FORT BELVOIR, Virginia — Con paso rígido, un perro dron recorrió un campo minado improvisado en un centro de pruebas del Ejército de EU en Virginia, temblando cuando se acercó a un disco del tamaño de un plato destinado a simular un explosivo antitanques. En su espalda llevaba una pila de cámaras, dispositivos GPS, radios y tecnología de imágenes térmicas que los desarrolladores militares esperan que le ayuden a detectar minas a corta distancia, ahorrando a los humanos esa peligrosa tarea.
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El perro parecía saber cuándo mantenerse alejado de la mina simulada, dada la inteligencia artificial incorporada en su sistema para identificar amenazas. “En general lo hace, pero a veces no”, dijo Kendall V. Johnson, físico del Ejército estadounidense, durante una demostración de la tecnología. “Eso es algo en lo que estamos trabajando actualmente”.
El perro dron figura entre las tecnologías emergentes en la guerra contra las minas, un campo que apenas había cambiado en 50 años. Pero así como los drones han demostrado ser un arma ofensiva importante en Ucrania, también pueden proporcionar defensa, con formas más seguras de detectar y retirar minas terrestres.
“Los drones han sido una gran fuerza de destrucción en esta guerra, y me gusta bastante la simetría del potencial de los drones para ofrecer parte de la solución”, dijo Colin King, un especialista en armas que cofundó la firma británica Fenix Insight para ayudar a detectar y destruir municiones.
Como ocurre hoy en tantas áreas, la inteligencia artificial está impulsando el progreso. Por ejemplo, Fenix ha desarrollado un software que permite a los drones no sólo detectar e identificar tipos de minas terrestres, sino también predecir dónde podrían estar. Lo hace con base en reportes de inteligencia de fuente abierta y en las redes sociales de conflictos en todo el mundo donde unidades militares han colocado minas o donde los cohetes han lanzado municiones dispersables.
En enero, King empató el software con un avión no tripulado de otra compañía británica, Ace High Drone Specialists, y lo probó con fuerzas ucranianas en Jersón, donde ubicó múltiples minas terrestres antitanque TM-62 de diseño ruso, medio enterradas en hierba y tierra.
Después de más de 10 años de guerra, Ucrania es uno de los países más minados del mundo. Los expertos estiman que hay que limpiar de minas alrededor de un tercio de su territorio.
Las minas terrestres frenaron los intentos de Ucrania el verano pasado de expulsar a Rusia de su región oriental de Dombás.
Las fuerzas rusas frecuentemente buscan atrapar a los ucranianos disparando misiles portadores de minas detrás de las líneas del frente, cortando las rutas de suministro y retirada. Ahí es donde un dron dotado de IA puede ayudar rápidamente a elegir una ruta ubicando las minas a evitar.
“Saber dónde diablos están las cosas es un gran problema”, afirmó King. “Ubicarlas es fundamental para delimitar las áreas de peligro e iniciar la limpieza”.
Los desarrolladores militares en Fort Belvoir se centran en detectar minas, no necesariamente en desactivarlas. Pero a medida que avanza la tecnología, puede que no pase mucho tiempo antes de que los drones puedan encontrar y detonar minas terrestres.
“Definitivamente puedo ver un futuro en el que un dron pueda encontrar una mina, y entonces habrá alguien que haga clic en un botón que diga: ‘Sí, eso es una mina’, y haga clic en otro botón para deshacerse de la mina”, dijo Johnson.