Barranquilla está enfrentando una doble calamidad: una intensa ola de calor y la falta de energía eléctrica en varios sectores, tras el fuerte vendaval que azotó la ciudad el pasado lunes.
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Los barranquilleros, acostumbrados a lidiar con altas temperaturas, ahora ven su situación empeorar ante la imposibilidad de refrescarse, lo que ha generado protestas y bloqueos de vías en diversos puntos de la ciudad.
El sol parece no dar tregua y las quejas no se hacen esperar. “El abanico echa candela, maestro”, exclama Arturo López, un joven estudiante universitario que relata cómo la búsqueda de alivio lo lleva a lugares insospechados. “A veces me meto a los cajeros automáticos, no para sacar plata, sino porque el aire ahí está potente”, confiesa, destacando la desesperación por el sofocante calor que domina la ciudad.
Se fueron las nubes
El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) confirmó que las altas temperaturas, que en los últimos días han alcanzado hasta los 35,3 grados en Barranquilla, son causadas por la falta de nubosidad, lo que permite que los rayos solares impacten con mayor intensidad.
El Ideam advierte que entre las 10 a.m. y las 3 p.m. se registra la mayor radiación, incrementando la sensación térmica y el riesgo para la salud.
Sectores sin el servicio de energía
La situación empeora debido a los daños que dejó el vendaval, afectando el servicio eléctrico en numerosos barrios de la ciudad.
En lugares como el barrio La Manga, donde la luz no ha sido restablecida desde el lunes, los vecinos están al borde del colapso. Marlene, residente de este barrio, expresó su frustración: “Desde el lunes estamos sin luz. Nadie se acuerda de nosotros. ¿Cómo podemos dormir o vivir con este calor?”, se lamenta, resaltando las condiciones insostenibles en las que se encuentran cientos de familias.
La Alcaldía de Barranquilla declaró este miércoles la calamidad pública para atender a los más de 1.000 damnificados por el fenómeno climático, pero la lentitud en el restablecimiento de la energía ha provocado descontento y protestas. A lo largo de la semana, varias vías principales han sido bloqueadas por ciudadanos que exigen una solución inmediata.
Las recomendaciones de las autoridades en salud
En paralelo, la Secretaría de Salud del Distrito ha emitido un llamado a la población para que tome medidas ante la fuerte ola de calor. Stephanie Araujo, secretaria de Salud, advirtió sobre los riesgos que trae consigo la exposición prolongada al sol y enfatizó la importancia de la hidratación.
“Lo más importante es que las personas se mantengan hidratadas y eviten exponerse al sol en las horas más críticas del día, entre las 10 de la mañana y las 3 de la tarde”, explicó.
Lo más importante es que las personas se mantengan hidratadas y eviten exponerse al sol en las horas más críticas del día, entre las 10 de la mañana y las 3 de la tarde
Las recomendaciones incluyen el uso de ropa fresca, sombreros, protector solar y evitar el esfuerzo físico durante las horas más calientes. Araujo también advirtió sobre los síntomas del golpe de calor, que incluyen dolor de cabeza, cambios en la presión arterial y fatiga extrema, instando a la población a buscar atención médica si los síntomas persisten.
Mientras las autoridades trabajan para restablecer el servicio eléctrico en los barrios más afectados, los barranquilleros siguen buscando formas de mitigar el calor. Muchos han optado por dormir en terrazas, patios o incluso en espacios abiertos de la ciudad en busca de una brisa que les permita conciliar el sueño. Sin embargo, para muchos, como Marlene y Arturo, el alivio parece aún lejano.
El pronóstico del Ideam apunta a que la situación podría cambiar en los próximos días, con la llegada de algunas lluvias que aliviarían las altas temperaturas. Sin embargo, para los sectores sin energía, el desafío será sobrellevar los próximos días sin el servicio que les permita escapar del asfixiante calor que envuelve a la ciudad.
La ola de calor y la falta de energía han puesto a prueba la resistencia de los barranquilleros, quienes, entre protestas y esperanzas de una pronta solución, enfrentan con resignación una semana que, para muchos, parece no tener fin.
LEONARDO HERRERA DELGANS - Corresponsal de EL TIEMPO - Barranquilla @leoher70