PARÍS — Cuando Simone Biles, la superestrella de la gimnasia, haga saltos mortales y piruetas en sus terceros Juegos Olímpicos, la coreografía de su rutina de piso será vista en cientos de millones de pantallas en todo el mundo.
Conforme a los criterios de
Grégory Milan, creador de la rutina, todavía no puede creer su alcance. “No alcanzo a dimensionarlo”, dijo recientemente en el Instituto Nacional de Deporte, Experiencia y Rendimiento, o Insep, en Vincennes, un suburbio de París, donde trabaja como instructor de baile de tiempo completo para la selección francesa.
El efecto Biles ha traído algo inesperado para Milan a sus 51 años: el éxito.
Hasta ahora, Milan, bailarín y coreógrafo, ha considerado su vida como “una serie de fracasos de cierto modo”, dijo con ironía. Cuando se dedicó a la coreografía de gimnasia de tiempo completo, en el 2017, estaba endeudado tras haber fundado una compañía de danza que nunca despegó y aún se recuperaba de las cicatrices psicológicas dejadas por una turbulenta trayectoria en el ballet.
“Amaba tanto esa forma de arte, pero el comportamiento de las personas que encontré en él me repugnó”, dijo.
La experiencia de Milan en la danza es inusual en la gimnasia: la mayoría de los coreógrafos que trabaja con gimnastas también son entrenadores y ex atletas.
“Es difícil encontrar coreógrafos que puedan encajar en este mundo porque es bastante restrictivo”, dijo Alisée Dal Santo, entrenadora y coreógrafa que trabaja con Milan en el Insep. Señaló la necesidad de comprender el Código de Puntos, el libro de reglas que rige a los jueces: “Hay que construir una coreografía en torno a todos los elementos requeridos”.
Para Milan, eso fue particularmente cierto respecto a su rutina para Biles, de 27 años, quien realiza cuatro series de saltos mortales de alta dificultad en el piso.
Los dos se conocieron en el 2022, cuando Milan viajó al World Champions Center, el gimnasio de cabecera de Biles, en Spring, Texas. Su tarea era crear una rutina de piso para la gimnasta francesa Mélanie De Jesus Dos Santos, quien se mudó a EU para entrenar con Cecile y Laurent Landi, los entrenadores franceses de Biles.
“Simone vio lo que estaba haciendo y le gustó”, dijo Milan. Cuando regresó el invierno pasado para crear otra rutina para De Jesus Dos Santos, Biles pidió trabajar con él. Él creó su rutina olímpica de piso en sólo seis días.
El ejercicio de 90 segundos incorpora música de Taylor Swift y Beyoncé. “Quería darle una coreografía sobria, madura e imponente, porque ya no es una niñita”, dijo Milan.
La rutina, que Biles realizó dos veces en las pruebas olímpicas de EU en junio, la ayudó a asegurar un lugar para los Juegos de París.
“Lo que inmediatamente me encantó de él es que es auténtico”, dijo De Jesus Dos Santos, medallista mundial y europea que es una de las estrellas del equipo francés. “Dice lo que piensa”.
Milan fue miembro del Ballet Víctor Ullate en España durante cuatro años. En 1995 pasó al Ballet de l’Opéra National de Bordeaux, en Francia.
Su carrera se detuvo abruptamente poco más de una década después. En ese entonces, Charles Jude, el director de la compañía bordelesa, fue demandado por una solista por acoso laboral. Milan fue uno de los dos miembros de la compañía que testificaron a favor de ella en el tribunal. Ambos bailarines fueron despedidos al vencer sus contratos —una forma de represalia en opinión de Milan, ya que la misma administración lo había ascendido a solista no mucho antes. (La compañía declinó hacer comentarios.)
Milan regresó a su ciudad natal de Saint-Étienne, donde pasó cuatro años tratando de hacer despegar una compañía de danza y terminó endeudado.
En el 2017, fue contratado por el Insep, donde imparte clases diarias a gimnastas rítmicas y artísticas de primer nivel, quienes lo conocen por su apodo, Greguito.
Su coreografía de piso ha ayudado a elevar al equipo francés en el escenario internacional. Y aunque la danza tal vez no le haya dado el reconocimiento que buscaba, Milan ahora tiene una plataforma con la que la mayoría de los coreógrafos sólo pueden soñar.
En una historia en Instagram en mayo, Biles escribió: “¡Tu energía es eléctrica! Todo el mundo necesita un Greguito en su vida”.