterales; Elizabeth García, embajadora en Bolivia; Emiliana Bernard Stephenson, en Jamaica; William Bush, en Trinidad y Tobago; Daniel Garcés, en Ghana; Pedro Cortés, en Kenia; Jeison Meneses, en Etiopía; María del Rosario Mina Rojas, en Sudáfrica; Claudia Mosquera, en Senegal; y Leonor Zalabata, representante permanente de Colombia ante el Secretario General de la ONU.
Kandya Gisella Obezo y Luis Gilberto Murillo en San Basilio de Palenque. Foto:Cancillería
“Por primera vez Colombia tiene una relación en el exterior que da cuenta de nuestras diferencias y diversidades regionales y étnicas. Por primera vez tenemos un canciller afrocolombiano, una indígena frente a las Naciones Unidas en Nueva York, indígenas como embajadoras en Bolivia, y no la exclusividad que ha sido tradicional en la política diplomática en Colombia”, expresó el vicecanciller Jorge Rojas.
Además, se busca consolidar estos cambios a partir de la apertura de mayores oportunidades para el ingreso a la Academia Diplomática Augusto Ramírez Ocampo. Si bien los cambios en los términos y requisitos del concurso despertaron preocupación entre e cuerpo diplomático por posible afectación del criterio del mérito, finalmente se llegaron a acuerdos para modificar algunas condiciones del ingreso al concurso.
“Tampoco hay que romantizar la carrera diplomática y consular, no es perfecta, es muy rígida en sus procesos de formación y debe actualizarse a mayor velocidad, porque los retos son cada vez mayores. Y por ello, creo que la prioridad del gobierno sobre este asunto debería enfocarse en fortalecer a la academia diplomática, en permitirles a los que se han formado actuar y ejercer en el exterior, pero con estos ataques mina la confianza de sus funcionarios, pone en duda la credibilidad y estabilidad del servicio exterior”, asegura la docente Paula Ruíz.
Ahora bien, la posición del presidente Petro respecto a la diplomacia no es del todo compartida por sus cercanos en el Palacio de San Carlos. Por ejemplo, el vicecanciller Rojas que los “escenarios de carrera diplomática no son de la oligarquía, son sectores populares que cada vez entran con más posibilidades a una carrera diplomática que hay que fortalecer con mecanismos claros, elevando la academia diplomática a la categoría de una institución de educación superior”.
JUAN PABLO PENAGOS RAMÍREZ
Redacción Política