Bajo un clima de incertidumbre por la inestabilidad política que los llevó a elecciones extraordinarias a finales de 2023, la crisis de seguridad que azota al país y los apagones eléctricos por una severa sequía, este domingo, 13,7 millones de ecuatorianos decidirán el destino de su país.
Esta es una reñida segunda vuelta presidencial que enfrentan el actual mandatario de derecha Daniel Noboa Azín (de la coalición Acción Democrática Nacional) y la candidata de izquierda Luisa González, aspirante de la Revolución Ciudadana, partido liderado por el expresidente Rafael Correa.
El país se juega su supervivencia indistintamente de quién gane.
¿Quiénes son los candidatos que se disputan las elecciones presidenciales en Ecuador?
Noboa, de 37 años, se convirtió en el presidente más joven de Ecuador luego de ganarle los comicios anticipados –tras la muerte cruzada decreta al expresidente Guillermo Lasso- a González asumiendo el poder por escasos 18 meses y con una escueta carrera política como asambleísta.
Daniel Noboa busca la reelección. Foto:Archivo EL TIEMPO / Agencias AFP y EFE
Nacido en Guayaquil, está casado en segundas nupcias con la empresaria e influencer Lavinia Valbonesi, tiene tres hijos y es hijo del Álvaro Noboa, uno de los hombres más ricos de Ecuador y quien intentó sin éxito llegar a la presidencia cinco veces.
Ante la apretada diferencia, la conquista de cada voto ha ido de la mano de las acusaciones, confrontaciones y del 'todo vale'
Mientras que Luisa González Alcívar es una abogada nacida en Manabí, tiene 47 años y es madre de dos hijos. Desempeñó varios cargos durante el gobierno de Rafael Correa (2007-2017) y lleva consigo el peso de ser la heredera de la fuerza política del expresidente Rafel Correa dividida tras su exilio en Bélgica desde 2017 por una sentencia de ocho años de cárcel por corrupción que pesa en su contra.
En las antípodas ideológicas, los candidatos enfrentaron una campaña muy aguerrida y sucia, llena de ataques, improperios e insultos, con un país que avizora un resultado muy ajustado y reñido para la votación del domingo.
Luisa González es la candidata del correísmo. Foto:Archivo EL TIEMPO / Agencias AFP y EFE
En primera vuelta, los candidatos, que se enfrentaron a otros 14 aspirantes, tuvieron una escueta diferencia de 16.746 votos quedando por delante Noboa con el 44,17 por ciento de los votos sobre el 44 por ciento que captó González, según los resultados oficiales del Consejo Nacional Electoral (CNE).
Las encuestas, incluso, pronostican para esta segunda vuelta una cabeza a cabeza en cuyo escenario el próximo presidente del Ecuador se definiría tan solo por unas décimas. La firma Comunicaliza, con datos al 3 de abril, proyectó un empate técnico con 4,5 décimas de diferencia: 50,3 por ciento para Noboa y 49,7 para González.
Estas elecciones vienen con una particular carga de pasiones desenfrenadas.
La diferencia más notoria la plantea la firma Informe Confidencial, que en su última publicación otorgó un posible triunfo a Noboa con el 45 por ciento sobre un 41,3 de su contendora.
Iván Sierra, jefe de la firma Negocios y Estrategias, no se arriesga a definir un ganador. En diálogo con EL TIEMPO señaló que, en la última semana, la intención del voto era del 50,98 por ciento para González sobre 49,02 para Noboa. Su margen de error es de más menos el 1,8 por ciento.
El especialista que tuvo cifras acertadas para la primera vuelta, reseñó que González redujo en la última semana la diferencia que mantenía sobre el “candidato presidente”, de 2,9 a 1,2 puntos porcentuales.
La campaña ha girado alrededor de las acusaciones mutuas de relaciones con el narcotráfico. Foto:EFE.
Explicó que la primera vuelta dejó una diferencia real de 12 puntos porcentuales, tomando en cuenta votos blancos y nulos. “Cada uno de los candidatos, capitalizó de forma inercial entre 2 y 3 puntos de los votos que obtuvieron los 14 candidatos, los indecisos o los que han cambiado de opinión en el último mes de campaña. Esos seis puntos son los que han intentado captar los finalistas en una campaña que “ha estado centrada en desmovilizar votos del contendor antes que movilizar votos hacia la propia tienda”.
La polarización ha azuzado el extremismo (...) es una estrategia del marketing que deja réditos mediante la simplificación representativa del bueno y del malo, del amor y del odio
Noboa y González, dos candidatos con visiones opuestas de país
La campaña ha girado alrededor de las acusaciones mutuas de relaciones con el narcotráfico y los grupos del crimen organizado no han faltado en una campaña.
Los afanes desdolarizadores de la economía, esgrimidos por los correístas, fueron un punto débil de González, a pesar de que en todo su discurso trato de desenmarcarse de las declaraciones de sus coidearios.
Entre tanto, anunció que reconocerá el Gobierno de Nicolás Maduro y en la última semana propuso crear “gestores de paz” en los barrios, pagados por el Estado.
Noboa por su parte emprendió en una campaña populista entregando bonos solidarios y ha tratado de posicionar sus buenas relaciones con Estados Unidos para buscar cooperación en la lucha contra la narcoviolencia.
Elecciones presidenciales en Ecuador Foto:EFE
De hecho, la intervención del grupo mercenario comandado por el exmilitar estadounidense Erick Prince se puso en escena en la última semana, así como la instalación de una base militar estadounidense en la costera ciudad de Manta.
“Ante la apretada diferencia, la conquista de cada voto ha ido de la mano de las acusaciones, confrontaciones y del “todo vale”, carente de propuestas o ideas para sacar al país de la peor crisis de su historia. Las ofertas de días mejores para un país sumido en cifras rojas de la economía, con un desempleo y subempleo galopantes y con el índice de muertes violentas más alto de la región, solo deja el sinsabor del populismo”, considera por su parte el experto en comunicación, Patricio Barriga.
“Estas elecciones vienen con una particular carga de pasiones desenfrenadas. Aunque es bien sabido que en las urnas se deja un voto emocional más que racional, el escenario en esta ocasión lo ha trazado la antipatía hacia uno u otro candidato. La polarización ha azuzado el extremismo en los discursos políticos, en las agendas informativas de medios tradicionales y en las radicales discusiones en las plataformas digitales porque es una estrategia del marketing que deja réditos mediante la simplificación representativa del bueno y del malo, del amor y del odio”, señala Barriga.
Daniel Noboa durante el acto de cierre de campaña. Foto:EFE
El experto considera que el factor decisivo de esta segunda vuelta será “el anti”, un prefijo que identifica lo que se repudia.
“Por un lado, al correísmo, convenientemente asociado por sus opositores con el autoritarismo y la corrupción, y por el otro al el noboísmo, relacionado con la malversación y el engaño”, explica Barriga al cuestionar que “nada se ha dicho sobre cómo enfrentar el coletazo que dejó en la economía nacional los apagones, la desinversión pública, el desempleo, la precaria situación de la seguridad social o las políticas comerciales de Estados Unidos que también impactarán a Ecuador, no solo por los aranceles, sino por su condición de dependencia dolarizada”.
¿Qué está en juego en Ecuador con la elección presidencial?
Oswaldo Moreno, analista político, va más allá y asegura que este domingo, Ecuador se juega la existencia y la continuidad como Estado, por la crisis de inseguridad que azota al país y la crisis institucional que se refleja en todos los ámbitos.
Este domingo elegimos entre el miedo y la esperanza.
Yo confío en ti. Confío en cada voto que nace de la dignidad, en cada mujer y cada hombre que no se vende, que no se rinde, que no se deja presionar. Tú puedes hacer el cambio que el Ecuador necesita.
El futuro está en tus… pic.twitter.com/HNlM24jpLt
“El país se juega su supervivencia indistintamente de quién gane. Si no hay un giro en la conducción total del país, el país va a terminar indeteniblemente en una situación como la de Haití donde las pandillas y el crimen organizado se tomen todo el país, como ya está sucediendo en algunas regiones”, advierte.
Y es que las cuentas están tan apretadas, que los comicios podrían terminar siendo el reflejo de lo que le espera al país en los próximos cuatro años cuando el nuevo presidente deberá negociar con un Legislativo polarizado cuando de los 151 asambleístas electos, 59 están en línea con Noboa, mientras que 49 militan en la línea correísta, con el agregado que 11 escaños pertenecen a alianzas de esta fuerza con otros movimientos.
Ecuador enfrenta una profunda crisis de criminalidad y violencia. Foto:iStock
Así las cosas, expertos advierte que la gobernabilidad será “muy complicada para quien gane” al enfatizar que la polarización afecta la salud democrática del país y la preservación del sistema de pesos y contrapesos de los poderes del Estado.
Si no hay un giro en la conducción total del país, el país va a terminar indeteniblemente en una situación como la de Haití donde las pandillas y el crimen organizado se tomen todo el país, como ya está sucediendo en algunas regiones
“La Asamblea está dividida casi a partes iguales entre ambas fuerzas políticas, lo cual dificultará la fiscalización de los actos del Ejecutivo o la aprobación de proyectos legislativos. Vendrá entonces más de lo que se ha registrado en las históricas pugnas de poderes con mayorías móviles y afinidades condicionadas a repartos e intereses particulares”, acotó Moreno.
Un peligroso panorama cuando Ecuador pasó de ser uno de los países más seguros al más violento de Latinoamérica con una tasa de cerca de 47 muertes violentas por cada 100.000 habitantes.
Maggy Ayala Samaniego - Corresponsal de EL TIEMPO - Quito.